Buenos días aprendices y rastreadores de Tierra Quebrada hoy vamos a conocer un poco más a Juan Tejerina, autor de Los Ojos del Cuervo
¿Por qué nombre te conocen los humanos?
Me llaman Juan, normalmente. Aunque mi jefe me llama «Señor Tejerina»…
¿Qué opinas del género de fantasía en nuestro país?
Vivimos en un país complicado. El trato que recibe la fantasía en particular es el reflejo de algo mucho más profundo y arraigado en la sangre de nuestra sociedad.
Los videojuegos, el cómic, los dibujos animados y —por supuesto— la fantasía son géneros para niños. Esto es así. En nuestra sociedad somos los más rápidos a la hora de etiquetar a los demás y después utilizar esas pegatinas como armas sociales.
Hace no mucho, tener gustos más allá de lo socialmente aceptado, era algo que mejor ocultar a los demás.
Por suerte, cada vez más, este tipo de armas comienzan a carecer de efecto. Ahora, gracias a internet, es mucho más fácil para las personas conocer a otras con fines semejantes. Y si antes todos tus allegados te hubiesen señalado con el dedo hasta hacerte sentir mal, hoy por hoy se comienza a aceptar como algo más.
Hoy en día jugar a videojuegos, leer comic o fantasía ya no es algo tan extraño. Es cierto que hay muchas reticencias y prejuicios. Es cierto que cuando dices que has escrito una novela, y respondes a la pregunta que siempre llega a continuación —¿qué género?— algunos aún ponen cara de circunstancias. Pero por suerte, cada vez ocurre menos.
La fantasía ha demostrado ser capaz de retratar las facetas más oscuras de la humanidad desde un punto de vista más bello, inteligente y accesible. Gracias a fenómenos sociales —impulsados en gran parte por la televisión—, la gente comienza a concienciarse de que la fantasía tiene mucho que decir.
Y poco a poco, se va leyendo más. Se va descubriendo más. Y se va prejuzgando menos.
¿Cuáles son tus obras literarias de referencia en el mundo de la fantasía?
Como autor diría que dentro del género fantástico he consumido obras de todo tipo de calidades. Y muchas de las que cualquiera echaría pestes me han dejado muy buen sabor de boca. Si hablase de mis referencias, no me avergonzaría de acordarme de Margaret Weiss y Tracy Hickman (Dragonlance), William King (Gotrek, el Matatrolls), R.A Salvatore (Drizzt Do’Urden), J.K. Rowling (Harry Potter) y —por supuesto— Tolkien. Aunque mi mayor influencia, sin duda, ha sido la de Andrzej Sapkowski (Geralt de Rivia)
¿Cuál fue el primer libro de fantasía que leiste?
¿Si digo la Biblia va a sonar muy mal, verdad? Entonces vamos a por el siguiente: El Hobbit.
¿Cuál es tu personaje de fantasía preferido? ¿Por qué?
Raistlin Majere, sin lugar a dudas. Coincidió que leí sus aventuras en un momento de mi vida en el que podía verme reflejado en los ojos del hechicero. Su forma de pensar, de odiar y de despreciar aquello que en verdad anhelaba era algo que me ayudó a comprenderme mejor a mí mismo, y a salir de un agujero que no me traería nada bueno.
¿Qué es lo que más detestas al leer un libro de fantasía?
Las descripciones interminables. Estamos hablando de fantasía, déjenme por favor poner mi cerebro a disfrutar creando.
¿Desde cuando escribes fantasía?
No lo recuerdo. Desde los quince años o así. Escribía pequeñas historias… que me encantaría recuperar.
¿Cómo describirías tu estilo de escritura?
Personal. Sin límites. Si me apetece escribir bien, lo hago. Si me apetece escribir mal: también. Si me apetece narrar algo absurdo desde la más absoluta seriedad, lo hago. Y me importa poco si la historia es seria o no. Creo que hay que saber nutrir a una historia de todo tipo de situaciones. Eso, para mí, es tridimensionalidad.
¿Cómo trabajas la creación de un mundo de fantasía?
No hay que trabajarlo. Sólo hay que no olvidarlo. Hay que darle una explicación. Hay que darle una lógica. La fantasía bebe de la lógica. Sólo hay que encontrársela.
¿Qué consideras más importante en la escritura de un libro (argumento, personajes, mundo…)?
Los personajes lo son todo. Son el abanico de posibles reflejos que le ofreces al lector. Si consigues que el lector empatice con uno de ellos, es muy posible que quiera llegar hasta el final de la historia, aunque ésta no tenga una calidad superior. Por supuesto, si la historia es muy buena: estamos hablando de conseguir que tu historia se haga un huequito y un buen recuerdo.
¿Le has cogido especial cariño a alguno de tus personajes? ¿Por qué?
Sí, y también al revés. A veces, creas personajes sin pensarlo demasiado. Simplemente porque los necesitas para un fin argumental. Y de pronto te das cuenta de que esa espontaneidad en su creación se aplica a todo lo que le relaciona, y sin darte cuenta acabas haciendo de él alguien importante, complejo y profundo. En mi caso, guardo especial cariño a Drachma, sin olvidarme de Vórtimer.
¿Cuál es la mayor estupidez que ha hecho alguno de tus personajes?
Rebozarse en mierda, meterse una bolsa de oro en la entrepierna y pasearse por la ciudad.
¿Qué sientes al escribir la última palabra de una historia?
Siento que no he dicho ni la mitad de lo que quería.
¿Cuál es la principal dificultad a la que te has enfrentado como escritor?
Al reloj de arena. No hay suficiente.
¿Algún consejo para los nuevos escritores que quieren inicarse en este mundo?
No lo dejéis. No lo hagáis por nadie. Hacedlo por vosotros. Divertíos haciéndolo. Y no esperéis nada.
¿Autoedición o editorial?
En mi caso autoedición. Las editoriales, como la música o como cualquier otro tipo de mercado, tienen hacia un modelo muy concreto que oferta muy poca variedad. La gente comienza a cansarse de leer siempre lo mismo, escuchar siempre lo mismo y ver siempre lo mismo. El fenómeno kick starter es buena prueba de ello.
¿Cuáles son los mayores obstáculos que hay que superar antes de poder publicar un libro?
A ti mismo.
¿Cómo definirías a tu público?
Gente increíble, atrevida e inteligente que no han despreciado un libro por no tener una gran firma detrás. Gente dispuesta a conocer cosas nuevas. Mentes despiertas. Admiro muchísimo a todas las personas que me han dado una oportunidad.
¿Sufres más leyendo o escribiendo?
Leyendo. Escribiendo procuro divertirme, y si no: dejo de hacerlo.
¿Recuerdas alguna anécdota divertida, interesante… de tu carrera como escritor?
Supongo que la misma que todos. La gente te pregunta ¿esto lo has escrito tú? ¿de verdad? pero… ¿de verdad?
Nada especial, la verdad. Aunque recuerdo que me presenté en el despacho de Luis G. Prado (Alamut) y le di en persona una copia del libro. Quería que lo leyese porque gracias a su editorial conocí a Sapkowski. Si te soy sincero, no sé si lo habrá leído… pero espero que algún día lo haga. Me encantaría escuchar su opinión.
¿Cuál es tu mejor defecto?
Que si digo que hago algo lo hago. El libro me llevó cinco años. Lo hice.
¿Qué te preguntarías a ti mismo? ¿Y cuál sería tu respuesta?
¿Lo dejarías todo por seguir escribiendo? Y la respuesta sería «no». Me gusta demasiado como para hacer de ello un medio de vida. Además, ¡no podría vivir de ello!
¿Alguna frase épica que quieras compatir con nosotros?
Detesto lo épico. Me aburre. Vórtimer da buena cuenta de ello.
Tu turno, tienes 1 minuto para convencernos de que leamos tus libros y no los de otro autor…
Como te decía, considero a mis lectores como gente atrevida e inteligente. No creo que nadie inteligente deje de leer a un autor por otro. Es un orgullo que alguien que haya disfrutado con Tolkien, Sapkowski, Ruthfuss o R.R Martin lo haga también contigo. Un verdadero honor.
Ahora es tu momento apreciado lector. Hazle tu pregunta a Juan, seguro que estará encantado de responderla 🙂