Dic 172014
 

Hubo un tiempo en el que se veneraba a los dioses. En el que contrariarlos, tan solo con el pensamiento, hubiese sido ofenderlos. Épocas donde los hombres quemaban incienso, ofrecían sacrificios y oraban en la calma de los santuarios. Mas hoy, las brumas del pasado ya eran pasto de la memoria. Ahora solo quedaban sombras, aullidos en mitad de la noche, quebrantos que harían estremecer al más valiente: tiempos de guerra.

Las nubes corrían presurosas tras las bandadas de carroñeros que sobrevolaban los cuerpos mutilados de hombres y de bestias. Si volvía la vista atrás, Shoumila, todavía podía escuchar las voces de los guerreros que ya eran parte de ese mismo suelo y de su gloria. Si cerraba los ojos, el destello del acero aún humillaba al cegador brillo del sol mientras oía la ronca arenga de Aquiles de Aiser, rey de Shurem, elevándose por encima del silencio que ahora anegaba sus oídos.

—… ¡Somos Historia! ¡Reclamemos un puesto en la Gloria de los Tiempos!
Relatos de Fantasía - Batalla de los cinco ejércitos
La mesnada irrumpió en vítores a su rey. Una sucesión de juramentos, votos y requiebros se superpuso al estruendo de las guarniciones chocando contra los escudos. La hueste ardía.

La inmortal miró al soberano con admiración. Era un gran orador además de uno de los mejores gobernantes que había conocido. Sin embargo, sus tácticas de guerra resultaban demasiado arriesgadas. Así se lo habían advertido estrategas y consejeros, pero nada logró que cambiara de opinión. Lucharían a campo abierto.
Los clanes enemigos se encontraban ya a escasa distancia. Le deslumbraba el reflejo de sus alabardas al fundirse con la luz del amanecer. Podía oler la pestilencia que arrastraba el viento, ese hedor inconfundible de las hordas nómadas del desierto de Mared; mitad hombres mitad fieras, quizá también en parte diablos. Se decía que fornicaban con serpientes y que sus pactos con los dioses oscuros habían hecho de ellos servidores negros; asesinos ávidos de sangre inocente.

Sacudió la cabeza con tristeza. Sí, fue una tremenda batalla. Lo fue. Aun así el enemigo los doblegó cobrándose la vida de mil hombres y cien bestias.

«Somos humanos y erramos», repitió para sí al recordar las palabras de disculpa que pronunció el rey ante la aplastante derrota. Hubo grandeza en ese gesto, pues pocos admitirían sus equivocaciones en voz alta.

Elevó la mirada al cielo. En sus ojos se reflejaba la tormenta que estaba por llegar. Oyó crecer la voz del viento; la sintió arreciar en su rostro y trasformar sus rasgos en escarcha. Sentía bajo la piel la punzada de un invierno prematuro, huérfano de mieses.
Más allá de las murallas de la ciudad se oían las risas y la algazara de los soldados. Muchos buscaban las Tierras del Placer para acallar los gritos de sus muertos: los cobrados en combate y los arrebatados al corazón. Bebían vino hasta caer rendidos, comían groseramente; buscaban la compañía de meretrices para perderse en otras pieles. Shoumila podía sentir las ondas que emitían sus huecos cerebros. Solo percibía el miedo cerval que los poseía ante la última batalla. Era un hondo latido que prometía dejarla sorda.

—Por todos los dioses… —maldijo sacudiendo la cabeza.

—No te atrevas a nombrarlos en vano, Eterna —le advirtió la hechicera Arcanat—. El hombre ha renegado de ellos y se cree en libertad de poder elegir su destino. Haz que regresen a sus cultos o la furia de las deidades los quemará como quemó a los de tu raza.

—¿Acaso crees que volverán a sacrificar corderos si yo se lo pido?

—Su rey morirá en combate mañana.

—Será una muerte inútil. Aquiles es el mejor soberano que jamás tendrán, lo ha dado todo por su pueblo y aún tiene mucho que ofrecer. Estoy segura.

No fue una risa lo que salió de la garganta de la vieja adivina, fue más un gañido ronco. Sus facciones eran tan rojas como el fuego del oráculo. Echó más polvo de hueso sobre las llamas y el destino se dibujó ante ella con la claridad de un amanecer.

—He dicho que morirá. Su hijo nonato ocupará el sitial. Maese Sudri, de Ciudad Aurum, será el elegido para guiar al niño rey.

Shoumila dejó escapar un gemido de impotencia. En otro tiempo no hubiese dudado en acatar la voluntad de los dioses, pero ahora le resultaba insoportable permanecer impasible a sus juegos. Ya se habían divertido bastante. Por un instante pensó en la posibilidad de salvar al rey. De utilizar sus poderes para impedir que aquel vaticinio se cumpliera.

La hechicera percibió ese conato de traición.

—Ni lo intentes siquiera, Eterna. ¿Es que no has aprendido nada de lo ocurrido en el pasado? Los inmortales ya no estáis en posición de retar a las deidades. Tienes prohibido intervenir en este asunto. Tu misión es ayudar a los humanos en su lucha contra los siervos de los dioses oscuros. No olvides jamás tu promesa. Si vives es para servirlos y tu alma les pertenece.

—Allí estaré, Arcanat, pero diles a esos arrogantes que…

—No —interrumpió la hechicera—. No voy a decirles algo que te quemará en la boca.


El rey, que montaba un gran caballo de batalla enjaezado con las escarapelas de guerra, se dirigió a Shoumila antes de dar la orden de atacar.

—Esta es una batalla de hombres, no de inmortales. Entendería que no intervinierais.

—No presenciaré impasible la ofensiva, sire. Será un honor luchar a vuestro lado.

—No interpretéis mal mis palabras, noble dama. Preferiría no arrancar al destino una victoria que no sea ganada en noble lid. Vuestros poderes ensombrecerían los laureles de mis vasallos. Además, no sería justo para ninguno de los bandos.

—Seré una más de vuestros paladines, majestad. Os doy mi palabra.

—Sea pues. Recibid a cambio mi gratitud y que los dioses os protejan.

De un golpe de brida se alejó al trote.

—Y a vos, mi rey…

Tras el primer toque de cuerno, los gritos atronaron en el páramo. Una nube de polvo se elevó por encima de la contienda, que se fundió con el fragor del viento y las amenazas de los enemigos. La tierra rugía bajo los cascos de los caballos y el peso de las lanzaderas. Todo fue confusión, golpes de hacha errados, venablos que se perdían en la nada; rocines que caían de bruces bajo la muesca ferrosa del mandoble… Las bajas se contaban por cientos, pero aún podían aventajarlos si atacaban por sorpresa en el desfiladero de Ning. Allí se reabastecía el enemigo.

Buscó con la mirada al rey. A pocos pasos, bajo un tropel de cadáveres, distinguió su armadura. La reconoció por el dragón alado de dos cabezas que tenía grabado en los espaldares. Desmontó de un salto y acudió presta a auxiliarlo. Apartó con fiereza parte de los cuerpos que lo sepultaban, tenía el brazo izquierdo atrapado bajo un caballo muerto. No llevaba yelmo y pudo apreciar un tajo cuya oscuridad teñía su rubio cabello. Gritó con los dientes apretados al tiempo que levantaba al animal unos palmos. Lo soltó de golpe en cuanto vio que el brazo se liberaba. Todavía vivía. Le ofreció algo de agua y limpió la herida de su frente.

—Mi señor, necesitáis un sanador.

Él negó con una sonrisa taimada al tiempo que le tendía la mano.

—Ayudadme, creo que mis piernas aún me obedecen. Buscad mi espada. Mis vasallos se vendrán abajo si ven que su rey está vencido. Ponedme el yelmo para que puedan reconocerme.

Ella asintió a sus deseos, aunque a duras penas se mantenía en pie y el brazo le colgaba como una rama quebrada. Y fue, tras recoger el acero de Aquiles del suelo, cuando sintió la vibración de una pica a su espalda. Aquella lanza no era terrenal. Tuvo esa certeza nada más interponerse entre su trayectoria y el pecho del rey. Sintió el sobrenatural mordisco del acero al penetrar en su piel, rasgar los músculos y romper sus huesos, cobrarse, gota a gota, su sangre. El alma se le escapaba por aquel agujero. Mil vidas pasaron frente a sus ojos. Mil vidas. Y luego otras mil que todavía no había vivido.

«Solo los dioses pueden matar a un inmortal», escuchó en su interior. «Si así lo deseas, Eterna, dejarás de existir, mas no habrás pagado tu deuda con los hombres. No hay peor pecado para tu raza que faltar al honor. Seréis malditos por toda la eternidad.»

No debía morir. No, sin cumplir su destino; aquel para el que fue llamada por el hijo de Adán desde su tumba de hielo.

—Hágase… vuestra voluntad… —suplicó con la voz de la muerte en el aliento.

Cielo y Tierra se mezclaron. El Universo entero se resquebrajó en un vórtice infinito de negrura hasta que el tiempo se detuvo para todos menos para ella. Ella, la última inmortal del linaje de Alis, volvió a sentir el pulso en las venas. Notó de nuevo la vibración de la pica a su espalda, pero esta vez la esquivó con un leve gesto como si huyera de una mala caricia o de un golpe de viento frío. Nada más hacerlo, se despreció por ello. La lanza realizó su recorrido sin rémora y fue a parar al corazón del rey. Antes de caer desplomado sobre el asta, sus ojos se perdieron en los de Shoumila con un brillo marchito.

Ella negó al aire, mientras el tiempo reiniciaba su curso y el fragor de la contienda crecía a su alrededor.

Se arrodilló junto a Aquiles con el peso de la culpa sobre su alma.

—El rey ha muerto —susurró—. Viva el rey… ¡Y malditos sean los dioses!

Quebró la pica y arrastró el despojo para ponerlo a salvo de la horda enemiga e impedir que ultrajaran su cadáver con mutilaciones. Lo cubrió con la capa y guardó en secreto su muerte. No diría nada hasta que aquella carnicería terminara para bien o para mal.
Alzó la espada y se sumergió de lleno en la batalla.


Triste honor coronar laureles cuando los más bravos yacían sobre piras funerarias. Sus voces eran ya parte del eco de los tiempos.

A lo lejos, bajo las palmeras centenarias, los estandartes ondeaban al viento del Sur. Blanco era el blasón de los Aiser, señores de Shurem, blanco el sudario del monarca; blancas las togas de las plañideras que acunaban al niño rey.

El crepitar del fuego arrasó todo sollozo. El humo se elevaba en columnas tan negras como los pensamientos.

—Descansad en paz, noble señor. Que los dioses os muestren el camino hacia las estrellas.

Montó a lomos de su caballo y se alejó en dirección al desierto de Mared. A su paso, el cielo paría cenizas blancas; escamas de dragones milenarios.

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Nov 142014
 
 14 noviembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Entrevistas Tagged with: , , , , , ,  6 comentarios »

Buenos días aprendices y rastreadores de Tierra Quebrada hoy vamos a conocer un poco más a Luisa Fernández, autora de Alcander.

Luisa Fernández

Sus relatos han conseguido diferentes premios y menciones en certámenes como «El tren y el Viaje», Renfe 2008; «Ciudad Getafe» 2009 (Semana Negra); «Ser Madrid Sur» 2009, Cadena Ser; «María Moliner» 2010; «Domingo Santos» 2011, entre otros. Ha publicado relatos en las antologías Crónicas de la Marca del Este. Vol. II (Holocubierta Ediciones, 2011); Antología Z. Vol. 6 (Dolmen Editorial 2012); Legendarium III (Ediciones Tombooktu, 2012); Fantasmagoria (Ediciones Tombooktu, 2013); Hasta Siempre, Princesas (Libralia, 2014). Su novela de fantasía Alcander (Clik Ediciones, 2014) es su primera publicación en solitario.


 
¿Por qué nombre te conocen los humanos?
Por mi nombre terrenal, Luisa Fernández.

¿Qué opinas del género de fantasía en nuestro país?
En tiempos de crisis cualquier balance es complicado. Creo que todavía queda mucho para que haya una cota de mercado aceptable en nuestro país. Tenemos una buena cantera de autores españoles, pero no encuentran salida. Solo raras excepciones logran llegar a un público amplio y estar en los primeros puestos de ventas. Pienso que la industria todavía no tiene estudiado cómo sacar pleno rendimiento a un libro con éxito potencial. Así es bastante difícil arañar lectores al mercado anglosajón.

¿Cuáles son tus obras literarias de referencia en el mundo de la fantasía?
Crónicas de Elric de Melniboné, de Michael Moorcock; El Señor del Tiempo, de Louise Cooper y Crónicas de Belgarath, de David Eddings, entre otras.

¿Cuál fue el primer libro de fantasía que leíste?
Los cuentos de los hermanos Grimm

¿Cuál es tu personaje de fantasía preferido? ¿Por qué?
Esto es complicado porque tengo a varios, pero tal vez Conan el Bárbaro. Creo que es el personaje heroico por excelencia.
Entrevista a escritores de fantasía
¿Qué es lo que más detestas al leer un libro de fantasía?
Que no me aporte nada nuevo. Me gusta que me sorprendan.

¿Desde cuando escribes fantasía?
Desde que tenía diez años. Me presenté a un concurso de cuentos de tema libre en el colegio.

¿Cómo describirías tu estilo de escritura?
Yo diría que tengo un estilo muy visual y con fuerza narrativa.

¿Cómo trabajas la creación de un mundo de fantasía?
Con pulso, corazón, brújula y mapa. Lo visualizo primero en mi mente y luego emborrono cuadernos hasta que consigo verlo sobre el papel. Trazo mapas, los dibujo y me voy orientando para situar a los personajes. Es la parte más divertida del proceso.

¿Qué consideras más importante en la escritura de un libro (argumento, personajes, mundo…)?
Todas ellas son importantes. Es cierto que debe existir un equilibrio, pero creo que cada autor se decanta, a veces sin ser consciente de ello, por alguno de estos elementos en particular. Yo me inclino a favor de los personajes y las tramas.

¿Le has cogido especial cariño a alguno de tus personajes? ¿Por qué?
Sí, pero me sentiría una traidora si te dijera que quiero a uno más que a otro. Eso se lo dejo a los lectores (risas).

¿Cuál es la mayor estupidez que ha hecho alguno de tus personajes?
Traicionar la confianza de los dioses.

¿Qué sientes al escribir la última palabra de una historia?
Un alivio inmenso. Si te dijera otra cosa mentiría. Sin embargo, después de unos días me siento un poco vacía. Es como si me faltara algo. Echo mucho de menos a mis personajes.

¿Cuál es la principal dificultad a la que te has enfrentado como escritor?
Ser escritor no tiene nada de romántico. Es un pulso por robar horas al día. Compaginar trabajo, vida familiar y escritura es todo un arte. Yo podría resumir todas mis dificultades en una sola: intentar que lean lo que escribo.

¿Algún consejo para los nuevos escritores que quieren iniciarse en este mundo?
¡Corred, insensatos! (risa de loca). Ahora en serio, que lean, se preparen y escriban a diario. Y que nunca pierdan la ilusión. Es el mejor motor del mundo. Les va a hacer mucha falta cuando ya hayan perdido la paciencia.

¿Autoedición o editorial?
Yo siempre he apostado por las editoriales, pero conozco a varios autores que compaginan ambas fórmulas y les va bien. Hoy por hoy no contemplo autopublicar en Amazon. Nadar entre millones de libros es demasiado para mí. Tengo la brazada corta. Pero quién sabe… Lo mismo practico algunos largos a crol.

¿Cuáles son los mayores obstáculos que hay que superar antes de poder publicar un libro?
Publicar apoyado por una editorial es laborioso. En mi caso yo opté por buscar un agente literario (no menos laborioso). Encontrarlo me llevó un año, y otro año más hasta que Alcander vio la luz (solo en digital). La demanda de agencias y editoriales es bestial. Hay que tener muy presente que los tiempos de espera son mortales y minan la moral de cualquiera.

¿Cómo definirías a tu público?
Pues la verdad es que no sé si tendré un público todavía. Lo que sí puedo deciros es que entre mis lectores habituales hay un amplio porcentaje que no lee nada de fantasía. El resto de lectores son nuevos para mí y yo para ellos.

¿Sufres más leyendo o escribiendo?
Escribiendo, sin duda alguna. Suelo llorar a mares con mis personajes. Sufro como una madre.

¿Recuerdas alguna anécdota divertida, interesante… de tu carrera como escritora?
Acababa de apuntarme a un curso de escritura creativa y nos mandaron deberes. Teníamos que escribir un relato de tema libre. Yo me decanté por la fantasía. De hecho, me gustó tanto, que decidí mandarlo a un certamen literario de «tema libre» a nivel internacional (hala, a lo loco). Ya en clase, todos leímos nuestro relato en voz alta para que la monitora diera su opinión. Al terminar, los compañeros alabaron el mío, pero la profe me dio caña para aburrir. Salí de allí hecha polvo. A un tris de tirar la toalla. No obstante, y a pesar de sus duras críticas, mandé mi relato al certamen. Me concedieron el tercer premio (450 euritos). Tenía como protagonista a Shoumila la Eterna.

¿Cuál es tu mejor defecto?
Ser tenaz.

¿Qué te preguntarías a ti mismo? ¿Y cuál sería tu respuesta?
¿Volverías a publicar fantasía?
Por supuesto. La fantasía forma parte de mí. Me encantaría escribir una novela con algunos de los personajes de Alcander. También una precuela sobre los inmortales, su procedencia y qué ocurrió en ese pasado que desconocemos. Lo haría con Shoumila a la cabeza. Es toda una guerrera.

¿Alguna frase épica que quieras compartir con nosotros?
Épica no sé, pero a mí me encanta esta:
«¡Mirad, Pueblo de los Elfos y Padres de los Hombres, el día ha llegado!»
Tolkien, El Silmarillion

Tu turno, tienes 1 minuto para convencernos de que leamos tus libros y no los de otro autor…
Más que animar a que la lean, yo prefiero advertir en plan jocoso.
La trama de Alcander es bastante densa, no apta para aquellos que quieran hincar el diente a algo ligerito. Su estructura no es convencional. Hay flahs-back por toda la novela. Álvaro no es el típico héroe, al contrario: su poder es su yugo. No leer los que no soporten la mitología, vampiros, licántropos, kitsune o demás hierbas. Tiene un elenco de más de una veintena de personajes, y cuatrocientas y pico páginas. No es romántica, aunque contiene escenas de sexo. Y sí, hubiese sido buena idea añadir al libro un drammatis personae. Quien avisa no es traidor (risas).

Mil gracias por esta entrevista. Me lo he pasado genial.

Ahora es tu momento apreciado lector. Hazle tu pregunta a Luisa, seguro que estará encantada de responderla 🙂

Oct 242014
 
 24 octubre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »

Torneo del Rey: Alcander
Aventurero, héroe o simple mortal, esta es la oportunidad para demostrar tu habilidad y tu talento.

En el Torneo del Rey tienes disponible un nuevo reto al que enfrentarte y conseguir fama, gloria y porque no, un poco de experiencia en combate que llegado el momento siempre te puede venir bien.

En Alcander un mundo conocido por Inmortales, Nosferatu, licántropos y otras criaturas, se enfrentará a su desaparición. Vuela hasta el mundo de Onicerox y descubre sus secretos.

Accede al reto: Alcander

Añade tus preguntas para el reto Alcander en los comentarios…

Oct 242014
 
 24 octubre, 2014  Publicado por a las 11:11 El Torneo del Rey, El Torneo del Rey Tagged with: , ,  Sin comentarios »

Si buscas las soluciones al reto de Alcander, novela escrita por Lucía Fernández, has llegado al lugar adecuado, pasa y descubre si el tiempo sigue su curso.

¿Qué no podemos encontrar en el mapa de Onicerox?
La Mancomunidad

La Mancomunidad es una región Los Cuatro rincones de la civilización creado por Patrick Rothfuss en la Crónica del Asesino de Reyes.

¿Qué arma acaricia Alvaro en su costado?
Un colt 45

Un Ak-47 no queda tan elegante, una katana no es tan efectiva en las distancias largas, ¿y un hacha? Las hachas solo son letales si las empuña un enano de la Tierra Media.

Estanislao es un …
Licántropo

Los licántropos son criaturas legendarias, presentes en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Según las creencias populares, el licántropo o hombre lobo puede permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, generalmente cuando sale la luna llena. La ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez lo caracterizan, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino.

¿Cómo se llama la isla de Onicerox en la que vive Estanislao?
Penumbra

Si viajamos a los Cuatro Rincones de la Civilización encontraremos La isla de Yll, en el mundo de Ilandor se ubican las islas Arcan y para llegar a la isla de Fuego deberemos volar a lomos de un dragón hasta Ornia Occidental.

¿Qué prenda no forma parte de la indumentaria de Estanislao?
Un peto de lana

Lleva un peto, pero de cuero más acorde a su personalidad dura y fiera, curioso el tartán del clan Douglas que nos hace pensar en las verdes colinas escocesas y sus tradiciones, como la borla de pieles, ¿un mero trofeo de caza?

¿En qué se transforma Etsuko cuando no tiene forma humana?
En un gran zorro blanco

¿Qué mide el tiempo en Onicerox?
El reloj de bruma

¡¡¡El círculo del progreso nooo!!!, La rueda del tiempo es una saga de literatura fantástica creada inicialmente por Robert Jordan y continuada por Brandon Sanderson y El contador de arena es una obra de Arquímedes en la que el autor intenta establecer un límite superior para el número de granos de arena necesarios para llenar el universo

Pelo plateado de luna, rostro azul palido, ojos almendrados, pupila de oro… ¿Quién responde a esta descripción?
Arcadia

Me hizo pensar en algunos momentos en la Bruja Blanca de Narnia ¿a vosotros no?

El símbolo grabado en el pecho de Alcander está formado por…
Dos espirales

¿A qué Orden pertenece el emblema de un Dragón alado asiendo con sus garras un corazón sangrante?
Ordine Umbrae

La Orden de Montesa es una orden religiosa y militar fundada por el rey Jaime II de Aragón en el siglo XIV.

Ars Magna es un importante libro de matemática escrito originalmente en latín por Gerolamo Cardano en 1545.

La Orden del Fenix es una organización secreta ficticia en la serie de libros Harry Potter escrita por J. K. Rowling.

Oct 202014
 
 20 octubre, 2014  Publicado por a las 11:11 El Candelabro de Hierro, El Candelabro de Hierro, Libros Tagged with: , , , ,  1 Comentario »

«El sol se ocultaba entre las copas de los árboles. Un ocaso purpura teñía la carretera, que parecía sangrar como una herida abierta por los socavones del asfalto. El brezo se había adueñado de ellos ajeno a la prisa de los vehículos.

Álvaro Bengoa se apresuró a dar la vuelta con su moto para volver sobre sus pasos…»

Así comienza Alcander, primera novela de fantasía épica escrita por Luisa Fernández, y publicada por Clik ediciones del grupo Planeta en ebook.

Ilustración en la portada de la novela realizada por Itziar Lorena Cabañas.

En su primera página el ansiado mapa que nos revelará el nuevo mundo creado por Luisa. Bien. Insisto en la importancia que tiene un mapa cuando estamos conociendo un nuevo mundo. Visualizar los caminos, los enclaves y la orografía del mundo creado por el autor, tal y como él lo ha imaginado, me parece algo indispensable en una novela de fantasía.

Una cita en su introducción a uno de los grandes, Michael Moorcock recordándonos las Crónicas de Elric de Melnibone. Segunda pequeña sorpresa.

Y a continuación 432 páginas en las que un mundo conocido por Inmortales, Nosferatu, licántropos y otras criaturas, se enfrentará a su desaparición.

«Hubo un tiempo en el que los Inmortales fueron la raza más poderosa del universo. Una época en la que los Nosferatu eran los señores de la noche y reinaban desde Paraíso de Niebla. Un periodo convulso en el que los licántropos gobernaban Las Tierras del Oeste. Milenios, donde las criaturas de leyenda rivalizaban por un puesto en la escala de especies y los destronamientos entre clanes dominaban El Bosque: su mundo de oscuridad.

Hace quinientos años, todo cambió. Una fuerza inexorable sumió a estas poderosas razas en un sortilegio que los despojó de sus instintos y los condenó a una humanidad que tenían ya olvidada.

Ahora, cuando El Reloj de Sombras ordena que el Círculo del Progreso se selle, ese influjo perderá fuerza; liberándolos de las cadenas de su esclavitud.

Se verán abocados a una guerra titánica de alianzas y traiciones, dictada por el poder y la supremacía. Aunque no estarán solos. Un humano, llegado desde el mundo de los mortales, será la pieza clave para impedir que su mundo deje de existir.

Él es Alcander, el Nigromante.»

Nada más comenzar la novela algo me llama la atención. No me encuentro en un mundo imaginario como suele pasar con la mayoría de historias catalogadas como de fantasía. La autora nos sumerge de golpe en una realidad actual. Un chico, una moto, un colt 45… ¿Qué está pasando? Un tal Álvaro por una carretera de asfalto y luces de un camión. Ya estoy enganchada. Y al poco rato comienzan los nombres que me trasladan al mundo fantástico. Shoumila, Estanislao, Etsuko, El reloj de Bruma… un mundo conocido como Onicerox y que recorreremos atravesando el Monte del Peregrino o la Garganta de Huri. Un viaje de descubrimiento para los personajes y el lector.

Personajes carismáticos con múltiples nombres (eso quizás me ha confundido un poco) pero con detalladas descripciones que, a pesar de que en ocasiones puedan parecer superfluas, consiguen convertir al personaje o su mundo en algo casi palpable, involucrando al lector por el camino.

En las páginas de Alcander encontraréis una prosa amena y rápida, que nos precipita hacia un final nada previsible, Luisa Fernández se revela como una autora que engancha con su lenguaje en un relato cuidado el detalle. Habrá que seguirle la pista.


Fuentes

Alcander Autor: Luisa Fernández, Editorial: Click ediciones – Grupo Planeta