El despertar de Antaros es una novela de fantasía en toda regla y se nota mucho cómo bebe de las obras clásicas del género. A la multitud de razas que hacen presencia en la historia (humanos, elfos, enanos, trasgos, orcos…) se unen hechiceros, que harán uso de increíbles facultades mágicas, y grandes guerreros, todo ensalzado por fuertes valores como la lealtad, el honor o la amistad bajo un marcado tono épico durante la trama.
Este conjunto debería alegrar a los lectores más conservadores, con más razón al encontrar entre sus páginas situaciones o características ya muy habituales (con enanos cabezotas y amantes de una vida bajo la superficie terrestre o la existencia de un gran Árbol que actuará como protector del mundo en el que se desarrolla la historia). Sin embargo, esto no debería disminuir el número de potenciales lectores de la obra, pues el autor no se ha limitado a recopilar elementos típicos ya vistos en otros libros, colocar un enemigo al que vencer y, a partir de ahí, dirigir los pasos de los protagonistas hacia la consabida batalla final. Según yo lo veo, Néstor Bardisa ha elegido una serie de características que le gustan para tomarlas como base (la cual, también es justo decirlo, ayudará a un mayor número de personas a imaginar de forma más sencilla todo lo que se cuenta en la obra), para, después, imprimir su propia visión sobre las mismas y dar forma a una novela muy sólida que tiene muchos puntos positivos.
Entre las 380 páginas con las que cuenta el libro (he leído la versión física) encontramos un mapa, sencillo y funcional, que evitará que nos perdamos mientras leemos cómo los diferentes personajes viajan por diversas localizaciones de Undra (nombre que recibe este mundo). En total, son cuarenta y tres los capítulos en los que se divide, además del épilogo. No todos tienen la misma longitud y tampoco veremos algunos demasiado extensos, algo que, en lo personal, agradezco.
Narrado en tercera persona, el ritmo es francamente bueno y no he encontrado partes pesadas o tan poco interesantes como para pensar que sobraran. Digamos que no es ni lento ni muy intenso; se toma el tiempo necesario para dar las oportunas explicaciones o descripciones. Y los diálogos, creíbles y dinámicos, continúan dando esa buena sensación lograda por el narrador.
Una pequeña espinita clavada que tengo es que hay bastantes páginas en el libro, aunque también muchos personajes con suficiente peso en la trama que han de repartírselas. Sé que para gustos, colores, y que habrá quien prefiera algo más directo, pero me pareció que quizá el libro necesitara de una mayor extensión para tanto personaje. Algunos son muy interesantes y merecen su espacio, el cual me pareció algo escaso, aunque esto no es más que una apreciación personal por apego a los mencionados. Aún así, he de reconocer el buen trabajo de Néstor Bardisa al contar con tantos personajes y lograr atribuirles características y personalidades lo suficientemente diferenciadas como para que cada uno de ellos pareciese único.
Otro punto a favor, que me pareció muy bueno, es el de las notas a pie de página, breves explicaciones sobre alguna expresión soltada por un personaje o la aclaración o ampliación de información que de haber aparecido en el propio texto podría haber ralentizado el mismo. Así, deja a elección del lector cuándo leerlas, en lugar de forzarlas a aparecer en medio de algún diálogo.
Algo que me ha llamado la atención, y solo mencionaré por encima ya que esta novela se encuentra en pleno proceso de corrección en pos de una nueva edición, es la obsesión del autor por las “comas”. Las hay en un número algo excesivo, lo que lleva a que, en ocasiones, haya que releer algunas líneas varias veces para comprender el mensaje que pretenden transmitirnos. No es que la lectura se vuelva complicada, pero llama la atención cuando hay otros tantos signos de puntuación que, quizá, hubiesen permitido una mejor primera comprensión de dichas líneas. No obstante, repito, no es algo que entorpezca la lectura al punto de remarcarlo como punto negativo a tomar en consideración, además de que es muy posible que este aspecto haya sido subsanado con la nueva edición.
Especial mención, por cierto, para el bando enemigo. No es mi intención spoilear a nadie, de ahí que únicamente diga que me ha parecido genial; misterioso, con mucha fuerza, inteligente, presentado a cuentagotas y como una verdadera amenaza que juega unas cartas que muy pocos sabrían. Mi enhorabuena por este aspecto, porque todo lo que rodea a su ser, forma de actuar y modo de presentación es muy bueno.
En resumen, El despertar de Antaros ha sido una lectura muy entretenida y amena, con momentos francamente buenos, personajes variados y bien diferenciados y con combates bien definidos y explicados. Una novela que recomiendo, sin duda alguna.
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