Feb 122014
 
 12 febrero, 2014  Publicado por a las 11:11 Proyecto Golem Tagged with: , , , , , ,  Sin comentarios »

Klaus estaba muy nervioso, no había pegado ojo en toda la noche pensando en lo que le había dicho su maestro el día anterior: su magia estaba averiada y necesitaba una reparación urgente.

El aprendiz no sabía a qué se refería con eso, aunque sospechaba que tenía relación con la última práctica, en la que debía conseguir hacer crecer una calabaza usando tres hechizos básicos. Era un ejercicio sencillo para su nivel, sin embargo, el conjuro le falló y en lugar de salir la lluvia fertilizante se formó un pequeño tornado que provocó las burlas de sus compañeros.

Esto fue lo más vergonzoso para él.

Klaus era uno de los aprendices más veteranos; tenía veinticuatro años y este era su tercer año en segundo, lo cual significaba que era capaz de dominar la magia esencial. Pero algo había salido mal.

—Vamos, ¿estás preparado? —quiso saber su maestro cuando fue a buscarle a su habitación.
—Supongo que sí—contestó Klaus encogiendo los hombros.
—Tranquilo, iremos a ver a unos viejos amigos. Son expertos en averías.
—Eso no ayuda—resopló el aprendiz.

Maestre Morgan soltó una sonora carcajada. Era diez años mayor que él y se trataba de un hechicero experimentado en las disciplinas acuática y terrestre, además de ser respetado en el Círculo Mágico.Klaus le admiraba y le envidiaba a partes iguales y se arrepentía cada día de su vida de no haber sentido interés por la magia antes.
Tienda de Magia
Los dos hechiceros se dirigieron hacia Luna Creciente, la ciudad más poblada del Este, montados en sus respectivos corceles. Klaus solo la había visitado una vez en su vida y lo único que recordaba de ella era lo ruidosa que le resultó. Circular por la calle principal era desesperante: cientos de personas deseaban llegar a cualquier parte cuanto antes sin preocuparse por la integridad física del prójimo.

Ambos se desviaron por un callejón repleto de comercios dedicados en su mayoría a la venta de artilugios para hechiceros: vendían desde túnicas hasta los más sofisticados instrumentos de medición astronómica.

— ¿Esto ha estado aquí siempre?—inquirió el aprendiz.
—Sí, pero no todos los mercaderes abren a diario. Algunos lo hacen solo una vez al mes y hoy es ese día. Tenemos que aprovechar—aseguró Maestre Morgan.
— ¿Te refieres a los que me repararán?
—Sí, a esos. Ya verás, te gustarán—contestó el Maestre.

Klaus no le tenía tan claro.

Dejaron las monturas en la puerta del establecimiento y se dispusieron a entrar.
Por fuera tenía un aspecto semejante al resto, sin embargo no tenía un cartel donde se anunciara su nombre, pero sí uno que indicaba el horario de apertura:“Atendemos personalmente cada día de luna creciente, pueden dejar sus encargos en el buzón. Atentamente: La Empresa”

El aprendiz se asomó para ver el casillero del cual hablaba el letrero, estaba rebosante de pergaminos escritos en idioma común.

Maestre Morgan iba delante.

—Adelante, pasen. Los Maestres les atenderán en unos momentos—les recibió una enana sonriendo.
—De acuerdo—contestó Morgan.

Ambos se sentaron en la sala de espera; había cuatro personas más delante de ellos, todos ellos eran hechiceros con un problema similar al suyo, tres de ellos eran humanos y uno un elfo urbano.

Tardaron una hora en pasar, pero valió la pena. Cuando la puerta de la consulta se abrió, apareció un enano tosco:

—Venga, no tenemos todo el día—refunfuñó.
— ¿Es que no vas a saludar a un amigo?—se quejó Morgan.
El enano le miró con suspicacia.
— ¡Ah! ¡Maestre Morgan! Cuanto tiempo sin verte por aquí—replicó unos instantes más tarde. ¿Quién es tu joven aprendiz?—quiso saber.
El hechicero lo presentó.
—Ya veo.Supongo que tiene algún problema que necesita solución y, como no conoces a nadie más, recurres a los mejores—señaló el enano.
—Eso mismo—afirmó Morgan.
—Por cierto, yo soy Onni y este es mi hermano Ari—dijo el enano presentando también a su socio: un elfo silvestre.
Klaus se asombró al descubrir a dos miembros de razas tan distintas trabajando juntos y que además que fuesen hermanos.
—Un placer.Veo que me has traído a un aprendiz de tierra, agua y aire—aseguró el elfo mientras observaba a Klaus.
— ¿Tienes que hacer eso siempre?—se quejó el Maestre.
—Hago mi trabajo—dijo Ari sin cambiar su expresión.
—Entonces, tenemos una complicación—suspiró Morgan.
—¿Qué, cómo? Pero dominar más elementos es algo bueno ¿no?—intervino Klaus confundido.
—Es bueno para ti, pero me temo que yo no te podré ayudar en todas las disciplinas—explicó el Maestre.
—Eso no me gusta—dijo el aprendiz.
—No, claro que no—prosiguió Morgan.
—Además de buscarte otro Maestre, vas a necesitar un canalizador.Tu magia está desestabilizada: el elemento eólico ha aparecido de manera repentina y puede amenazar el terrestre, el acuático es su aliado y juntos lucharán por suprimirlo—diagnosticó observando sus pupilas.
— ¿Tendré que llevar un bastón?—inquirió Klaus.
—Es posible.Los bastones canalizan muy bien la tierra.Aunque tal vez necesites un objeto menos contundente para tu complexión—indicó el elfo.
— ¿Una varita?—preguntó el aprendiz.
—Exacto, además creo que tengo lo que necesitas. No tendrás que esperar mucho. Enseguida vuelvo—indicó Ari mientras se dirigía al almacén.

Klaus y su Maestre no se movieron del sitio.Onni también seguía en el mismo lugar por si tenía que intervenir en algún momento, pero no fue necesario.

—Aquí tienes tu varita—aseguró el elfo mostrando al aprendiz su nueva herramienta de trabajo. Era una rama tallada de olmo que medía unas diez pulgadas, estrecha, con diminutas caracolas marinas incrustadas en ella y muy ligera.
—Está hueca, su interior guarda una pluma de halcón—señaló Ari.
—Vaya—añadió Klaus sorprendido.
—Ahora tendrás que aprender a usarla—dijo Morgan.
—Tiene una garantía de cien años, pero si se descarga la puedes traer y te la recargo.
—Las recargas no tienen costes. El precio del canalizador son 100 monedas de oro—agregó el enano.
—Eso es mucho dinero—se quejó Morgan.
—Es lo que vale, claro que también puedes a ir a uno de esos que los hacen por solo 10—replicó Onni sonriendo.
—Sabes que no lo haré—el hechicero depositó un saquito de monedas en las manos del enano. Este las peso y comprobó su autenticidad.
—Todo correcto—dijo, al fin.
—Esperamos verte más por aquí—añadió el elfo—. Mi hermano está encantado cuando llega este momento.
—Qué poco espíritu enano tienes—gruñó Onni.
El elfo se encogió de hombros.

Un mes más tarde Klaus consiguió dominar su magia, gracias a su canalizador y su nuevo Maestre de apoyo; aunque también tenía más trabajos por hacer y menos horas de descanso. Ser un hechicero multidisciplinar era muy duro.

Emma F.M

Foto Emma F.MLa puedes encontrar bailando con los elfos del bosque, cantando nanas a los vampiros o tomando el té con el Doctor. Escribe porque tiene demasiadas ideas en la cabeza que desea compartir con los demás. Su escritor favorito es Neil Gaiman.
Puedes encontrarla en Fairy Ring, Facebook o Twitter

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Ene 102014
 
 10 enero, 2014  Publicado por a las 11:11 Concursos, El Torneo del Rey Tagged with: , , , , , , , ,  Sin comentarios »

Ha llegado el momento de demostrar tu valor al mundo. Afila tu espada, prepara tu armadura y lánzate a la aventura. Ahora es el momento de sacar el escritor que llevas dentro.

Consulta las bases de la 2a edición del Concurso Sigue una Escena aquí.

Hobbits, pequeños, peludos y siempre sonrientes. Dragones, inmunes a toda clase de magia, eternos, oscuros, pero sobretodo peligrosos. Elfos y humanos, orcos y gnomos, unicornios, kenders, trolls y esos apestosos enanos, gruñones y avariciosos como ningún otro ser.

Podría pasarme el resto de la eternidad relatando historias de unos y otros, sus guerras, sus pasiones, las peores de sus pesadillas o sus mayores logros, pero no serían más que historias contadas por un viejo al que poco tiempo le queda ya. Y a cualquier historia hay que darle vida, hay que sentirla, hacerla fluir. Uno empieza pensado en extensos valles de un verde profundo y fresco, al momento le añade un pequeño bosque cerca del riachuelo de aguas cristalinas que desciende con furia desde las escarpadas montañas del hielo eterno. Los pajaros y otros seres voladores le añaden un toque de sonido, de vida, y eso es algo que un viejo moribundo no puede hacer. Ese será tu trabajo joven aprendiz. Durante años mis pasos te han guiado hasta los rincones más lejanos de este extraño mundo contemplando todo cuanto ocurría en él, esperando tu momento y al fin ha llegado. Debes terminar mi obra, debes evitar que este mundo se pierda en el olvido sino todo estará perdido para siempre.

-En algún momento aparecerá un héroe que se alzará para luchar por la libertad pero todo será en vano si nadie recuerda lo ocurrido, si nadie sabe porque ocurrió y nuestro mundo estará condenado a repetir una y otra vez su trágico final.

-Tu pluma será la fuerza que guiará los pasos de los héroes del futuro. Tus palabras el acero que derribará muros y atravesará armaduras, tus historias los ejércitos que derrotarán al mal. Pero debes darte prisa, quedan muchas historias por contar y muy poco tiempo para hacerlo.

En ese momento el viejo peregrino guardó silencio. Ahora era el momento de retirarse a descansar, un descanso eterno pero merecido después de incontables travesias surcando los mares más lejanos, de miles de aventuras vividas en remotas tierras de donde pocos humanos habían vuelto con vida y menos aún podían relatar lo ocurrir.

Ansiaba poder sentarse en un sofa junto al fuego en su pequeña cabaña de madera, enceder su pipa y disfrutar de una larga calada tras otra sin otro propósito que observar lentamente el paso inexorable del tiempo. nadie le esperaba, nadie lloraría su muerte. Con suerte el joven aprendiz estaría muy lejos de allí cumpliendo una profecía de la que no conocía ni tansiquiera su existencía. Pero así debía ser, era inútil intentar borrar un futuro que ya estaba escrito desde hacia muchos siglos.

Consulta las bases del Concurso aquí.

Nov 292013
 

Jueves 28 de noviembre,

hace dos meses que se ha terminado la cerveza de La Comarca, y el tabaco de la Cuaderna del Sur. Los clientes empiezan a mostrar su descontento ante esta especie de Ley Seca, impuesta por el viejo Ben, destrozando cualquier pieza de mobiliario que esté a su alcance. Ante semejante escalada de violencia gratuita y la imposibilidad de aplicar métodos tradicionales, como el de la pala homologada, el viejo Ben ha tomado una decisión sin precedentes. Restablecer el comercio entre la Taberna de Dalfgan y los principales exportadores de las materias demandadas, los hobbits allá en el sur.

Pero, algo que puede parecer tan sumamente simple al observador poco experimentado, y que nunca debió caer en el olvido se perdió en el tiempo, y por una serie de catastróficas desdichas se ha ido complicando una y otra vez hasta llegar a un punto muerto. Justo la clase de situaciones que el viejo Ben domina a la perfección.

Así que, sin previo aviso y sin otro motivo más que el de satisfacer todas las necesidades básicas de su menguante clientela, ha decidido coger su pala homologa y poner fin al olvido y a todas las desdichas con un poco de arena e imaginación. Es lo que más tarde, bardos y juglares narrarían en sus cantares de gesta como las 3 pruebas del Viejo Ben.

La primera prueba

Toda gran gesta empieza con un largo viaje y esta no iba a ser diferente, pero para poder emprender ese largo viaje era necesario antes echar a todos los clientes de la taberna. Otros lo habrían intentado con buenas palabras y mala música, el viejo Ben no. Se olvidó de las buenas palabras y pasó a la acción, no tenía tiempo que perder.

La segunda prueba

El viaje hasta la Comarca resultó no ser un viaje de placer surcando apacibles mares en un confortable galeón español. Los más inexplicables peligros acechaban en la oscuridad del bosque negro, en los azules cielos e incluso en los más recónditos lugares que un ser pueda siquiera llegar a imaginar, pero un dragón siempre facilia el trabajo.

La tercera prueba

Bueno la tercera prueba no parece en exceso difícil, negociar con un hobbit no es como negociar con un enano. Los enanos si que son seres difíciles de manejar y más cuando hay negocio de por medio, pero un hobbit, ¿un ser pequeño, afable y sin hachas de batalla? Cuan equivocado estás querido lector al pensar que la tercera prueba era negociar con los pequeños hobbits.

La tercera prueba consistía en vaciar sus despensas de cerveza y tabaco y créeme, ni el mismísimo Sauron se atrevería a realizar tal insensatez. Nadie, tenga juicio o no, intenta vaciar la despensa de un hobbit. Según el relato que ha llegado hasta nosotros a través del tiempo y la distancia, de boca de innumerables bardos de reconocido prestigio, aquél fue un acontecimiento que recordarían todas las generaciones futuras, hasta que cayó de nuevo en el olvido.

Afortunadamente un puñado de enanos siempre facilita el trabajo.

Ene 252013
 

La cita se había concretado hacía ya unos días y aquel viernes por la noche era el día…o la noche. Habíamos quedado en la puerta del cine a la sesión de las ocho. Luego se impondría una buena cena y unas cañas para comentar la ansiada proyección. En los cristales de las puertas del cine tres o cuatro carteles de El Hobbit nos daban la bienvenida. Gandalf , Bilbo, Galadriel y la comarca nos recibian.

The Hobbit

The Hobbit

Tras el ritual de comprar las entradas, entregarlas al revisor, que las parte en dos y nos devuelve la nuestra como si de la entrada mágica de El último gran héroe se tratase, nos acomodamos en las butacas dispuestos a disfrutar de casi tres horas de cine.

Se abre el telón…

El mundo cambia y la música nos transporta a la comarca, casi puedo oler sus verdes prados… La voz de un Bilbo ya mayor consigue que queramos estar al otro lado de la pantalla.

«- Mi querido Frodo, una vez me preguntaste si te había contado todo sobre mis aventuras, si bien puedo decirte de corazón que te conté la verdad, tal vez no te la contara toda…»

Para aquellos que no sepan con que se van a encontrar se trata de una trilogía:

-El hobbit: un viaje inesperado (The Hobbit: An Unexpected Journey, 2012)
-El hobbit: la desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug, 2013)
-El hobbit: partida y regreso (The Hobbit: There and Back Again, 2014) finalmente recibió el nombre de El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos.

Dirigidas por Peter Jackson y basadas en el libro de El Hobbit de J.R.R.Tolkien, nos cuentan las aventuras que vivirán 13 enanos, un hobbit y un mago en su viaje por la Tierra Media. Su destino, recuperar el tesoro y el trono que fué arrebatado por el dragón Smaug a los enanos en la Montaña Solitaria.

Como todo en esta vida, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. La sensación con la que salimos del cine cada uno de nosotros fué bastante distinta, y aunque coincidimos en muchos puntos, también discrepamos en algunos otros. Y ya que todo depende de cómo se mire y de quién lo mire, aquí van mis valoraciones.

– Es un pedazo de adaptación. ¡¡Desde luego que no se ciñe al libro!!, pero es que no tiene porque hacerlo. Es difícil hacer que un libro de apenas 310 páginas se convierta en una trilogía cinematográfica, así que hay que echar mano del universo Tolkien y conseguir lo que han conseguido en el Hobbit. Crear una historia de aventuras independiente al Señor de los anillos, incluyendo a personajes de este y dejando una puerta abierta a lo que esté por venir.

– Los efectos especiales y la fotografía son impresionantes, algunos dicen que excesivos pero, que bien hechos están.

– Vestuario y maquillaje un diez, esos enanos con sus grandes manos, sus pelucas y barbas infinitas, esos pies de hobbit…

– La música El Hobbit: Un Viaje Inesperado – BSO, Howard Shore sigue siendo tan buena, acertada y pegadiza como en el Señor de los anillos (cuando vamos por el monte a menudo acaba saliendo de los labios de algún miembro de la compañía) de echo algunos temas se repiten. Entre los nuevos destacaría el canto que nos ofrecen los enanos, en su versión en inglés…estremecedora.

– En cuanto a la duración, tal vez pueda parecer algo larga sin embargo, y gracias a todos los puntos anteriores, en ningún momento quise que acabara antes 😉

…se cierra el telón.

«- ¿Me prometéis que volveré? – Bilbo
– ¡Noooo! …y aunque vuelvas, jamás serás el mismo. – Gandalf»

Sin duda volveré a verla, no sé si antes o después de la próxima sesión non-stop de El señor de los anillos pero…volveré…

Versión del primer trailer en Lego