El profesor Hansën había oído hablar de ese antiguo teorema. Nadie había conseguido probarlo pero ese pequeño e insignificante detalle no iba a amedrentarlo.
El teorema de los 1000 monos o teorema del mono infinito.
Según el enunciado de este teorema 1000 monos escribiendo durante un tiempo infinito podrían reproducir palabra por palabra El Quijote de Cervantes. Es más, podrían reproducir El Quijote y todas las obras de Miguel de Cervantes, Shakespeare y cualquier otro escritor habido o por haber.
La simpleza de tal enunciado desconcertaba a Hansën que no entendía porque nadie había probado aún la veracidad de tal teorema del que estaba plenamente convencido. Tan convencido que aprovechó la estancia del último circo en su ciudad para adquirir tres monos acróbatas, Rudolf, Rupert y Randolf. Eran perfectos para el experimento.
Rudolf, Rupert y Randolf
Sin embargo llevaba ya más de siete años con el experimento y aún no había obtenido ningún resultado cuantificable. Empezaba a cuestionarse que pudiera resultar tan fácil demostrar un teorema tan sencillo. Y los monos empezaban a mostrar claros síntomas de agotamiento y vejez. Necesitaba obtener resultados YA!!!
Años después y sin haber obtenido ningún resultado Hansën abandonó definitivamente el proyecto y devolvió los monos a su antigua vida, Rupert le miró con ojos tristes y apenados.
Lo había intentando todo, les leía a Saramago cada noche, oían música clásica de fondo, tenían sillas ergonómicas y reposapies, agua y plátanos en abundancia y se había planteado la posibilidad de darles un día libre a la semana, pero eso hubiera modificado los parámetros del enunciado del teorema. Incluso en momentos de plena desesperación les permitió copiar de algún texto que tenía a mano como Homero o Ken Follet, lo que técnicamente hubiera constituido una violación clara del enunciado… pero necesitaba esos resultados.
Abrumado por la magnitud del desastre Hansën abandonó a los pocos días su carrera como investigador y dedicó el resto de sus días a buscar tréboles de cuatro hojas. Estaba convencido de que si buscaba el tiempo suficiente podría encontrar no sólo tréboles de cuatro hojas sino cualquier objeto perdido del universo. Estaba equivocado.
¿O no?
Como todos los descubrimientos que merecen ser recordados el azar jugaba un papel muy importante y este caso no iba a ser diferente. De todos los monos sólo uno sabía escribir. Sólo uno!!! Esa era la clave.
Los datos que sus herederos mostraron al mundo años después conmocionaron a la comunidad científica. El teorema de los mil monos había sido demostrado…si es que eso era posible.
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SOLUCIÓN: ¿Qué escribió el mono que sorprendió al mundo? |
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Bien, estamos ante un enigma clásico en el que toda la información la podemos obtener de las diferentes pistas que aparecen en el texto.
Lo primero que nos preguntan es ¿que és lo que escribió el mono que sorprendió al mundo? y aquí encontramos la primera pista que nos permite constratar la veraciadad del texto. Sólo existe un mono escritor.
El siguiente paso sería poder determinar cual es el mono escritor. A priori y sin más información podría ser cualquiera. Los nombres son similares, en la foto todos parecen iguales… Tiene que existir en algún lugar un detalle, por pequeño que sea, que nos permita establecer una hipótesis y luego intentar verificarla. Afortunadamente existe.
Entre todos los detalles superfluos del texto, el doctor y la vida de los monos, deberíamos fijarnos en que cuando el doctor Hansën decide cancelar el proyecto solo uno de los monos se muestra afectado. Y ese mono es Rupert.
Demasiadas coincidencias, solo un mono sabe escribir, solo un mono se apena al cancelar el proyecto…parece que estamos en el camino correcto.
Ahora unicamente tenemos que demostrar nuestra teoría. Cogemos los datos que se presentaron al mundo y aparentemente no tienen ningún significado. Podrían estar encriptados, o haber sufrido algún tipo de manipulación pero nada apunta en esa dirección. Y aunque lo hiciera, siempre hay que empezar por lo más simple. S funciona tendremos la solución, en caso contrario subiremos el nivel de dificultad.
En este texto tenemos varias opciones pero si suponemos que es el texto escrito por los tres monos y solo uno es escritor habrá que descartar 2/3 partes de todo. O quedarnos solo con lo que escribe el mono escritor.
Volvamos a la presentación de los monos, Rudolf, Rupert y Randolf. Es lógico suponer que ese es el orden en el que estan sentados en su lugar de trabajo. Luego Rudolf escribe una letra, Rupert una segunda letra y Randolf una tercera.
Empezamos a leer el texto y vemos que se va formando la frase: En un lugar de la Mancha…. La frase con la que empieza el Quijote, casualmente el mismo libro que se menciona en el texto.
Se lo que estás pensando…o deberías estar haciendolo. Demasiadas casualidades para un único enigma.
Esa es la respuesta al enigma: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo…
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Datos del Enigma
Nombre: El enigma de los 1000 monos
Código: 2013.04.03.01
Fecha de publicación: 03.04.2013
Dificultad: Enigmas para Aprendices
Recompensa: 50 puntos de experiencia para los 3 primeros en resolver correctamente todo el enigma.