Jul 192013
 
 19 julio, 2013  Publicado por a las 11:11 Tagged with: ,  5 comentarios »

Un mundo de fantasía es lo que te hace levantarte cada mañana cuando toda la vida es gris. Aquel capaz de dibujarte un color en tu alma en el momento en que lo encuentras, dándote una tonalidad que se aferra a ti y jamás te suelta.
Es ese mundo que crece cuando lo regalas y lo compartes, tiñendo así a cada persona que se encuentra a su paso y sin importar si ha sido creado por una mente anónima de internet, o sea uno que todos lo tildan de clásico de todos los tiempos.

Mundos de fantasía por David Revoy

Mundos de Fantasía por David Revoy

Los mejores mundos de fantasía nos cambian, nos modifican y nos hacen soñar. Los que son increíbles, dejan una semilla en cada uno de nosotros para que crezca y nos haga crear nuestros propios lugares de ensueño. Algo que debemos compartir y crear más semillas y colores, para darle color a una vida gris, sea en un mundo lleno de bosques, ciudades medievales, naves perdidas en el espacio, el manicomio más oscuro, el cementerio más siniestro o la casa de tu vecino del quinto que, como siempre has sospechado, era un sectario dispuesto a revivir a terribles engendros del averno (como los exámenes más aterradores de tu vida, a los que te enfrentarás con el profesor delante, toda la clase mirando y completamente desnudo).
Son esos mundos por los que vemos la vida en color y no en blanco y negro.

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Jul 172013
 
 17 julio, 2013  Publicado por a las 11:11 Tagged with:  4 comentarios »

Arriba puede ser abajo y abajo arriba, el rojo puede ser azul y las estrellas, ojos traviesos que te hacen guiños cuando no miras.

Imagen mundo de fantasia

Mishel Puentestar

Aquí no rigen las aburridas y sobrias reglas del mundo al que despertamos cada mañana: éste es el mundo de los sueños, el mundo en el que la luz es magia y el aire es luz, los peces vuelan y las piedras no son piedras sino vestigios de edificios que fueron testigos de una Historia cuyo último capítulo aún está por ver. Un mundo como el nuestro, pero no exactamente igual: un mundo en el que, en cualquier momento, el mar puede convertirse en el cielo, o el fuego en vida, o la vida en tierra y barro y sombras y oscuridad, luz cristalina y hojas de agua. Países desconocidos, rincones mágicos, amaneceres de oro y crepúsculos de sangre, y una mano que, con un simple gesto, puede matar a un hombre o a cientos, convertir el aire en bruma, o sencillamente decir adiós y usar después el dorso para enjugarse una lágrima de cristal.

Un mundo como el nuestro, pero no exactamente igual. Un mundo en el que sólo hay un límite, y ese límite aún no lo ha imaginado nadie.

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Jul 152013
 
 15 julio, 2013  Publicado por a las 11:11 Tagged with: , , ,  14 comentarios »

Si a alguien le da por buscar el significado de fantasía verá que no existe una definición clara y concreta sobre la misma. Como mucho, podemos estar de acuerdo en que, en cuanto a literatura, hablamos de mundos de ficción que pueden basarse, más o menos, en el real que nos rodea para desarrollarse. Así, encontramos ríos, montañas, mares, zanahorias, cabras… Muchos elementos que son cotidianos y todos conocen, pero mezclados con otros como pueden ser extensiones de tierra que flotan en los cielos, ríos con agua que evitan el contacto con aquel que intenta zambullirse en ellos, Ents, hadas, minotauros… Es decir, que podemos ayudar al lector a entender por dónde se mueven nuestros personajes y cómo son sus escenarios y los objetos con los que interactúan colocando ante ellos cosas que ya conocen y que no necesitan de una gran explicación por nuestra parte para que entiendan de qué se trata. Después, con esa base, ya podemos comenzar a incluir elementos salidos de nuestra imaginación para empezar a darle nuestra propia personalidad a este nuevo mundo.

Entonces, sacamos la primera conclusión de que no es necesario crear un mundo cien por cien original, pues esto incluso podría llegar a desorientar tanto al lector que, al cabo de unas pocas páginas, se sentirá mareado y por completo abrumado ante tanta cosa desconocida.

Normalmente, en los libros de fantasía vemos a la especie de los humanos como la más común de todas. En realidad, es una de las mejores maneras de que empaticemos con los personajes, si nos podemos ver reflejados en ellos (y siempre será más fácil con una persona que con una gallina, por ejemplo). Describir su color, tipo y longitud de cabello, su constitución física, posibles tatuajes, barba o discapacidad… Son elementos de diferenciación pobres, que no necesitan de mucho más, pues una persona es una persona, no tienes que describir su número de ojos, piernas o corazones. En definitiva, sabemos qué y cómo son. Piensa, si no, en soldados. Ya de por sí los imaginas con armadura, así que te vas a basar en poco más para diferenciar a dos en concreto. ¡Mira! Distinto color de pelo y que uno de ellos tenga incipiente barba. Ya está, no necesitas de más detalles, en principio, para que todos se hagan una idea de cómo son.

Pero, ¿y el resto de criaturas con las que comparten mundo? Puede que en tu mundo de fantasía no hayan más seres inteligentes, que tan sólo se vean animales y/o monstruos, pero si hay otros con los que interactuar y comunicarse, aunque sea a base de espadazos, habrá que pensar en cómo presentarlos. Un recurso muy utilizado, después de los humanos, son los conocidísimos elfos, enanos, goblins, orcos y un largo etcétera de criaturas mitológicas o ya clásicas de la literatura o el cine. Si lo pensamos, la gente tiene ya una idea bastante común de cada uno de estos. A los enanos suelen vérseles como personas bajitas, regordetas y con mucho pelo, en melenas y largas barbas trenzadas. ¿Un elfo? Estilizados, con melena lisa, orejas puntiagudas y conectados con la naturaleza. Podemos continuar con orcos, ogros o trasgos, pero no haría falta, ¿verdad? Además, a no ser que queramos remarcar lo especial de algún miembro en concreto de estas especies, ni tendremos que describirlos.

Criaturas mitológicas

Criaturas mitológicas


¡Ah! Espera, espera, que aquí es a donde yo quería llegar, justo a este punto. Recapitulemos y leamos despacito: podemos ayudar al lector… colocando ante ellos cosas que ya conocen; criaturas mitológicas o ya clásicas de la literatura o el cine; la gente tiene ya una idea bastante común de cada uno de estos. Así, aplicando lo ya mencionado, lo que tenemos entre manos no es sino una historia como todas las demás, quizá una expansión de otras o una simple modificación habiendo alterado el orden en el que se ubican las tribus o pueblos de cada especie en nuestro mapa. Y no, no me estoy contradiciendo. En la RAE encontramos la definición de fantasía como ficción, cuento, novela o pensamiento elevado e ingenioso. Entonces, aunque nos gusten los enanos, ¿por qué hemos de situarlos bajo tierra, en largas galerías de minas y como maestros herreros? ¿Por qué no podemos convertirlos en nómadas como son los hombres reno en Mongolia? Lo mismo para el resto. Si queremos una Quimera, ¿no podemos elegir qué partes de animales queremos para ella? ¿Y a los elfos hacerlos grandes ingenieros comprometidos con la ciencia? Yo te respondo: Podemos, y es más, debemos. No escribimos sobre un hecho histórico que hemos de estudiar al detalle y al cual ceñirnos para desarrollar nuestra historia, ni tampoco nos debemos a las leyes físicas propias e inquebrantables de nuestro universo real. Hablamos de fantasía y, como tal, no existen los límites. Una cosa es hacerlo creíble y otra muy distinta quedarnos con lo que creemos establecido en el género como una ciencia cierta e inequívoca.

Por mi parte, me encantan los dragones, pero en mis libros tienen sus propias características, físicas y psíquicas. Lo mismo, por ejemplo, para los demonios, y rompiendo los esquemas con estas dos especies tampoco renuncio a los humanos tal y como somos, abundantes y de carne tan débil que se rasga con el mínimo contacto de una daga, pero soy capaz de elegir qué me gusta y qué no de las criaturas que quiero que salgan en mis obras.

La conclusión a la que quería llegar, y espero no haberte producido un terrible dolor de cabeza con este artículo, es que un mundo de fantasía no ha de escribirse bajo unas reglas ya impuestas, sino que somos nosotros quienes sazonaremos este plato con las especias y condimentos que mejor nos sepan, por mucho que otros maestros ya dieran en el pasado con otras distintas recetas dignas del mejor paladar.

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Jul 102013
 

Parece seguro aventurar que cada autor tendrá su propia receta secreta para crear un mundo de fantasía. Lo que ya no parece tan seguro es aventurar que vaya a compartirla con los demás.
En fin, para desmentir la afirmación anterior os contaré algunos de mis secretos para crear mundos de fantasía.

Lo principal es tener un mapa, un buen mapa. No hay que escatimar recursos en él. Usar el mejor pergamino, tinta especial del nº4 y contratar los servicios de un Hacedor de Mapas pueden ser un buen punto de partida, pero lo realmente necesario es darle vida a ese mapa y eso nos lleva al siguiente punto.

Todo mundo de fantasía necesita un buen mapa

Todo mundo de fantasía necesita un buen mapa

Usa tu imaginación. Tienes un mundo de gran calidad, forjado por uno de los más notables Hacedores de Mapas y con los mejores materiales pero está vacío, no tiene vida, son sólo trazos en un papel.

Ahora te toca dar lo mejor de ti y convertir esa zona montañosa y el pico que sobresale en el Pico de los Lobos o Las Montañas del Dragón. Si miras un poco más abajo, cerca de lo que parece un camino, encuentras un pequeño poblado, el hogar de nuestro héroe. Vamos a llamarle GrimberHole.

Los nombres son importantes y ayudan a llenar ese vacío del que hablábamos, pero no lo son todo, hace falta algo más.

Ahora toca darle vida al mapa

Ahora toca darle vida al mapa

Todo mundo necesita una historia, unas leyendas, algo que las abuelas puedan contar a las madres de nuestros héroes, algo que con el paso del tiempo pueda caer en el olvido y algo por lo que luchar. Viejas profecías, leyendas ocultas, ha llegado el momento de volver a usar la imaginación y crear un entorno más allá de los límites físicos del mundo. Algo que no se puede tocar pero está allí. Es el pegamento que da consistencia a todo lo demás.

Y por último, intenta que sea lo más real posible. Si, parecerá una contradicción, pero cuanto más real sea tu mundo de fantasía más atraparás al lector.

Demuéstrale que no sólo has usado tu imaginación sino también tu cerebro. No intentes engañarle jugando a aquello de que en la fantasía todo vale. Mentira !!!

En la fantasía no todo vale y crear un mundo no es cuestión de minutos, hay que dedicarle tiempo y esfuerzo para que cada pieza del rompecabezas encaje perfectamente. Un solo error y todo lo que tanto trabajo te ha costado construir se vendrá abajo y lo que es peor, perderás tu credibilidad y el lector se sentirá estafado, engañado, vilipendiado, menospreciado, agraviado, humillado y muchos otros -ado pero sobretodo con ganas de venganza.

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