Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.
Todo parece apuntar hacia Collado Villalba y hacia el desconocido doctor Vladimir Pérez, experto en biogenética y consumidor habitual de café con leche en un reconocido local de la plaza mayor.
Los hombres de Pablo ya estaban de camino. Después de localizar al científico en la lista de WRG lo único que tenían que hacer era llegar y llevárselo. Luego ya tratarían de convencerlo para que fuera lo más colaborativo y servicial posible y si no bastaba con un café con leche siempre podían usar otros métodos más directos y contundentes.
Era una operación de extracción en toda regla. Un par de exploradores sobre el terreno para evitar sorpresas y un grupo de tres mercenarios para el trabajo duro, aunque si llegaban antes que La Corporación no deberían encontrar ninguna resistencia. Collado Villalba era una zona tranquila, al menos durante el día y entre semana.
Por su parte la resistencia tenía en su poder a un Z con vida. Eso por si solo ya constituía un gran logro, pero era como darle un panzerfaust a un niño de 3 años, aún no sabían que hacer con él y mantenerlo encerrado en una habitación de un motel barato no era una de las mejores ideas que habían tenido hasta la fecha. Necesitaban al doctor y necesitaban un plan para acabar con la amenaza zombie antes de que todos sus miembros fueran mordidos o aniquilados. Aún con una relación de bajas de 1:10 acabarían quedándose sin gente para luchar en menos de un mes.
La verdad es que si no hubiera sido por el comentario de ese mercenario moribundo nunca hubieran conocido la existencia del doctor, aunque ahora tampoco tenían demasiado claro donde encontrarlo. Collado Villaba no era precisamente un pueblo con 200 habitantes y lo único que habían conseguido averiguar era lo del café con leche en la plaza mayor. Estaban a sólo 20 kilómetros y eran ya las siete de la tarde. A esas horas nadie tomaba café con leche y menos un día entre semana.
Cornelius era el que estaba más cerca, pero iba a pie y por carreteras secundarias. Su excursión por bares de carretera había transcurrido sin ningún incidente destacable. Había llenado un par de cámaras frigoríficas con regalos para sus amigos. Había jugado al béisbol con un par de amables camareros para recordar viejos tiempos y había tenido mucho tiempo para pensar. Cada vez le suponía un esfuerzo mayor, sobretodo con el estómago vacío, pero al final lo vio claro. Su cuerpo estaba cambiando y no sabía de cuanto tiempo disponía. Y eso no era lo peor. No podía contar con la ayuda de nadie. La Corporación lo buscaba para experimentar con su cuerpo y el virus que estaba intentando matarlo lentamente. Los hombres de Paco le buscaban para experimentar con su cuerpo y el virus que estaba intentando matarlo lentamente y la resistencia… la resistencia desconocía su existencia aunque ellos tenían a su propio Z.
Estaba claro que la única salida satisfactoria para todos era quitarse esa cosa y olvidarse del asunto. Sin virus ya no habría ni mercenarios ni militares intentando conseguir su cabeza…y el resto de su cuerpo. Sólo podía acudir al doctor Pérez. En realidad podría acudir a cualquier otro pero su sexto sentido le decía que eso no iba a ser una buena idea. ¿Un virus experimental, altamente mortal y descontrolado en un hospital público lleno de pacientes? La Corporación le pagaría por ese favor lo que pidiera y algo más.
No, primero debía encargarse del virus y luego volver a sus investigaciones. Estaba seguro de que tenía que haber pasado algo por alto. Los casos se habían incrementado de manera notable estos últimos años y nadie puede actuar así sin dejar un rastro que seguir. Tenía que encontrar el origen de esa mutación, virus o lo que fuera y el doctor parecía la mejor opción disponible.
-Venga chicos cargadlo todo en los vehículos, nos vamos- Gritó Pablo a sus hombres.
Segundos después sonaba el teléfono del piso franco.
-Responded chicos, vamos, responded.- Fernández se estaba impacientando, lo habían vuelto a trasladar esta vez a la sección Cangrejo. Tenían programada una intervención a gran escala.
-Vamos coged el maldito teléfono…-
-Lo sentimos en estos momentos Pablo y sus amigos no están en casa, deje su mensaje después de la señal.
-Mierda.
-Piiii.
-Por si alguien escucha este mensaje a tiempo, ¡¡¡NO VAYAIS A COLLADO VILLALBA ES UNA TRAMPA!!!
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