«Nosotros conocemos el secreto.
Nosotros anularemos las fronteras
y cambiaremos el mundo.
Nosotros dibujamos el Círculo.
Nosotros somos el Circulo.»
Juramento del Círculo de Sabios de Maradia
El capataz estaba supervisando el trabajo de los mineros en las galerías superiores cuando le advirtieron de que el portal se estaba activando. El hombre lanzó un juramento, escupió en el suelo y se apresuró a regresar a la superficie.
Así comienza la novela de Laura Gallego, El libro de los Portales, una novela de fantasía, escrita en castellano de la que esperaba más. No quiero decir con esto que no me haya gustado, que lo ha hecho, sino que me ha dejado la sensación de que le falta algo. A diferencia de Memorias de Idhun, que consiguió atrapar a un público más adulto, me ha parecido una novela enfocada a un público juvenil.
Las primeras páginas hacen pensar inevitablemente en Howards, una academia de jóvenes pintores con el chico estudioso de familia desconocida, y la chica de alta cuna, rebelde y de ideas alocadas. Unos personajes que cumplen con la regla de caer bien. Pero nada más. Con forzadas historias de amor que no llegan a convencer. No tienen fuerza, no sufres por lo que les pasa, como sucede con la falta de sueño de Danekal en el Sueño de los Muertos un libro de Virginia Pérez de la Puente.
Durante las primeras 150 páginas no ha conseguido que me enganche para no dejar de leer. Es cierto que en algún momento parece que se pone emocionante, pero no consigue mantener la intriga necesaria para que no lo cierre y me vaya a dormir. En menos de una página rompe con el clímax creado en las tres anteriores.
Esperaba la aparición de esta novela con la emoción del recuerdo que me dejó la escritora con Memorias de Idhun. Aquella trama de la que salí prendada solo propiciaba buenos augurios. Y sin embargo, no ha sido así. ¿En que ha fallado?
La historia en sí está bien, portales de viaje que te transportan de una punta a otra del mundo en apenas unos pasos, ¿quién no ha soñado con algo así en algún momento de su vida? Pero, ¡me estoy encontrando con muchos peros!, no podemos hacernos una idea de las distancias a recorrer, ni del mundo creado por la escritora porque ¡¡no hay un mapa de Darusia!! Ni al principio, ni al final, ni por en medio del libro podemos encontrar uno de esos fantásticos mapas que nos transporten a ese nuevo mundo y nos permitan recorrerlo y asombrarnos de las distancias, los relieves y los riachuelos.
Otra cosa que he echado en falta ha sido una descripción gráfica de los símbolos. No sé cuantas veces he consultado las últimas páginas de Elantris, en las que Brandon Sanderson hacía una recopilación de los Aones utilizados por Raoden, y me he visto fantaseando y dibujando en el aire aquellos trazos mágicos. ¡Quiero dibujar un portal!
Me ha parecido que los desenlaces de las pequeñas intrigas que se van planteando, hacia el final del libro, se resuelven precipitadamente, dejando con una sensación de ¿y esto a que viene? Y el epílogo, una justificación en formato casi monólogo, para zanjar todas las pequeñas historias paralelas que se van desarrollando a lo largo del libro.
Después de disfrutar con otro libro de Laura Gallego, Cuando los Árboles Cantan, tenía puestas muchas ganas en El Libro de los Portales. Pero, como bien dice el refranero español, donde muere una ilusión siempre nace una esperanza.
Recomendado para un público pre adolescente.
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Es muy dificil repetir exitos, sobre todo si el otro calo tan hondo entre el publico. Aun asi, tambien pienso que cada libro e historia son distintos y donde esperamos las mismas sensacines que en anteriores, la nueva obra, quiza por complejidad o ritmo tan diferente, necesita que el lector se olvide del otro libro para no hacerse ninguna idea sobre el nuevo que le lleve a no disfrutarlo por esperar algo que no va a encontrar. Y puede que sea hasta mejor, pero muy diferente…
No dudo de la dificultad de escribir. Que te publiquen un libro o que no llegue a ser publicado, pero que la gente lo lea, de una u otra forma, supone un reto muy, pero que muy, difícil de conseguir. Que encima sea un éxito debe ser la leche. Repetirlo sin duda es un desafío para el escritor y muchas veces no depende de la calidad de lo escrito sino de la fama conseguida y de las casualidades que hagan que mucha gente a la vez diga que tal libro, tal restaurante, tal película o, tal tienda es lo mejor de lo mejor y entonces vamos todos como borregos a leer, ver, comer o comprar…
Lo cierto es que cuando un libro te gusta la predisposición para volver a leer al autor es buena. El Libro de los Portales no es un mal libro, simplemente a mi no me ha llenado como otros. Siempre intento comenzar a leer cada libro intercalando temáticas (fantasía, novela, poesía, ciencia ficción, actualidad…, para evitar que los recuerdos de otras páginas similares (malas o buenas) influyan en lo que en ese momento disfruto, o para aprovechar mejor los momentos de evasión que me permiten los libros. Pero con este no lo he conseguido. Me ha faltado el mapa y los signos, que ¿me los puedo imaginar?, si …pero me han faltado…
No tenía mucha intención de leerlo de momento, así que seguiré por esa tendencia.
No creo que sea bueno clasificar los libros por edades, si me hubiesen dicho que estaba enfocado a adolescentes supongo que lo habría leido igualmente. Leí Idhun y me gustó. Para gustos los colores. Este no ha corrido la misma suerte. ;-(
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