Mar 082013
 
 8 marzo, 2013  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »

Las torrijas parecen ser tan antiguas como el pan duro. Existen numerosas referencias a este exquisito dulce desde los tiempos romanos hasta la actualidad:

  • En el libro De re coquinaria editado hacia el siglo IV o V consta una receta de torrijas en la que dice: «Rompe siligenas (galletas de trigo), baña las en leche, tuesta las en aceite, riega las con miel y sirve las.”
  • Del siglo XV data la mención sobre este dulce, atribuida al poeta y músico Juan del Encina: “miel y muchos huevos para hazer torrejas”, citado como plato indicado para la recuperación de las mujeres tras el parto.
  • Encontramos múltiples platos durante el siglo XVII que incluyen a las torrijas en sus recetarios como el Libro del arte de Cozina de Domingo Hernández de Maceras editado en el 1607, y también en Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño del 1611.
  • A comienzos del siglo XX era muy habitual en las tabernas de Madrid y el único dulce que se servía con un chato de vino.

Sea como fuere es un postre delicioso que ha sido relegado a las celebraciones de Cuaresma o Semana Santa, aunque nadie nos prive de elaborarlas cuando a bien nos parezca o cuando el pan duro se acumule. Su elaboración es muy sencilla y sus básicos ingredientes hacían de las torrijas una alternativa a las prohibiciones de comer carne durante esos días.

Torrijas

Ingredientes:

  • Pan de pueblo o de miga espesa, antiguamente se hacían para aprovechar el pan duro del día anterior y en la actualidad podemos encontrar pan para torrijas. Para una barra de 250gr., salen unas 12 torrijas aprox.
  • 2 Huevos.
  • 1/2 litro Leche.
  • 100 Gr. Azúcar
  • 1 rama Canela
  • Piel de un limón
  • Aceite para freír

Poner a hervir la leche con la rama de canela, el azúcar y la piel del limón.

Cortar el pan en rebanadas de no más de dos dedos de grosor y colocarlas en una fuente plana.

Verter la leche sobre ellas y dejarlas reposar hasta que se remojen bien, dándoles la vuelta si fuera necesario.

Batir los huevos y rebozar las torrijas.

Calentar en una cazuela abundante aceite y  freír las torrijas. Hay que dar la vuelta a las rebanadas con cuidado, utilizando una espumadera y una cuchara para evitar que se rompan, y es aconsejable freír sólo un par de torrijas cada vez.

Una vez estén doradas, sacarlas y colocarlas sobre papel absorbente.

Espolvorear con azúcar y canela al gusto y servir en un plato o fuente. Se pueden acompañar con almíbar, chocolate, mermelada, fruta, crema, nata, vino especiado…

Mmmmm que ricas están…

Mar 042013
 
 4 marzo, 2013  Publicado por a las 11:11 Tagged with: ,  Sin comentarios »
Llibre de Coch

Llibre de Coch

Han llegado a nuestros días recetarios de comidas medievales como el Llibre de Sent Soví y el Llibre de Coch, que nos permiten hacernos una idea de los platos que degustaban en la época medieval. Eran variados los ingredientes de que disponían, aunque todo dependía del poder adquisitivo y de la época del año, una recopilación de los alimentos mencionados en ambos libros sería la siguiente:

Féculas y granos: arroz, azúcar, harina, sémola, almidón, cebada, lentejas, habas y garbanzos.

Vegetales y frutas: berenjena, espinaca, granada, naranja amarga, espárragos, puerros, cebolla, calabazas, coles, zanahorias, lechugas, escarolas, endivias, berros, limones, uva verde y ajos.

Pescados: lamprea, rayada, sardina, salmón, anguila, morena, congrio, merluza, lisa, sábalo, lubina, dentón, dorada, pagel, salmonete, corvina, rata, bonito, atún, congrio seco, atún salado, langostinos, langosta, cangrejo, cabra, sepia, calamares y pulpo.

Flores: rosas, agua de rosas, agua de azahar.

Carnes y menudo: ovejas, cabras, cochinillos, corderos, cabritos, terneras, vacas, bueyes, asaduras, pulmones, corazones, hígados, pollos, gallinas, conejos, patos, ocas y palomas.

Aves y caza: pavos reales, perdices, faisanes, codornices, tordos, liebre, jabalí, ciervo y oso.

Especias y hierbas eran muy utilizadas: canela, clavo, nuez moscada, jengibre, azafrán que perfumaba y coloreaba la comida, macis, cardamomo (grano del paraíso), galanga, perejil, mejorana, menta, ajo, salvia, pimienta que incluso se utilizaba como moneda de cambio etc.

Frutos secos: almendras, pasas, piñones, nueces, avellanas, dátiles e higos.

Varios: aceite, miel, manteca de cerdo, quesos, huevos etc.

Dicho esto vamos con la receta de Tierra Quebrada.

Espinacas al aroma de menta, basadas en una receta del Llibre de Coch.

Espinacas al aroma de menta - Recetas medievalesPara dos personas necesitaremos:

  • Espinacas frescas, 300gr
  • Pasas, 100gr.
  • Piñones, 50gr.
  • Una ramita de menta.
  • Una ramita de perejil.
  • Aceite de oliva, 1 o 2 cucharadas
  • Sal, un pellizco.
  • Leche de almendras (se puede comprar hecha o hacerla. Tomar una escudilla de almendras peladas y majadas. Echar tanta cantidad de agua como almendras y colar con un paño hasta que no suelten más líquido. Poner a cocer en una olla añadiéndole azúcar blanco hasta que espese. Se le pueden añadir raíces de jengibre enteras).

Con el fuego no muy fuerte sofreír las pasas en una cucharada de aceite, retirarlas.
Sofreír los piñones en el mismo aceite, retirarlos.
Incorporar las espinacas hasta que reduzcan su volumen. Agregar las pasas, los piñones e incorporar un poco de leche de almendras para darle cuerpo. Rectificar de sal, añadir la menta y el perejil picados y mezclar bien. Retirar del fuego y servir.

Sugerencias.

Podemos añadir encima uno o dos huevos fritos de codorniz o unos trocitos de jamón salteados.

Feb 222013
 

El origen del vino especiado se remonta a la época romana y era considerado un producto de lujo. Según el Edictum De pretiis que nos habla sobre el precio máximo de los productos, mientras que una cerveza costaba 4 denarios, un vino de mesa ocho o un vino de rosas veinte, el vino especiado rondaba los 24 denarios tan sólo 6 menos que el considerado mejor vino Italiano, el Falerno, que costaba 30 denarios.

Este alto valor se debía en parte a las propiedades afrodisíacas y medicinales que se le atribuían como carminativo o tónico respiratorio.

Su preparación es sencilla y se basa en la mezcla de especias con el vino, con esto conseguían que el vino aguantase más tiempo y camuflar los vinos de no muy buena calidad. Existen variadas recetas y cada uno puede darle el toque que mejor se adapte a su paladar, solo hay que perseverar en la búsqueda del maridaje ideal e ir catando. Aquí os dejo las dos formas de hacerlo de Tierra Quebrada.

Vino Especiado

Vino especiado

Necesitamos: Una botella de vino tinto (hay recetas en las que se mezcla el tinto con el blanco a partes iguales, no tiene porqué ser un vino excelente pero tampoco lo hagáis con uno superbaratillo), cuatro cucharadas soperas de azúcar moreno, una cucharada de miel, una rama de canela, 6 clavos de olor, una pizca de nuez moscada, una flor de anís estrellado, la piel de un limón/naranja sin la parte blanca que amargaría el vino, el zumo de la naranja y una raíz de jengibre rallado.

Receta 1 En un cazo (que no sea de aluminio) ponemos a calentar a fuego lento el zumo de la naranja y el azúcar hasta que empiece a formarse un almíbar. Agregamos la piel del limón/naranja o las dos, la miel, la canela, el clavo, el anís, la nuez moscada y la raíz de jengibre rallado, lo mezclamos todo y… un aroma embriagador nos envolverá. Finalmente incorporamos el vino y calentamos a fuego lento sin que llegue a hervir durante unos diez minutos. Lo dejamos reposar tapado para que se infusione bien, lo colamos y ya podemos disfrutar de nuestro vino especiado caliente o a temperatura ambiente.

Receta 2 Mezclamos todos los ingredientes en un cazo (que no sea de aluminio), lo calentamos durante 10 minutos a fuego lento sin que llegue a hervir y lo dejamos reposar durante una hora. Lo colamos y listo.

“Saturaos con todas las bebidas compuestas con miel y licores de néctar. Que todo el mundo tenga sed…” Pérez González, M (2001), La Garcineida, Estudio y edición crítica con traducción,