May 202015
 
 20 mayo, 2015  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Operación Guacamayo son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
La muerte de Cornelius Tamphels no fue la victoria que La Corporación estaba buscando. Nuevos brotes y nuevos peligros acechan a todos los supervivientes pero ellos estarán allí para detenerlos.
Si quieres participar consulta la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.

 

La noche había sido larga, demasiado larga. Acosados por militares y zombies su única opción para salir con vida de ese infierno fue volver a subir a uno de los camiones que abandonaba con prisa el lugar.

El primero en despertar fue el conserje. El ruido de los frenos y el grito del soldado que controlaba el acceso al complejo le devolvieron a la realidad. Estaba atrapado con esos tres becarios aspirantes a cerebritos en un camión militar cargado de cajas de madera y con destino a quien sabe donde.

Y para arreglarlo parecían ser los mismos militares que decidieron volar el laboratorio y cargarse a su perro. No tendrían que haberlo hecho, ese perro era lo único que le obligaba a levantarse cada mañana para acudir a un trabajo de mierda con un sueldo de mierda. Pero con algo tenía que pagar la comida del perro y la caseta del laboratorio era un lugar tranquilo donde poder escuchar las retransmisiones de los partidos de 2ª regional.

Había llegado el momento de devolverles el favor. Si había militares habría explosivos y si había explosivos habría explosiones.

Survival Zombie - Camión militar
Ingrid y Rebeca despertaron cuando el camión se detuvo por segunda vez ante la puerta de un hangar. El conserje seguía a lo suyo abriendo cajas en busca de algún explosivo para su fiesta particular. Zoilo ajeno a todo seguía durmiendo en el fondo del camión. Nadie en su sano juicio seguiría durmiendo a estas alturas y en esta situación pero a Zoilo viajar le provocaba un sueño profundo. Tal vez fue eso lo que le salvó. Tal vez lo mejor hubiera sido morir y olvidarse de todo.

Un portazo. Pasos. El conductor se dirigía inevitablemente hacia la parte trasera del camión. Después de todo ahora no parecía una idea tan buena subirse de nuevo a un camión militar.

Y luego estaba esa caja de madera en el centro del camión. El viejo casi había conseguido destaparla cuando la lona trasera se abrió dejándolos al descubierto.

-¡¿¡¿ Pero que demonios !?!?…
-Corred chicas corred -gritó el conserje justo cuando dejaba caer la tapa de la caja de madera que ya había conseguido abrir.

Ingrid y Rebeca saltaron del camión pasando literalmente por encima del sorprendido soldado, pero el soldado estaba bien entrenado y el conserje no era tan rápido como las dos becarias. Acabó estampado contra el suelo y con la rodilla del soldado presionándole las costillas. Le costaba respirar, notaba como la presión aumentaba poco a poco y como los ojos del soldado, encendidos de ira, se le clavaban como puñales. Tal vez fue eso lo que le salvó.

El soldado levantó el cuchillo para rematar el trabajo. El conserje sabía que había llegado el momento de salir a buscar a perro y solo lamentaba no haber encontrado algún explosivo para dejarles un buen recuerdo.

El cuchillo empezó a bajar, lo más probable era el corazón. Un golpe certero, una muerte segura. El viejo no era un héroe, ni siquiera pretendía serlo y en esos momentos estaba tan asustado que no prestó atención al grito desgarrador que salió de la boca del soldado. Solo esperaba su muerte. El soldado seguía gritando, unos gritos que hubieran helado la sangre de cualquiera que estuviera suficientemente cerca para oírlos, pero solo estaba el conserje.

Ese ser deforme que se había arrastrado desde la caja de madera atraído por el ruido por fin tenía algo a lo que incarle el diente. Con el primer mordisco arrancó carne y tendones del cuello del soldado. La sangre brotaba y los gritos del soldado siguieron hasta que en el tercer mordisco perdió el conocimiento y se desplomó encima del conserje. Muerto.

El podrido seguía masticando los trozos de carne que le había arrebatado al cadáver que yacía inmóvil en el suelo, pero pronto iría a por más. El conserje seguía atrapado bajo el peso del cuerpo y todos sus esfuerzos por liberarse de esa mole de 120 kilos no daban resultado. La bestia asomó la cabeza entre las lonas del camión. Había olido carne fresca y quería otra ración para saciar su voraz apetito y se lanzó a por su presa.

No era un ejemplar especialmente rápido. Sus movimientos torpes y lentos fueron lo que le salvó la vida al conserje. Eso y la ayuda de Ingrid y Rebeca que, tirando como si les fuera la vida en ello, lograron sacarle de debajo de ese cadáver putrefacto que lo mantenía aprisionado.

Demasiado tarde para volver a por Zoilo. Solo podían correr y huir de ese engendro del demonio.

May 062015
 
 6 mayo, 2015  Publicado por a las 11:11 Crónicas, La Taberna de Dalfgan Tagged with: ,  Sin comentarios »

Las explosiones fueron lo primero que oyeron al despertar. Eso y la voz de alguien que gritaba.

-Ellos tienen armas pero yo tengo a mis hijitos. Id a por ellos, id a por ellos.

Todo estaba oscuro en la parte trasera de ese camión y ninguno de los que estaban allí tenía la más remota idea de como habían acabado atados en ese lugar.

El viejo conserje fue el primero en hablar.

-Chico, si tu, el que tiene cara de tonto. Anda acércate y coge la navaja de mi bolsillo. Tenemos que salir de aquí antes de que esos tipos vuelvan. No pienso quedarme para averiguar cuales son sus intenciones.

Zoilo se acercó sin preguntar. Tampoco tenía intención de quedarse más rato del estrictamente necesario. Parecía que fuera alguien se divertía con los explosivos.

Al poco rato cientos, miles de personas, aparecieron por el camino principal corriendo como si el mismísimo diablo les estuviera persiguiendo.

Al fin habían conseguido desatarse pero la noche no había hecho más que empezar.
Survival Zombie - Santander
Los rumores no dejaban lugar a dudas, un conde había decidido soltar varios engendros modificados genéticamente por las calles de la ciudad. ¿O eran los militares los que habían atacado primero el palacio? En cualquier caso había que encontrar una vía de escape y rápido. La infección se propagaba con rapidez. Tal y como había dicho el doctor Zapato. Lo mismo que había ocurrido en Cabanillas días antes y si la información que tenían era cierta lo mismo que ocurriría hasta que La Corporación consiguiera tomar el control absoluto.

-Oye perdona, ¿donde estamos?
-Santander, ¿es que acabas de venir de un viaje en el futuro? Santander, 25 de abril de 2015 y te recomiendo que corras si aprecias tu vida.

Bueno, no todo era tan malo, no habían viajado en el tiempo y ya sabían en que ciudad estaban. No demasiado lejos del Centro de Investigación, o de lo que quedara de él.

Las rutas de escape no eran demasiado tentadoras. Hacia el oeste por el paseo marítimo o hacia el norte, hacia el deshabitado parque de las LLamas.

Esa parecía la mejor opción para escapar. Espacios amplios, lugares dónde ocultarse….

Si, no había duda irían hacia el norte.

Mi experiencia

En esta ocasión los chicos de WRG han decidido hacernos sudar de lo lindo en una Survival donde había que enfrentarse a una zona de juego de algo más de 10 quilómetros cuadrados.

Pero vayamos paso a paso.

Para ponernos en ambiente el conde Posado de San Juan nos invita a las I jornadas de manipulación genética en el palacio de la Magdalena, un espacio inigualable para la presentación del evento. Todo parece que marcha según lo previsto hasta que durante el discurso de inauguración los militares atacan el palacio, el conde se cabrea y manda cientos de zombies a invadir las calles tomadas por los militares.

En medio casi 3000 supervivientes que tendrían que escapar y correr para conseguir los diferentes sellos de cada zona.

En total había 5 zonas de las que pudimos completar tres, la zona de las Llamas, la zona de los jardines de Piquio y la zona del espolón.

Empezamos por el parque de las Llamas y allí ya pudimos darnos cuenta que esta vez nos tocaría correr. La distancia entre pruebas eran grande y en algunas ocasiones había que hacer el recorrido varias veces.

Sin embargo la dificultad una vez llegados a la prueba no era demasiado elevada y tampoco había que rolear en exceso. Estos dos factores creo que fueron el pilar básico para evitar largas esperas en cada prueba que de otra forma se podían haber alargado de manera alarmante.

Otro de los puntos a destacar en esta survival fue la gran cantidad de lugares a los que acudir. En otras survivals la dificultad era encontrar los diferente lugares o la información que te lleva a ellos. En este caso no fue así. Cada sello te llevaba al siguiente o en su defecto podías llegar a encontrarlos sin demasiada dificultad. Esto agilizaba todo el evento y permitía ir avanzando a los supervivientes a su propio ritmo.

Con la superficie a cubrir conseguir ambientación en todas las calles era tarea casi imposible pero para minimizar este efecto durante toda la noche un autobús cargado con zombies tenía la amabilidad de ir repartiendo muerte allí donde más supervivientes se concentraban.

Después de los primeros ataques el rumor corrió como la pólvora y al grito de autobús los supervientes empezaban a correr como pollos sin cabeza. Eso unido a algunos Z’s que recorrían las calles hacía que tuvieras que estar en tensión durante todo el rato aunque el resto de militares y Z’s estuvieran concentrados en las pruebas.

Y llegamos a la que considero la mejor zona en la que pudimos disfrutar. Los jardines de Piquio.

Superada la primera zona sin bajas nos dirigimos a la siguiente. La lucha entre el conde y los militares estaba clara y las fuerzas de WRG querían recultar al mayor nº de supervivientes para su bando. Ahí teníamos que enfrentarnos a una prueba de valor y lealtad. Conseguir una concha Conda y algo de dinero. Una prueba relativamente fácil si no hubiera sido por los 5 Z’s que custodiaban el parque como si esas conchas y el dinero les fueran a servir para tomarse un café.

Esa fue una de las pruebas más arriesgadas a la que tuvimos que enfrentarnos a lo largo de toda la noche. No había huecos por donde entrar, no había margen para el error y a diferencia de otros Z’s más permisivos aquí había que esprintar de lo lindo para sobrevivir.

Conseguimos la pasta y quien tiene pasta tiene poder. Luego conseguimos cambiar con otros supervivientes pasta por comida y a por nuestro sello. Ya habíamos demostrado nuestra lealtad, ahora solo quedaba que nos convirtieran en máquinas de matar. De eso se encargó el oficial al mando en el parque de los pinos. Empezamos con entrenamiento suave, para calentar, unas sentadillas hasta que alguien se fue de la lengua. Ahí es donde empezó el verdadero entrenamiento a base de flexiones. Una,dos,tres,tres,tres,tres…. en algún momento nos íbamos a convertir en mercenarios de verdad listos para la lucha y todos esperábamos que ese momento llegara pronto.

Al final llegó, ya solo nos quedaba hablar con el coronel para conocer nuestro destino.

La del coronel fue otra de las mejores pruebas de la noche. Había que conseguir un código de acceso que casualmente colgaba del cuello de un Z. Y no solo eso sino que existían varios códigos y solo uno era el correcto.

Después de varias carreras esquivando al Z y a los otros zombies que se unieron a la fiesta entre varios supervivientes conseguimos uno a uno todos los dígitos necesarios.

Nuestro objetivo ahora era llegar al ayuntamiento a casi 2 quilómetros de distancia. Ya eran las 4:03 a.m

Nos separamos por una de las cada vez más frecuentes hordas de zombies pero logramos reagruparnos en el palacio de festivales. Desde allí al ayuntamiento, y a conseguir las pruebas del espacio joven y de la catedral para volver al espolón.

Habíamos conseguido los 12 sellos necesarios y desde el espolón nos mandaron a paso ligero de nuevo hacia el palacio de la Magdalena.

Allí los militares parecían tener acorralado al conde pero aún quedaba una última misión por cumplir. Teníamos que conseguir una foto del conde y una muestra de agua del baño.

El amanecer cada vez estaba más cerca, estábamos a punto de conseguirlo y salir con vida de ese infierno.

Abr 222015
 
 22 abril, 2015  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Operación Guacamayo son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
La muerte de Cornelius Tamphels no fue la victoria que La Corporación estaba buscando. Nuevos brotes y nuevos peligros acechan a todos los supervivientes pero ellos estarán allí para detenerlos.
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Centro de investigación de enfermedades contagiosas. En algún remoto lugar…

-Doctor Zapato ¿qué le trae por aquí tan temprano? ¿Y un sábado? Hoy solo trabajan los becarios.
-Jorge, necesito acceder al laboratorio cuanto antes. Tengo que comprobar unos datos que recibí ayer por mail. La vida de millones de personas puede depender de….
-Lo siento doctor. Ya sabe que le aprecio mucho pero las normas son las normas. Sin identificación no puedo dejar entrar a nadie.

Mientras tanto no muy lejos de algún lugar remoto…

Equipo Rojo 7, todos preparados llega estimada en 4 minutos

Centro de investigación de enfermedades contagiosas. En algún remoto lugar, 1 minuto más tarde…

-Jorge, hace tiempo que estoy jubilado. ¿Como coño voy a tener una identificación? Pero tengo que entrar, tu familia podría morir en las próximas 24 horas si no verificamos estos datos. Mi familia podría morir, hasta el gato podría acabar en un agujero. Esto es realmente serio.
-Joder doctor nunca le había visto tan serio antes, pero las normas…
-Al cuerno con las normas. ¿Quieres vivir? ¿Quieres ver otro amanecer?

Mientras tanto a menos de 2 minuto de algún lugar remoto…

– No queremos supervivientes. Las órdenes son muy claras. Entramos en el complejo, nos cargamos a los objetivos y salimos por dónde hemos venido.
– Pero señor ¿y si el objetivo no está en el complejo?
– Estará Fernández, estará. Ahora mismo está detenido en la puerta principal.

Centro de investigación de enfermedades contagiosas. En algún remoto lugar…

-Solo puedo darle 2 minutos doctor. Espero que sea realmente importante sino me van a jubilar a mi también.
-Vamos, no hay tiempo que perder.

Dentro del Centro de Investigación de enfermedades contagiosas. En algún laboratorio…

-¡¡¡Zoilo!!! ¿todavía sigues de becario?
-Los recortes doctor, o eso, o emigrar al norte,  ya sabe que a mí las morenazas me pierden y Ingrid sigue aquí.
-Tengo algo muy gordo entre manos Zoilo y no hay tiempo que perder ¿recuerdas aquél proyecto en el que estuvimos investigando durante años?
-Si, lo suspendieron cuando usted se jubiló.
-Tengo que recuperar todos los datos. Y toma introduce todo lo que hay en el pen en el ordenador central. Desde aquí no podré trabajar.

500 balas fueron solo el principio.

El equipo Rojo 7 hizo uno de sus mejores trabajos ese día. Los primeros en caer fueron los dos agentes de seguridad que había en la entrada principal. El francotirador se ocupó de los que vigilaban el acceso a los laboratorios de nivel 5. Y el equipo se desplegó por todo el complejo como mercenarios entrenados y bien pagados.

Aquello fue una carnicería. Los otros dos agentes de seguridad que controlaban los pasillos solo pudieron bloquear el acceso segundos antes de oír la explosión que hizo saltar la puerta blindada por los aires. No vieron ni oyeron nada más.

Entonces fue cuando empezaron a sonar las alarmas y se escucharon los gritos de los becarios.

Solo necesitaron dos minutos para encontrar al profesor, al perro del conserje y a Jorge. Tres balas, una para el perro, una para el doctor y la última para Jorge que finalmente no vería su próximo amanecer.

Los becarios iban muriendo uno tras otro. Las balas silbaban en todas direcciones. Los cristales estallaban en mil pedazos y los productos químicos empezaban a combinarse de manera descontrolada.

Entonces sonó la alarma de riesgo biológico. Alguien, casi con toda seguridad Fernández, había disparado a algo donde se advertía claramente que no había que disparar. Si, el símbolo de la calavera y de virus chungo de cojones es una advertencia suficientemente clara para la mayoría de personas.

-Objetivo abatido señor. Solo quedan algunos becarios…
-No hay tiempo para eso. Parece que algún inepto ha decidido montar una fiesta de virus por su cuenta. Nos retiramos. Colocad las cargas explosivas y acabad con todo el edificio. No tiene que quedar nada.

Zoilo, Ingrid y Rebeca estaban en la zona de archivos, buscando la información del proyecto XZ-323. El conserje en su caseta, escuchando la retransmisión del último partido de 2ª regional.

La primera explosión convirtió en humo lo que antes había sido uno de los laboratorios de enfermedades contagiosas más destacado de la región, estuviera donde estuviera. La segunda explosión destrozó toda la zona de archivos y almacenaje del complejo.

La tercera explosión acabó con el resto de edificios. Y el conserje, algo mayor para su edad, seguía viendo la retransmisión del partido hasta que la onda expansiva destrozó con brutalidad su televisor y su garita de mantenimiento. Acabó tirado en el fondo de un pequeño cráter junto a otros tres personas, inconsciente y con cientos de cristales pegados a su cara.

Tal vez eso fue lo que les salvó. Tal vez lo mejor hubiera sido morir.

Abr 152015
 
Survival Zombie: Operación Guacamayo son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
La muerte de Cornelius Tamphels no fue la victoria que La Corporación estaba buscando. Nuevos brotes y nuevos peligros acechan a todos los supervivientes pero ellos estarán allí para detenerlos.
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-¡¡¡Hijo eres más tonto que un zapato!!!- Esa era la primera y última frase que el joven Andrés Zapato García oía al levantarse y al acostarse. Con el tiempo Andrés creció y empezó a destacar en el campo de la biología molecular, pero su madre seguía repitiéndole una y otra vez la misma frase. Así fue como todos acabaron llamándolo doctor Zapato. Uno de los científicos más influyentes y respetados hasta el mismo día en que se jubiló. Entonces lo dejó todo, alquiló una autocaravana y se dedicó a viajar por el mundo con su preciosa esposa de 87 años y su gato de edad desconocida al que todos cariñosamente llamaban Perro.

Nunca más volvió a pisar un laboratorio, ni a secuenciar ninguna cadena de ADN. Ni siquiera sentía curiosidad por los últimos avances en el campo de las mutaciones genéticas que se estaban investigando en los laboratorios más importantes del mundo. De su época como científico solo conservaba una vieja bata blanca con manchas de productos químicos de los que la mayoría de gente desconocía su existencia y una foto de su puesto de trabajo donde reinaba un caos paradójicamente ordenado.

Ahora lo único que le importaba era disfrutar de una jubilación tranquila junto a su vieja esposa y su viejo gato. Nada más. Pero el destino tenía otros planes para él.

Survival Zombie -  Lago Misurina, Dolomitas

Esa iba a ser una mañana como cualquier otra. Hacía dos días que habían llegado a orillas del lago Misurina, en las dolomitas italianas. Un lugar tranquilo, un paisaje espectacular y una temperatura agradable para la época del año. Todo apuntaba que sería una magnífica jornada de paseos por el monte que finalizaría con un chuletón a la parrilla y un buen vino de la Toscana para regarlo. Y así habría sido si esa mañana de abril el doctor Zapato no hubiera leído su correo.

-Spam, spam, spam, más spam, publicidad, un hacker preguntándome mi contraseña del banco, el banco avisándome de un nuevo cargo en la tarjeta, comentarios de facebook, spam, otro spam, un billete premiado con 100.000 euros, un viaje gratis, el fin de la humanidad, más publicidad, otra carta del banco…

Por alguna razón antes de seleccionar todos los mensajes y mandarlos de vuelta al inframundo se fijó de nuevo en el que ponía «Fin de la humanidad – URGENTE». Ese era nuevo, salvo los años bisiestos, los eclipses lunares y los finales de milenio nadie hablaba del fin de la humanidad y mucho menos con carácter de urgencia. Ya casi estaba punto de suprimirlos todos cuando Perro saltó encima del teclado derramando la taza de café hirviendo en un lugar en el que no es conveniente derramar café hirviendo ni nada que esté por encima de los 50ºC. El alarido despertó a Blanca y lo único que se le ocurrió decir en su defensa al doctor fue

-Cariño es el fin de la humanidad y parece que es urgente- tras lo que los dos soltaron unas buenas carcajadas, quizá las últimas en mucho, mucho tiempo.

Pese a lo cómico de la situación, la innata curiosidad del doctor hizo que se decidiera a abrir el correo electrónico para aportar argumentos adicionales a su reciente afirmación. Todo buen científico que se precie debe aportar datos y fuentes fiables para respaldar sus afirmaciones aunque estás estén relacionadas con el fin la humanidad.

Blanca espera impaciente algún argumento como la desviación del eje de la Tierra por el paso de un comenta cercano, o la especial virulencia de las erupciones volcánicas en esta época del año o incluso alguna profecía desconocida que Nostradamus hubiera escrito en la servilleta del algún McDonalds hacía tropecientos mil años. Podríamos decir que después de tanto tiempo conviviendo con Zapato se hubiera esperado cualquier cosa menos lo que vio reflejado en su cara.

Solo recordaba esa cara en dos ocasiones y ninguna de esas dos ocasiones le traía buenos recuerdos. La primera fue cuando el virus XZ-323 se descontroló en el laboratorio nº 5 y murieron 17 personas. Si ese virus hubiera llegado a la calle las dimensiones de la catástrofe habrían sobrepasado las peores predicciones de Nostradamus y de todos sus colegas en una noche de borrachera y fiesta loca. La segunda… Blanca no podía recordar la segunda sin derramar una lágrima de pena.

-Cariño esto parece realmente grave. Si se confirma solo la mitad de lo que este tal Cornelius Tamphels me ha mandado vamos a tener que aplazar nuetra jubilación de manera indefinida. Ese tipo sabía muy bien lo que tenía entre manos cuando escogió el asunto del mensaje. Si lo que pretendía era llamar mi atención lo ha conseguido.

Dic 292014
 
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.

-Como me gusta el olor del napalm por la mañana.

Esas fueron las primeras palabras que oía después de varias noches inconsciente. Y no me sorprendió tanta falta de originalidad proviniendo de Pablo. Nunca había tenido más imaginación que la que pueda tener un piedra que ha vivido toda su vida en un desierto de arena.

-¿Qué tal has pasado las últimas noches con Indie Cornelius?

¿Indie? ¿Quién coño era Indie? Y por qué Pablo sentía la necesidad de compartir su asquerosa sonrisa conmigo. ¿Le gustaba ver como me retorcía en esa camilla después de cada inyección?

-Dr. Indie ¿como está nuestro paciente hoy?

-Bien, parece que aguanta todos los retroantivirales que he probado con él. Me estoy divirtiendo como nunca antes capitán.

-Si, si todo eso me parece de lo más bonito, y en cuanto acabe el trabajo nos pasamos por una tienda de juguetes y le compró uno nuevo pero necesito el virus y lo necesito ya.

-Eso no será tan fácil. En cuanto abandona su cuerpo el virus muta y se convierte en un simple virus Z, por eso todos aquellos a los que muerde se transforman sin más en vulgares apestosos. Parece ser que lo único que mantiene con vida al virus es Cornelius, al menos de momento.

-Explíquese.

-El virus está empezando a cambiar dentro de su propio cuerpo y en pocos días será uno más de ellos. No se puede hacer nada para evitarlo.

-Entonces consígame ese virus antes de que sea demasiado tarde, sino no va a haber juguetes nuevos, solo dolor, mucho dolor.

Pero ya era demasiado tarde para todos. La explosión del camión en la entrada de los túneles disparó todas las alarmas.

Survival Zombie - Búnker

Los militares de La Corporación habían llegado hasta su objetivo. ¿Como podían haber cometido un error tan grave a estas alturas? ¿Quién había cogido un camión de WRG para escapar de Ayllón?

No había tiempo para tantas preguntas, había que preparar las defensas y buscar una salida.

Cornelius oía a lo lejos las explosiones y las balas. Los hombres de Pablo estaban bien entrenados y su posición defensiva dentro de este búnker abandonado parecía segura. Ni siquiera una explosión sería suficiente para derribar estos muros.

Las defensas exteriores habían caído tras el primer asalto. Todo, tal y como estaba planeado. Los francotiradores habían realizado a la perfección su trabajo y los dos equipos de asalto se habían encargado del resto, pero no habían podido evitar que dieran la alarma y cerraran las puertas.

Les llevaría mucho tiempo poder entrar en el búnker. Demasiado si no querían llamar la atención más de lo necesario. Y tampoco sabían si el objetivo estaba dentro o no. Tomaron posiciones en todo el perímetro y se limitaron a esperar. No podían hacer otra cosa.

La situación dentro del búnker tampoco era mucho mejor. No estaban preparados para recibir un ataque tan rápido y las reservas de cerveza y agua no les permitirían resistir más de dos o tres días.

Si los militares de La Corporación jugaban bien sus cartas solo tenían que sentarse y esperar. El hambre y la sed harían el resto.

-Dr. Indie, ¡¡¡necesitamos a sus zombies ya!!!

-Pero, no están listos, no responden a ninguna orden.

-Eso da igual, estamos aquí atrapados como ratas y si no hacemos algo pronto ya nada importará. Estaremos todos muertos.

-Sección 5 hasta las 27. Hay 10 zombies por sección, le recomiendo que no se acerque demasiado a ellos, llevan días sin comer.

-Ruper, Rudfolf, conmigo, vamos a lanzar a esos cabrones de ahí fuera un par de hordas de zombies para que se diviertan y aprovecharemos para acabar con todos.

Las puertas del búnker se abrieron de par en par. Era una invitación que no podía ser rechazada.

-Equipos de asalto 1 y 2, preparados para entrar. Equipo de demolición, preparad el terreno por si hay que salir corriendo. Águila 1 y 2, controlad el perímetro.

Las puertas empezaban a cerrarse de nuevo, no tendrían otra oportunidad para entrar y no podían quedarse a esperar. Nadie sabía lo que se iban a encontrar una vez cruzadas las puertas, pero ninguno de ellos esperaba ver ese horror. Ya no había marcha atrás y dentro, en lugar de enfrentarse a unos pocos mercenarios, tenían una horda de zombies que se dirigía hacia su desayuno. Los casquillos empezaron a rebotar sobre el suelo de cemento, eran demasiados, no iban a poder controlarlos a todos. Los soldados empezaron a correr por el laberinto de pasillos sin rumbo fijo. La horda, hasta ahora controlada, giró inesperadamente atrapando a dos de los hombres de Pablo que iban en la retaguardia. Sus gritos, mientras cinco zombies desgarraban sus carnes, llegaron hasta el último rincón.

Algo no estaba saliendo como habían planeado, la horda se había descontrolado.

-Capitán, capitán, he localizado al objetivo. Sección 5, laboratorio 5, está con un pequeño hombrecillo con bata blanca. Hay varios guardias en la puerta.

-Todos a la sección 5. Si es necesario volaremos este búnker desde el interior. Cornelius no debe salir con vida de aquí.

No eran los únicos que se dirigían a la sección 5. Cientos de zombies seguían los pasos de Pablo y sus hombres, el encuentro era inevitable.

La primera explosión convirtió el pasillo en un infierno de llamas, y toneladas de piedra y cemento cayendo sobre los desafortunados que seguían en él.

La segunda explosión derrumbó los muros justo en la puerta de entrada, ya no había escapatoria para nadie.

La tercera explosión, cerca del laboratorio 5 provocó un efecto en cadena, una gran bola de fuego que recorrió todos los pasillos calcinando por igual a soldados, mercenarios y zombies. Ni siquiera un zombie podía soportar 5000ºC de temperatura. Todo quedó reducido a cenizas en apenas unos segundos.

No había nada heroico en la muerte de Cornelius. Llevaba toda una vida persiguiendo zombies para acabar convertido en uno de ellos y morir lejos de todos aquellos a los que amaba, si es que alguna vez había habido alguien. Morir en un remoto lugar dentro de un búnker y atado a una camilla que apenas podía aguantar su peso. La última cara que vería en esta miserable vida sería la de Ralf.

Tal vez fuera mejor así, al fin dejaría de sufrir. Ya no tendría que huir más. Su lucha había terminado.

La Corporación había ganado esta batalla, pero no sería la última. Cientos de zombies habían escapado a su control en Ayllón y la resistencia seguía luchando por su libertad, solo… necesitaban un poco más de tiempo y Cornelius se lo había dado.


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