Feb 282014
 
 28 febrero, 2014  Publicado por a las 11:11 El Candelabro de Hierro, Relatos Tagged with: , , ,  Sin comentarios »

Capítulo 5, Fuerza de mascarón: En el cuarto de derrota

–Capitán, algunas de las estructuras se están debilitando, como usted ya sabrá… Necesitan una reparación urgente.

–Señor Gustaff, buenos días. Encantado de verle por aquí.

Desde el segundo instante me había dado cuenta de que había empezado mal aquella conversación. Pero claro, enterarse de que uno mete la pata al segundo instante supone que en el primero ya se ha cometido el error. Ante mi atolondrada entrada el viejo se había limitado a alzar la vista hacia la puerta. Se sentaba en una silla de cuero tras una robusta y amplia mesa de roble asegurada con remaches al suelo. Sobre el tablero, casi cubriéndolo por completo, había desplegadas varias cartas marítimas. Sólo quedaban despejados los laterales de la mesa; en uno de ellos había un par de compases abiertos junto a un juego de reglas; en el opuesto, colocada sobre un extremo de las cartas a modo de pisapapeles, había una gran caja de lápices; cerca de ellos, incrustado en la esquina, un tintero y una pluma.

Relatos de fantasia - Astrolabio

Astrolabio por Rama


Mientras recibía la mirada escrutadora del viejo noté cómo la vergüenza acaloraba mi rostro. No sabía dónde depositar la mirada. Bueno, no del todo; sí que tenía bien claro dónde no hacerlo: sobre el rostro del capitán.

Mis ojos danzaron inseguros de un lado a otro de la estancia. Los dos mamparos mayores, babor y estribor, estaban casi por completo revestidos de armarios y alacenas. La parte superior hacía las veces de vitrina. Tras sus puertas de cristal pude contemplar una pequeña biblioteca y diversos instrumentos de localización: reconocí un antiguo astrolabio y un sextante. La parte inferior de los armarios estaba organizada en concavidades hexagonales: en ellas se amontonaban rollos y más rollos de cartas de navegación. El reducido espacio de pared no ocupado por las alacenas, más cercano al amplio ventanal de popa, estaba decorados con cuadros. Uno ellos consistía en una vista panorámica de la capital, tal y como se puede contemplar desde la bahía. El artista, quizá en un alarde de imaginación, había representado la ciudad en uno de los infrecuentes días soleados. Sólo había un cuadro sobre la cristalera de popa: un lienzo que representaba a la Orgullo capeando una tempestad. Un crespón con los colores de Ashrae pendía del cuadro.

El viejo seguía sin decir nada, quizá esperando que yo tomara la palabra. O quizá evaluándome y pensando en cómo reprender al insolente que tenía delante. Sea como fuere yo no me atrevía a abrir la boca. Continué con mi huida, mis ojos bailando de las paredes a la mesa, a las cartas: las identifiqué una de ellas como perteneciente a la costa de Cargamarga, otra a la costa central de Ashrae y una tercera a la zona central del mar que debíamos surcar. En esa última pertenecía a la nueva clase de cartas que representaban las profundidades y corrientes estimadas, así como las escasas pero aún existentes zonas de peligros indefinidos. El capitán debía estar estudiando posibles rumbos. Y yo le había interrumpido. No quise mirar más los mapas. Mi atención pasó a la caja de lápices. Fabricada en oscura madera de teca, en sus laterales tenía delicados bajorrelieves acerca de los cuales ya había escuchado murmurar: criaturas anfibias, ni tritones ni sirenas, anudaban sus cuerpos unos contra otros en actitudes impúdicas, sexuales. Nadie a bordo sabía a ciencia cierta el origen de semejante caja, pero tenerla tan cerca me incomodó. Evité mirar aquella obscenidad incongruente con la personalidad sobria y estricta de su dueño.

El viejo se mantuvo en silencio. Incluso el sonido de la mar –en ese momento me daba cuenta de ello– parecía haber desaparecido, apabullado por la presencia del capitán. La atmósfera aire de la estancia, una mezcla de incienso, salitre y personalidad, flotaba tenso, expectante. El viejo se limitaba a mantener esa intensa mirada suya sobre mí. Sin duda estaba tensando el cabo para comprobar hasta dónde resistía sin desarbolarme.

Debía mantenerme firme.

No me atrevía a enfrentar su mirada. Ni siquiera me atrevía a ojear de nuevo las cartas: temía que de alguna manera, vagando entre esos juegos de líneas y cotas, mis ojos se enredaran con los del capitán. En cabeceo del buque arrancó un súbito destello en los compases. Estaban elaborados con la simple eficacia que había hecho famosos a los artesanos marinos de Ashrae. De bronce fundido, sus patas estaban decoradas con una simple tracería con motivos de olas; las agujas resplandecían con el frío brillo del acero. Junto a los compases, y de factura igual de sencilla, yacían una regla, una escuadra y un cartabón, todos de acero. Carecían de la menor decoración a excepción de las marcas de medida. Remataba la mesa, atornilladlo a la misma, un tintero de plata; apoyada sobre su bandeja reposaba una enorme pluma de zarcajo dorado con plumín de oro. Todo esto vi con claridad dolorosa mientras soportaba el cada vez más abrumador silencio.

Por fin el viejo carraspeó reclamando atención y obligándome a alzar la mirada. De improviso me di cuenta del calor casi insoportable que incendiaba mi cara. El rubor cubría mi rostro, pero aun así afronté aquellos ojos marrón pálido suyos. Se escudaban tras unos anteojos de moldura de bronce, los cuales le brindaban un aire de sabiduría y engañosa benignidad. Con suma calma se descolgó las lentes.

–¿Ya? –sólo dijo eso, nada más. Me temía lo peor, enfrentarme a todo un huracán de reproches. Para mi sorpresa una leve sonrisa atinó a dibujarse en su rostro. Quizá le debía haber parecido en extremo graciosa mi manera de entrar, mi atolondramiento, mi indecisión y posterior rubor; todo ello junto… o nada. Quizá su diversión se redujera a que yo –un novato recién ungido– le hablase de ‘necesidades’ a él, todo un oficial condecorado de la Armada de Ashrae.

–Mire, tutor ­–y resaltó las dos sílabas de la palabra dejando claro mi cargo y rango–. Esto le interesará, ya que puede que usted se vea alguna vez en similar tesitura –mientras hablaba señaló con un dedo una línea trazada sobre uno de los planos, el de las aguas entre las dos costas. El trazo marcaba un rumbo siguiendo un no muy sinuoso zigzag; empezaba a escasas millas de Cargamarga y avanzaba mar adentro serpenteando entre dos zonas de las consideradas inexploradas; concluía a no menos de veinte millas al sur de la costa de la capital, Ashrae. A todo lo largo de la línea había diversas acotaciones en forma de pequeñas saetas, cada una de ellas acompañada de ternas de números–. Fíjese en la zona de corrientes aquí marcada: ¿la ve bien? Las flechas indican la potencia y velocidad, así como posibilidad de sentido en función de la época del año. Y para esta temporada, si seguimos disfrutando de un tiempo como el que hasta ahora el destino nos ha brindado, aprovechando estas corrientes con facilidad podemos llegar a Ashrae en no más de cuatro días. ¿Le parece bien ese plazo para cumplir su petición? Nada más arribar informaré al Almirantazgo de la necesidad de dar un repaso a la estructura, destacando los elementos que más desgaste sufren: bauprés, roda, quilla, codaste y cuadernas. Y por supuesto que le mantendré informado, Gustaff.

–Bauprés, roda, quilla, codaste y cuadernas… –repetí las palabras como si de una maldición se tratara. Sin duda el viejo se estaba regodeando, tanto con la respuesta que había dado a mi petición como con la cara que debí poner al oírla.

–Y los mascarones, sí –su sonrisa se amplió llena de un brillo pícaro, remarcando las arrugas en su rostro curtido–. También informaré de que sus pupilos requieren un chequeo.

–Gracias, capitán –por un instante me sentí exultante, como si hubiera obtenido una victoria poco menos que legendaria. Por fortuna tuve la suficiente inteligencia para reprimir cualquier infantil muestra de emoción. Me recompuse y le mostré mi respeto—. Usted mejor que nadie sabe que los pobres están en pésimo estado, muy gastados; necesitarían una nueva visita al templo para apuntalar su subalma –capté cierto brillo en su mirada. Parecía mostrarse expectante, casi dispuesto a evaluar lo que le estaba contando, y quizá incluso puntuara mis palabras. Pero no dijo nada. Como vi que no respondía me animé a seguir hablando–. Los tres mascarones se encuentran en una situación tan debilitada que en cualquier momento los medallones y las runas pueden resultar insuficientes para insuflarles el suficiente impulso. Por supuesto, siempre haré lo que tenga en mi mano para animarlos…

–Por supuesto: ‘un tutor posee dos corazones: puede regalar dos vidas’.

–Claro, capitán, claro ­–me apresuré a decir–. Pero antes de tomar esa medida extrema se debe cuidar y reparar a los chicos.

–Llegados a puerto, señor Gustaff. Ya se lo he dicho. En cuanto atraquemos me encargaré de ello. Y le nombraré supervisor de las obras.

–Sí, capitán –al nombrarme responsable supe que había superado cualquier examen al que me hubiera sometido. Empecé a sentirme satisfecho y aliviado–. Sólo quería dejar clara mi postura.

–Y ha quedado meridianamente clara, señor Gustaff. Tal y como acaba de decir usted, yo sé mejor que nadie cómo están sus chicos –me temí que la frase supusiera el inicio de un rapapolvo, pero no noté en su rostro curtido por el salitre y el viento el menor atisbo de ello; al contrario, parecía más divertido que nunca–. Tranquilícese que no les va a pasar nada. Pero me gusta la manera en que se preocupa de sus pupilos, señor Gustaff.

Y con eso el viejo volvió a centrar su intención en las cartas. La conversación, o más bien el asalto que yo había perpetrado, había acabado. Le agradecí el haberme dedicado su tiempo y salí del cuarto de derrota. Regresé a mi puesto más volando que corriendo, contento ante la seguridad de que mis mascarones recibirían un muy merecido repaso una vez llegados a puerto.

Mis queridos mascarones.

Pero aquello se limitaba a preocupaciones personales. La mayoría de la tripulación ignoraba mi diálogo con el viejo: todos habían seguido atendiendo sus labores, tratando de espantar el espíritu de mal agüero que reinaba en la nave aquellos primeros días de travesía. Por fortuna los elementos resultaron favorables para la navegación y la normalidad regresó al día a día. Incluso yo casi olvidé mi falta de tacto con el capitán, contento como estaba con la reparación que mis chicos iban a recibir una vez arribáramos.

Pero entonces se escuchó aquel grito. Toda la tripulación de la Orgullo tenía la atención centrada en el horizonte, en esa vela desconocida. En la toldilla el viejo consultaba con el contramaestre cómo reaccionar ante el paño que ya despuntaba. Por sus gestos deduje que no coincidían en el criterio a seguir, por lo que optaron por bajar las escaleras y seguir el debate a puerta cerrada, en el cuarto de derrota o en el propio camarote del capitán. Mientras se perdían bajo el alcázar el frente tormentoso seguía ganando terreno, cubriendo cada vez más horizonte. En la masa central de nubes, mucho más oscura que el resto, ya se empezaban a distinguir fugaces pero poderosos destellos. La tormenta todavía se hallaba muy distante, tanto como para que el sonido de los truenos no nos llegara devorado por el bramido del cada vez más inquieto mar. La proa cabeceaba con creciente vehemencia, obligándome a mantener los dedos engarfiados en la red de chinchorro. Pero sobre ella, más allá de cubierta, me sentía más vivo que nunca. Vivo y seguro: a lo largo de los meses tanto la tripulación como la propia nave habían demostrado con creces su valía, su capacidad de surcar cualquier mar y superar la peor de las tormentas. Tenía confianza casi ciega en la Orgullo.

Pero aquella vela apareciendo en aquella zona… podía traernos auténticos problemas, revelarse como un peligro muy serio. Todos confiábamos en el buen hacer del capitán, más aun con el consejo y la experiencia del contramaestre. Ellos sabrían como afrontar la situación.

Al fin y al cabo las decisiones a tomar ante esa vela no entraban en terreno de mi incumbencia. Al menos por el momento. Así que, intentando calmarme ante una situación que se me escapaba de las manos, me centré en mis autenticas responsabilidades: el bauprés, los foques… y los mascarones.

Juan F. Valdivia

Foto Juan F. Valdivia Autor de Fuerza de mascarón, un relato corto de fantasía. Lector compulsivo y amante de la escritura poco más desvela sobre su propia persona.

Puedes encontrarle en su Blog o en Twitter

 

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Ene 102014
 
 10 enero, 2014  Publicado por a las 11:11 Tagged with: , ,  4 comentarios »

Si no sabes dónde estás yendo, probablemente no llegarás ahí. – Forrest Gump

Si te gusta el senderismo, las carreras de orientación o las escapadas a la montaña seguramente estarás acostumbrado a tratar con las curvas de nivel. Si por el contrario los únicos mapas que has usado han sido mapas turísticos o mapas de carretera es más que probable que nunca las hayas visto. ¿Porque? porque las curvas de nivel aportan una información adicional al mapa que en muchos casos es irrelevante y en otros de vital importancia.

Si has leído los anteriores posts de la serie Conceptos Básicos de Cartografía ya sabes que con la latitud y longitud podemos ubicar cualquier punto en cualquier lugar del mundo, con la escala podemos calcular las distancias que existen entre esos puntos y ahora te estarás preguntando que más pueden aportar la curvas de nivel si ya conoces el sitio al que quieres ir y la distancia que te separa de él. Si viajas en transporte público es un dato meramente anecdótico, pero si te decides por ir caminando, en bici o con cualquier otro medio de transporte de tracción animal te serán de gran utilidad.

¿Que són las curvas de nivel?
Las curvas de nivel son isolíneas que unen todos los puntos de un mapa que están a la misma altitud.

Con las curvas de nivel podemos determinar con exactitud el perfil del terreno, el desnivel de un trayecto o detectar barrancos, montañas, estepas y otros accidentes geográficos representados en el mapa.

Algunos detalles importantes de las curvas de nivel:

  • Las curvas de nivel son líneas concéntricas y equidistantes.
  • La equidistancia entre curvas de nivel suele ser múltiple de 10 y puede variar en función de la escala del mapa de5m a 200 metros o más.
  • Existen 3 tipos de curvas de nivel: Las normales, son las que su usan en todo el mapa. Las directoras o maestras, con una equidistancia mayor a las normales, que se utilizan para conocer la altitud de manera constante. Y las intercalares que permiten representar particularidades del terreno y se dibujan con trazos discontinuos.
  • Dos curvas de nivel no pueden cruzarse nunca.
  • En zonas llanas prácticamente no habrá presencia de curvas de nivel.
  • Cuanto más juntas se encuentran las curvas de nivel mayor es la pendiente sobre el terreno. El caso extremo son los acantilados en que llegan a superponerse.
  • Cuando se representa un espacio completo, una isla o un continente, las curvas de nivel tienen que estar cerradas.
  • Un conjunto de curvas de nivel cóncavas en descenso representa una línea de cresta o divisoria de aguas.
  • Un conjunto de curvas de nivel convexas en descenso representa un torrente o zona de escorrentía.
  • A partir de escalas superiores a 1:500.000 no tienen aplicación práctica.
Ejemplos de curvas de nivel

Ejemplos de Curvas de Nivel

Estos son algunos de los métodos usados para determinar la altitud (ordenados de menor a mayor precisión)

  • Barométrico: Consiste en calcular la altura de un punto en base a la diferencia de presión.
  • Trigonométrico: Consiste en encontrar el desnivel a partir del ángulo y de la pendiente.
  • Fotogrametría: Consiste en realizar mediciones a partir de fotografías aéreas.
  • Nivelación: Consiste en tomar medidas a partir del nivel, un aparato con el que se consiguen mediciones muy precisas.

Ejemplos de curvas de nivel
En la imagen se pueden ver 3 ejemplos del uso de las curvas de nivel y de las tintas hipsométricas en diferentes mapas a diferentes escalas.

Conviene destacar los siguientes puntos

  • El mapa A está a escala 1:25.000 y los mapas B y C a escala 1:40.000. Se puede apreciar como en el primero las curvas de nivel maestras están representadas cada 50 metros mientras que en los otros dos se representan cada 100 metros.
  • En B y C la representación de las curvas de nivel es la misma pero se usan diferentes tintas hipsométricas para representar visualmente la altitud
  • Por último en los 3 ejemplos se puede ver a simple vista que por el elevado número de curvas de nivel la zona representada es geográficamente muy accidentada con montañas, valles, llanuras, ríos…
  • En A y C además se pueden ver representadas las particularidades de ríos y otros símbolos cartográficos como fronteras, lagos, picos o senderos

La aplicación práctica de las curvas de nivel nos permite conocer la orografía del terreno a partir de su representación en el mapa a partir de los perfiles de corte.
Si por ejemplo deseamos ir desde un punto X hasta un punto Y simplemente tenemos que trazar una línea recta sobre el mapa que una ambos puntos y posteriormente ir trazando la diferentes altitudes de las curvas de nivel que cruza dicha línea a nuestro perfil.

Corte Topográfico

Corte Topográfico

Y ahora pongamos en práctica este nuevo concepto.

En el mapa A de los ejemplos de las curvas de nivel, ¿si te encuentras a 2.521 metros de altitud cuantas curvas de nivel maestras cruzarás hasta llegar a una altitud de 2.760 metros?

Vamos a suponer que estás en una isla desierta como la del dibujo. Si quieres llegar desde la palmera situada en el punto A hasta la palmera situada en el punto B ¿por que camino tendrás menos desnivel (subir o bajar menos), pasando por el punto C o pasando por el punto D?

Si quisieras llegar desde A hasta B sin tener que subir ni bajar (recorrido con 0 desnivel) ¿que camino deberías seguir?

Isla del Tesoro

Respuestas a las preguntas (click aquí)

Fuentes
Geografía Autor: Antonio Fernández Fernández Editorial: Ramón Areces S.A
Atlas Actual de Geografía Universal Vox
Viajar a Través de La Cartografía Autor: Tomás Franco Aliaga Editorial: Uned Ediciones
Mapas y civilización: Historia de la cartografía en su contexto cultural y social (La estrella polar) Autor: Norman J.W. Thrower Editorial: Ediciones del Serbal
Oct 162013
 

Los símbolos cartográficos se usan para representar de manera simbólica objetos, lugares o cualquier otra información del mundo real sobre un mapa o plano.

En general podemos clasificar los símbolos como puntuales, sería el caso de una ciudad representada con un punto; lineales, como una carretera o un río representados con una línea; y zonales como una zona de aludes, o un lago. Dentro de esta clasificación existen dos tipos de representaciones de los símbolos: pictóricos y geométricos.

Variables retinianas J.Bertín

Variables retinianas J.Bertín

Los símbolos pictóricos intentan representar en una imagen un concepto, por ejemplo un castillo, y tienen que cumplir dos funciones básicas, que sean simples y que sean universales. Con eso se pretende que cualquier persona, aunque no conozca a que objeto del mundo real representa, se pueda hacer una idea sin tener que recurrir a la leyenda del mapa.

Los símbolos geométricos son abstracciones mayores que los símbolos pictóricos y se representan mediante círculos, cuadrados, rectángulos o cualquier otra forma geométrica. Habitualmente se usan para representar zonas dentro de un mapa como por ejemplo zonas de cultivo, parques nacionales, zonas de bosque, etc.

No existe ningún estándar mundial sobre que tipo de símbolos hay que usar en la confección de un mapa, sin embargo muchos países han desarrollado a lo largo del tiempo sus propios conjuntos más o menos estandarizados en la cartografía oficial del país. En el apartado de fuentes puedes encontrar algunos bastante detallados como el de Argentina o el de Chile.

Los principales símbolos que podemos encontrarnos en un mapa son los siguientes:

  • Símbolos para ciudad capital y otras ciudades importantes.
  • Símbolos para infraestructuras importantes (aeropuertos puertos, etc).
  • Símbolos de medios de comunicación (vía férrea, carreteras, vías asfaltadas y afirmadas, trochas, etc).
  • Símbolos de cursos de agua, ríos, lagos, que generalmente van en color celeste).
  • Curvas de nivel (en planos o mapas topográficos).

Aunque por norma general los símbolos que nos encontremos dependerán en gran medida del tipo de mapa, de su escala y del uso al que esté destinado; no se representarán igual en el plano de una ciudad, dónde nos interesa destacar los servicios como farmacias, hospitales y demás, que los que podamos encontrar en un mapa nacional de carreteras, dónde destacarán los símbolos relativos a trazados viarios, gasolineras, monumentos de interés y otros de carácter más general.

En resumidas cuentas cuanto menor sea la escala del mapa menos detalle vamos a tener, tanto en la propia geografía del mapa como en el uso de símbolos y otros elementos.

En la siguiente relación obtenida de diferentes mapas, planos y cartografía general puedes encontrar algunos de los símbolos más comunes y sus diferentes variantes.
En la galería puedes encontrar una recopilación mayor.

Signos Cartográficos Aeropuertos

Aeropuertos

Signos Cartográficos Autopistas

Autopistas

Símblos Cartográficos Balnearios

Balnearios

Símbolos Cartográficos Castillos

Castillos

Símbolos Cartográficos Faros

Faros

Signos Cartográficos Iglesias

Iglesias

¿Quieres conocer más símbolos y su significado? Descúbrelos en la Enciclopedia de los Símbolos

Jul 102013
 

Parece seguro aventurar que cada autor tendrá su propia receta secreta para crear un mundo de fantasía. Lo que ya no parece tan seguro es aventurar que vaya a compartirla con los demás.
En fin, para desmentir la afirmación anterior os contaré algunos de mis secretos para crear mundos de fantasía.

Lo principal es tener un mapa, un buen mapa. No hay que escatimar recursos en él. Usar el mejor pergamino, tinta especial del nº4 y contratar los servicios de un Hacedor de Mapas pueden ser un buen punto de partida, pero lo realmente necesario es darle vida a ese mapa y eso nos lleva al siguiente punto.

Todo mundo de fantasía necesita un buen mapa

Todo mundo de fantasía necesita un buen mapa

Usa tu imaginación. Tienes un mundo de gran calidad, forjado por uno de los más notables Hacedores de Mapas y con los mejores materiales pero está vacío, no tiene vida, son sólo trazos en un papel.

Ahora te toca dar lo mejor de ti y convertir esa zona montañosa y el pico que sobresale en el Pico de los Lobos o Las Montañas del Dragón. Si miras un poco más abajo, cerca de lo que parece un camino, encuentras un pequeño poblado, el hogar de nuestro héroe. Vamos a llamarle GrimberHole.

Los nombres son importantes y ayudan a llenar ese vacío del que hablábamos, pero no lo son todo, hace falta algo más.

Ahora toca darle vida al mapa

Ahora toca darle vida al mapa

Todo mundo necesita una historia, unas leyendas, algo que las abuelas puedan contar a las madres de nuestros héroes, algo que con el paso del tiempo pueda caer en el olvido y algo por lo que luchar. Viejas profecías, leyendas ocultas, ha llegado el momento de volver a usar la imaginación y crear un entorno más allá de los límites físicos del mundo. Algo que no se puede tocar pero está allí. Es el pegamento que da consistencia a todo lo demás.

Y por último, intenta que sea lo más real posible. Si, parecerá una contradicción, pero cuanto más real sea tu mundo de fantasía más atraparás al lector.

Demuéstrale que no sólo has usado tu imaginación sino también tu cerebro. No intentes engañarle jugando a aquello de que en la fantasía todo vale. Mentira !!!

En la fantasía no todo vale y crear un mundo no es cuestión de minutos, hay que dedicarle tiempo y esfuerzo para que cada pieza del rompecabezas encaje perfectamente. Un solo error y todo lo que tanto trabajo te ha costado construir se vendrá abajo y lo que es peor, perderás tu credibilidad y el lector se sentirá estafado, engañado, vilipendiado, menospreciado, agraviado, humillado y muchos otros -ado pero sobretodo con ganas de venganza.

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Jul 082013
 

Si no sabes dónde estás yendo, probablemente no llegarás ahí. – Forrest Gump

¿Para que sirve un mapa? La respuesta parece obvia, un mapa nos permite conocer nuestra posición, calcular distancias entre puntos, conocer el relieve y tipo de terreno por el que vamos a pasar… y, seguramente le podríamos dar otros muchos usos, pero de momento estos son los que nos interesan.

En el anterior artículo, Conceptos básicos de Cartografía : Latitud y Longitud, ya te contamos como conocer la ubicación exacta de un punto del mapa. Hoy conoceremos como puedes calcular distancias usando La Escala.

Tipos de Escala

En la mayoría de mapas podemos encontrarnos dos tipos de escalas: la escala numérica y la escala gráfica.

  • Escala Gráfica.
    La escala gráfica es una regla graduada que nos permite calcular diferentes distancias de manera más rápida sobre el mapa, pero menos precisa que la escala numérica.La ventaja frente a la escala numérica es que sigue siendo válida aunque el mapa se haya ampliado o reducido ya que la escala gráfica se amplia o reduce en la misma proporción.

    Diferentes tipos de Escalas Gráficas

    Diferentes tipos de Escalas Gráficas

  • Escala Numérica.
    Es una relación numérica entre la distancia que se representa en el mapa y la distancia que le corresponde en el mundo real. Se expresa de la siguiente forma:
    1:5.000, 1:50:000, 1:100.000, 1:1.000.000.

    Vamos a tomar como ejemplo la primera representación, 1:5.000.

    La información que podemos extraer al leer esta escala en un mapa es que por cada unidad medida en el plano en la realidad le corresponden 5.000 unidades.

    ¿Por qué hablamos de unidades de manera genérica? Porque se puede utilizar cualquier unidad, centímetros, millas, kilómetros, patatas…. aunque habitualmente se usan centímetros (dudo que exista algún mapa que llegue al kilómetro).

    En el caso de que las unidades del ejemplo anterior sean centímetros entonces por cada centímetro medido en el mapa en la realidad le corresponderían 5.000 centímetros, o lo que es lo mismo 50 metros.

    Sólo podemos usar esta escala siempre y cuando el mapa con el que trabajamos sea el original. No podríamos usarlo en ampliaciones o reducciones del mismo ya que esto distorsionaría las distancias reales.

Tipos de Mapas

En función de la escala de un mapa lo podemos clasificar de la siguiente manera. (Se trata de una clasificación orientativa ya que según los autores el rango puede variar ligeramente)

  • Mapas de Escala Grande.
    Son mapas que permiten reproducir con mucho detalle una determinada zona de un territorio, pueblos, bosques o regiones no muy extensas y abarca hasta la escala 1:100.000. Habitualmente son los mapas que se utilizan para senderismo y otras actividades al aire libre.
  • Mapas de Escala Mediana.
    Son mapas que permiten reproducir zonas más extensas pero con menor detalle que los mapas de escala grande. Son útiles para representar países enteros. Un ejemplo serían los mapas de carreteras nacionales que abarcan todo el país y en el que se pueden observar con detalle las carreteras principales pero no los caminos y senderos de un pueblo. Abarca desde 1:100.000 hasta 1:1.000.000.
  • Mapas de Escala Pequeña.
    Estos mapas se utilizan para la representación de zonas muy extensas, continentes e incluso todo el mundo. Su nivel de detalle es el más pequeño de los tres tipos y el área que representa la mayor. Abarca desde la escala 1:1.000.000.
Escala Grande, Pequeña y Mediana de Tierra Oscura.

Escala Grande, Mediana y Pequeña de Tierra Oscura.

Y ahora pongamos en práctica este nuevo concepto.

Vamos a suponer que un ejército de Orcos está acampado en el Bosque Rojo esperando para atacar el Castillo de Mühlbacher Klause. Los espías del castillo han recibido informes de este campamento y se disponen a preparar la defensa. Consultando un mapa escala 1:50.000 calculan que están situados a 3 pies de distancia.

¿Sabrías decirnos a cuantas millas de distancia del castillo está el ejército de los Orcos?

Fuentes
Geografía Autor: Antonio Fernández Fernández Editorial: Ramón Areces S.A
Atlas Actual de Geografía Universal Vox
Viajar a Través de La Cartografía Autor: Tomás Franco Aliaga Editorial: Uned Ediciones