Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.
Ya nadie estaba a salvo. Después del accidente con las dos chicas en Aviá, eliminadas ante la mirada de cientos de supervivientes por los militares ya nadie estaba a salvo. Las noticias de desapariciones y muertes en extrañas circunstancias aparecían cada mañana en la portada de algún periódico local pero nadie sabía lo que en realidad estaba ocurriendo,.
Aldeaduero, un joven de unos treinta y pocos años, pijama de rayas, zapatillas y un cepillo de dientes. Muerto de dos disparos, uno en el pecho y otro en la cabeza. Según las noticias un trágico accidente de caza, eso suponiendo que los cazadores de la zona usaran armas semiautomáticas del calibre 22 y limpiaran el escenario del crimen antes de partir.
Su equivocación, estar en el lugar y el momento equivocados.
Varias desapariciones en La Aljorra. Esta vez la jugada no les salió tan bien. La ancianita del quinto pasaba sus últimas horas cotilleando por la ventana cuando vio varios hombres sospechosos que salían de un seat familiar negro aparcado en la calle de enfrente. Al poco rato volvían con un cuerpo para depositarlo con extra de cariño en el maletero del coche.
Su equivocación, denunciarlo a la policía local. Ella fue la siguiente.
Cornelius estaba sentado en un banco cualquiera de un parque cualquiera, intentando juntar todas las piezas de este rompecabezas. Desapariciones, accidentes y luego estaba toda esa información que había conseguido antes de escapar del laboratorio 5. La secuencia genética completa del virus modificado, pruebas con animales, pruebas con humanos, predicciones de propagación, infecciones intra-especies, propagaciones por medios alternativos, agentes mutantes y retrovirales, resultados en entornos controlados… estaba claro que los chicos malos habían trabajado duro durante estos últimos meses y existían al menos 5 líneas de investigación paralelas e independientes que investigaban diferentes aspectos del virus y sus mutaciones genéticas.
La Corporación había hecho muy bien su trabajo pero toda esta información en las manos adecuadas podía representar su fin.
Otro viejecito dando de comer a las palomas, con su silla del Ikea, con ese niño gritando y corriendo alrededor sin parar.
Podría haber escogido a la paloma, o al abuelito, o a cualquier otra persona de las que estaban paseando por el parque, pero esos gritos resonando en su cabeza lo hacían enloquecer. Tenía que acallarlos de alguna manera, pero sobretodo tenía hambre, un hambre incontrolable que le hacía avanzar contra su voluntad, lenta pero inexorablemente hacia su víctima.
En el fondo no era tan diferente de aquellos contra los que luchaba. Cornelius no había podido escoger su propio camino pero cuando llegara el momento de la verdad y tuviera que rendir cuentas cientos de muertes pesarían sobre su conciencia, cientos de inocentes que lo único que habían hecho era estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
El niño seguía pidiendo a gritos una Play, o una Ds o…que más daría lo que pidiera, en pocos segundos todo habría acabado. Estaba muy cerca, a solo unos pasos, ya lo podía oler, casi podía saborear esa carne tierna, fresca y jugosa. Se abalanzó sobre él segundos antes de que el golpe de un bastón de roble americano del calibre 22 le cruzara la cara.
Era el viejecito, si el de las palomas, el mismo que casi no podía ni arrastrar la silla del Ikea. Se había puesto en pie y le estaba propinando una tremenda paliza con su viejo bastón.
Cada golpe le dolía como si le arrancaran una muela, pero en su interior no podía dejar de sonreír. Sonreía por ver al niño como seguía corriendo y gritando ajeno a todo lo que estaba ocurriendo a solo unos metros de él.
No dejaba de correr de un lado a otro hasta que la vio, una pequeña pieza negra en el suelo. Se acercó para verla más de cerca. Una memoria usb que alguien habría perdido. Sin pensárselo dos veces se agachó para recogerla y guardarla en el bolsillo derecho de su pantalón. Era hora de volver a casa.
Luce un sol de otoño, pequeñas columnas de humo impregnan el aire de un olor característico, los árboles cambian de color y se respira una tranquilidad propia de esta época del año. Apetece salir a dar un paseo y Aviá parece un lugar seguro, lo mejor que pueden ofrecernos en WRG, unas instalaciones libres de zombies.
Las noticias de los últimos meses no son muy esperanzadoras, brotes de virus y gente infectada en la capital del país que se extienden rápidamente a otras poblaciones, alarma en Poblete, una localidad cercana donde se han detectado nuevos casos. Se habla de un inhibidor que ha desarrollado un tal doctor Santa Maria y su equipo, no es tan eficaz como una vacuna pero parece que eso puede detener el avance del virus.
A los pocos minutos el doctor está muerto. Una accidental caída desde lo alto de un balcón convierte su cabeza en puré para zombies.
15:30
Llegamos a Aviá en busca del complejo del que tanto hablan otros supervivientes. Hay muchos militares patrullando el perímetro, haciendo controles de infección aleatorios a todos los que nos acercamos hacía el puesto de información de WRG. Hoy será un día especial, el mismísimo señor Montesinos estará con nosotros en la inauguración del complejo y no quieren sorpresas de última hora. Los rumores sobre gente infectada en Berga se han extendido como la pólvora y muchos de los habitantes de la zona ya no salen de sus casas. Pese a todo son cientos los supervivientes que desesperados y sin hogar han acudido a buscar refugio en este complejo. Se creen seguros bajo la protección de los militares y sus armas. Pobres ilusos.
El mensaje de la resistencia avisándonos una y otra vez de las verdaderas intenciones de La Corporación solo ofrece incertidumbre y dolor. WRG ofrece esperanza, seguridad y tranquilidad. Es muy difícil competir contra tan tentadora oferta aunque solo sea una cortina de humo y los que deciden abandonar el complejo para contar lo que realmente ocurre…bueno, en realidad nadie abandona nunca estos complejos si no es en el maletero de un seat familiar negro.
16:30
Siguen llegando supervivientes, curiosos, gente desesperada en busca de un lugar seguro. A medida que pasa el tiempo se incrementa la presión militar.
18:30
Los altercados aumentan en el punto de información. Alguien ha descubierto a varios miembros de la resistencia entre los curiosos y ha decidido entregarlos a los militares por una estúpida recompensa sin pensar en que no admiten zombies en los centros comerciales ni en las tiendas de barrio. No vivirá lo suficiente para gastar ese dinero si es que llega a cobrarlo algún día.
La tensión se puede palpar en el ambiente.
19:30
Los controles de infectados se intensifican. En pocas horas tendrá lugar la inauguración del complejo en el polideportivo del pueblo. Todos estamos invitados.
23:00 Ya estamos todos dentro. El señor Montesinos rodeado de fuertes medidas de seguridad se dirige a la población. Estamos en uno de los complejos seguros de WRG, aquí estamos todos a salvo y podremos disfrutar, siempre por un módico precio, de las comodidades y seguridad de un verdadero hogar. Los supervivientes después de horas de tensión por fin respiran tranquilos, al final hoy van a poder descansar, relajarse y darse una ducha con agua caliente.
Se oyen los primeros disparos, luego sirenas, algo está pasando fuera. El nerviosismo se palpa en el ambiente, esto es un polvorín a punto de estallar. Desde las gradas siguen insistiendo en que es un lugar seguro, que no hay nada que temer hasta que uno de los militares lo confirma. Han roto el perímetro, los zombies están dentro.
Segundos más tarde aparecen los primeros Z’s, los militares intentan contenerlos a tiros, el resto de nosotros intentamos salir de esta ratonera antes de convertirnos en el aperitivo de la noche. Al final no habrá ducha caliente ni copa de vino, vamos a tener que correr otra vez.
24:00
Nadie sabe nada. Empiezan a circular rumores sobre la resistencia, sobre militares renegados que intentan ayudar a la población. La desinformación es total. El caos se adueña de la ciudad y cientos de supervivientes corren como pollos sin cabeza de un lado a otro. Huyen de los Z’s, de las hordas de zombies, intentando sobrevivir unas horas más para saber que es lo que ha ocurrido y como salir del pueblo.
La noche avanza y todo se complica, los militares no pueden controlar la situación y se están quedando sin munición. Esto huele a bomba. Por el mismo precio eliminan a los zombies y a todos los testigos. Ya lo han hecho antes y nada les impedirá volver a hacerlo.
02:11
Más rumores. Parece que la gente de la resistencia tiene información sobre la bomba o sobre el código para desactivarla y están retenidos en la piscina. Otros están cerca del cementerio custodiados por varios militares y la población local ha visto movimiento en las afueras cerca de un pequeño lago a unos 2 kms de nuestra posición.
Estamos cerca del ayuntamiento y nos dirigimos al cementerio cuando un grupo de Z’s nos salen al paso. A lo lejos se oyen disparos, tal vez encontremos una zona segura donde descansar y recuperar fuerzas. Corred!!!
En la plaza un grupo de militares intenta contener a los zombies y proteger a los supervivientes que llegan atraídos por el ruido. Han conseguido montar una tirolina para evacuarlos a todos lejos de aquí, solo tenemos que conseguir entrar en el edificio. Si no estuvieran esos malditos zombies en la puerta.
Al fin dentro. Más militares intentan calmar a los que hemos conseguido entrar. Nos infunden coraje y valor. Solos no vamos a conseguirlo.
03:07 Cada vez hay más zombies en los alrededores, parte de mi grupo ya ha conseguido escapar y buscar un lugar seguro, es mi turno, voy a reunirme con ellos, salto…
03:08 Estoy atrapado a varios metros sobre el suelo, la cuerda de la tirolina se ha enrollado mal y no puedo avanzar. Aparece un zombie, luego otro y otro ¿donde está la zona segura que nos prometieron? Antes de que pueda darme cuenta una horda me aguarda a escasos metros debajo de mis pies. Soy su segundo desayuno, solo tienen que esperar a que madure lo suficiente, como las manzanas. Si me hubiera detenido unos pocos metros más allá ahora sería una manzana zombie. Afortunadamente no pueden llegar hasta mi…de momento.
Mi grupo espera al otro extremo pero se acerca otra horda por arriba, veo algunas caras conocidas de los que en su día fueron mis amigos y ahora solo piensan en morder y desgarrar. Los que aún siguen con vida corren. Lo último que consigo oír es «Nos vemos en el cementerio» y no se si eso me tranquiliza demasiado.
Son las 03:09 y estoy solo, rodeado de zombies y colgado como un jamón. Definitivamente he estado en situaciones mejores.
La tirolina vuelve a funcionar. Los zombies siguen ahí.
Algo llama la atención de la horda de arriba, parece que tienen comida fresca al alcance de la mano y yo aún no he madurado bastante. Aprovecho el momento para descolgarme y salir corriendo hacia el cementerio.
Cada vez hay más zombies por todas partes y llegar hasta mi destino por el camino más corto solo me conduce a varias carreras para evitar un mordisco seguro. Pero no soy el único. Solo dos compañeros han podido seguir adelante. A este lado del pueblo me reencuentro con los demás, que por lo que parece han escogido el mismo camino que yo, huir de los Z’s por donde sea.
Nos separamos.
Después de muchas vueltas conseguimos llegar de nuevo al cementerio. Dos chicas indefensas están en apuros, los militares han decidido que lo mejor es torturarlas para que cuenten todo lo que saben y luego ejecutarlas. Según dicen son parte de la resistencia. Están asustadas, hambrientas y con frío, parece que lleven horas aquí sufriendo.
Ya hemos perdido a parte del grupo pero seguimos adelante. La situación es realmente preocupante, los zombies cada vez son más agresivos y el cansancio empieza a dificultar nuestros movimientos. Las hordas nos han empujado hasta los extremos del pueblo cerca de la carretera principal pero incluso aquí, en un lugar tan apartado un grupo de Z’s buscan comida. Conseguimos despistarlos solo para comprobar que un grupo de militares quiere charlar con nosotros. No nos detenemos para comprobar si quieren ofrecernos agua o plomo y volvemos sobre nuestros pasos, atrapados entre Z’s y militares.
Conseguimos escapar y volver de nuevo al centro del pueblo. La situación no ha mejorado. Nadie sabe con certeza donde está la bomba ni si llegaremos a tiempo para desactivarla.
Más Z’s.
Huimos hacia el parque. Otra trampa mortal. Nos acercamos sin hacer ruido hasta lo que parece un grupo de supervivientes que recupera el aliento cerca de unos árboles. Ya casi podemos ver sus rostros ocultos en las sombras, estamos a solo un par de pasos… arggg, más Z’s y estos no han tenido ni que correr, les hemos llevado el desayuno a la cama. Solo quedan dos miembros del equipo con vida. Ellos son la última esperanza para desactivar la bomba. Para nosotros ya es demasiado tarde.
06:15
Ya casi no quedan supervivientes en las calles. Hordas y más hordas de zombies caminan sin rumbo esperando cruzarse con algo de comida.
06:30
La mayoría de supervivientes se dirigen al ayuntamiento. Creen que con la ayuda de los militares van a poder resistir hasta que lleguen los refuerzos. Pobres ilusos. No hay refuerzos en camino, nunca los hubo. Lo único que les epsra en esa ratonera es la muerte. Lentamente pero sin descanso cientos, tal vez miles de zombies se acercan a buscar su ración de carne fresca.
Cuando logran entrar pocos son los que siguen con vida, los menos afortunados, pero la agonia durará poco. Nadie ha conseguido desactivar la bomba.
Un día después… Reflexiones de un cadáver zombie
Siempre he pensado que la primera survival de cualquier jugador es la peor. Por muchas crónicas que leas, por muchos vídeos que veas o por más que te cuenten es una experiencia que hay que vivir y solo después de haberla vivido y repetir es cuando puedes apreciar el gran trabajo que hay detrás de cada edición.
Esta vez lo he podido comprobar en muchos de los comentarios que se pueden ver en facebook después de los eventos y en persona. Para el resto de mi grupo era su primera vez en una survival. No hay información, no sabemos que hacer, no sabemos donde ir, ¿con quién hablamos? ¿Y con quién no?… Pese a todo lo que les había contado de ediciones anteriores y a mi experiencia esto nos pasó durante la noche. Luego de repente empiezas a juntar piezas y a encontrar información y en ese momento es cuando te das cuenta que estás viviendo un verdadero apocalipsis zombie. Es algo muy difícil de explicar y que requiere reposo y meditación. Pasar por el desconcierto, la rabia, la desesperación, la euforia…creo que una survival genera sensaciones extremas, algo a lo que no estamos acostumbrados en nuestro día a día y ese algo es por lo que la gente repite y vuelve edición tras edición.
Cada edición es diferente y en esta hay que destacar el gran papel que jugaron los militares, muchos militares, quizá una de las ediciones en la que nos hemos topado con más militares hasta la fecha y es que la trama lo exigía. Un complejo de máxima seguridad invadido por zombies. No hay lugar para tanques ni maquinaria pesada, no tendría demasiado sentido, pero si para militares recorriendo las calles, persiguiendo a supervivientes y zombies por igual.
Y en eso hicieron un gran trabajo, un grupo de ellos nos persiguió hasta las afueras del pueblo gritando que nos detuviéramos. Otro grupo patrullaba las calles pidiendo pasaportes o buscando a los miembros de la resistencia, colgando carteles, en el ayuntamiento protegían a todo el que llegaba, en el cementerio torturaban a chicas indefensas, registro constantes de infectados en el checkin, por el pueblo…lo dicho, muchos militares.
Pero no todo se reducía a los militares. Los Z’s y las hordas nos dieron estopa de la buena y evitaron que pudiéramos merodear por las calles con tranquilidad. Otro punto a favor de la trama, nadie esperaría que unos pocos zombies pudieran romper el perímetro de seguridad así que tenía que haber muchos y nosotros nos topamos con la mayoría.
En cuanto a las pruebas quizá pecamos de conservadores y arriesgamos poco. Nos quedamos con ganas de encontrar más, teníamos claros algunos puntos, encontramos otros y conseguimos información vital de otros supervivientes pero no arriesgamos lo suficiente.
En resumen fue una buena survival con grandes momentos.
Me parece muy buena idea lo de las escenas sin información ninguna, solo para interactuar y pasárselo bien. Añaden diversión y confusión a partes iguales y creo que deberían potenciarse más. Eso animaría a los supervivientes y disminuiría la presión en otras escenas.
En esta ocasión la tirolina fue el momento agridulce de la noche, en conjunto fue una escena genial, la actuación del coronel Faramond increíble con cada nuevo grupo que llegaba, animando a todos los supervivientes en la cola pero fue una prueba que se saturó rápido y la espera se hacía larga. Aún así tanto la escena en la entrada al recinto como los discursos del coronel y el salto con tirolina lo merecían. Además de ser un momento perfecto para descansar, conocer a otros supervivientes e intercambiar información con ellos. Desde aquí mando un saludo a las tres chicas de Barcelona con las que coincidimos en la cola, espero que el salto con tirolina fuera bien y que hubiera pocos zombies a la llegada 🙂
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.
Después del fracaso con el doctor Vladimir Pérez en Collado Villalba el Z que había capturado la resistencia se había convertido en un problema. Sin científico para hacer pruebas de laboratorio era absurdo tener a un Z y más absurdo aún tener un laboratorio.
Las alternativas estaban claras, o conseguían pronto un científico o se deshacían del Z. A ninguno de los recién llegados les hacía gracia dormir tan cerca de uno de ellos. ¿Y si el maldito virus de La Corporación se transmitía por el aire? No había ningún caso documentado pero tampoco había ningún caso documentado de apocalipsis zombie así que ese argumento no tranquilizaba a nadie.
Pero el principal problema de la resistencia, de cualquier resistencia era su estructura interna. Nadie estaba al mando de nada, al menos no el tiempo suficiente para conseguir marcar un objetivo lo suficientemente ambicioso. Nadie coordinaba a los cientos de personas que cada día se unían a alguno de los grupos para luchar contra militares, mercenarios, zombies… para proteger sus hogares y a sus familias de una muerte horrible.
Olías del Rey, Collado Villalba, Chera… La Corporación ya no podía seguir escondiendo las pruebas con el virus más tiempo. Pese a controlar a los principales medios de comunicación y tener comprado al gobierno cada vez más voces se alzaban contra esas actividades. Nadie quería a un zombie caminando por su barrio, nadie quería oír hablar de militares, científicos, ni riesgos biológicos. Estaban cansados y lo único que querían era volver a sus casas y disfrutar de alguna película de serie B donde los buenos siempre ganan. Pero la realidad era mucho más dura y ahora tenían que enfrentarse a ella.
La solución eran los complejos de WRG, libres de zombies, libres de preocupaciones, con vigilancia las 24 horas el día…todo por un módico precio.
Esta nueva campaña de desinformación hacía hincapié en los peores temores de las familias, sus seres queridos, su seguridad. A pocos días para la inauguración de un nuevo complejo las plazas estaban ya completamente agotadas. Como siempre los ricos eran los únicos beneficiados, la escasez de plazas había disparado el precio de las reservas por encima de los 3000 diegodolares al día, algo que muy pocos podían permitirse.
Pero todo eso no era más que una cortina de humo, otra manera de conseguir dinero fácil mientras seguían con las pruebas. Ese lugar seguro, tranquilo, donde poder llevar una vida normal no existía. Ninguna de las pruebas de laboratorio había conseguido los resultados esperados y esto solo era una maniobra mas de distracción. Una manera más de enfrentar a la población y desviar la atención de lo que cada vez ocurría con mayor frecuencia, nuevos brotes, uno tras otro.
Cada semana La Corporación sorteaba una plaza para los menos afortunados, su control sobre las masas y sus técnicas de evasión y distracción eran realmente buenas. La gente se peleaba por esa plaza, la inseguridad se había adueñado de las calles y grupos cada vez más numerosos se concentraban en el perímetro del complejo. La seguridad privada no solo abatía a los zombies que siguiendo el olor de carne fresca se acercaban al complejo. Por las noches civiles y zombies eran eliminados sistemáticamente. Nadie se acercaba, nadie hacia preguntas.
Pero él había estado allí, lo había visto con sus propios ojos antes de que ese maldito Z acabara con su hermana. Los pilló desprevenidos cuando volvían del mercado. Nunca olvidaría ese sonido desgarrador, ese olor repentino a carne podrida a escasos centímetros de su cara. Ese monstruo apareció desde el callejón y sin tiempo para reaccionar se abalanzó sobre el brazo de su hermana. Los alaridos de dolor, los gritos agonizantes destrozaban sus tímpanos. Mordisco tras mordisco el Z seguía arrancándole la vida a su pequeña hermanita y ella solo podía gritar.
Reaccionó demasiado tarde. Con un adoquín empezó a golpear al Z en la cabeza, con furia, con una rabia incontenida que liberaba con cada nuevo golpe. La sangre salpicaba su camisa, el suelo, pero su hermana no paraba de gritar, ya era demasiado tarde para ella.
Siguió golpeando con rabia esa masa de carne putrefacta sin vida, golpe tras golpe en un movimiento que parecía no tener fin. Le dolían las manos, el brazo, todo el cuerpo, pero seguía allí golpeando sin pensar en lo que estaba haciendo. Luego apareció el segundo Z, del mismo callejón, buscando su ración.
Toda la gente corría presa del pánico, la escena del primer Z devorando a Marta había provocado una estampida mortal.
¿Por qué salían los Z’s de ese callejón tan cerca del mercado y a plena luz del día?
Entonces los vio, vio como los mercenarios del complejo los soltaban uno tras otro. Había un Seat familiar negro y del maletero estaban sacando al tercer Z. Ya nadie estaba a salvo en las calles.
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Ser zombie después de todo tenía sus ventajas. Una tolerancia al dolor por encima de la media. Un nivel de inmortalidad cercano al de los vampiros. En realidad después de varios días encerrado en ese contenedor incluso le parecía buena idea dejarse llevar y dejar de pensar, eliminar cualquier rastro humano que aún quedara en su cuerpo, así todo sería mucho más fácil. La Corporación, la resistencia, los mercenarios de Pablo…todo se veía desde una perspectiva muy diferente encerrado en un congelador. Incluso podría quedarse así durante varias décadas, esperar a que todo pasara y luego marcharse a su casa tranquilamente a disfrutar de un buen helado de vainilla. Pero era su parte humana la que pensaba eso. Su parte débil, con sus temores, sus miedos, su resistencia a seguir luchando por unas horas más de vida. Cornelius quería acabar con todo, dejar de esconderse, de correr al ver a los militares, de correr al ver a los zombies, de correr al ver a sus amigos, si es que aún le quedaba alguno, para evitar hacerles daño. Estaba solo pero eso no era lo peor, lo peor era sentirse completamente solo.
Sin embargo era esa misma parte humana la que, aunque fuera de una manera débil y sutil, le incitaba a seguir luchando por salvar lo poco que quedaba de él; a buscar venganza y ese era un sentimiento muy poderoso. ¡¡¡Venganza!!! Y solo la iba a conseguir de una manera, saliendo del congelador y empezando a repartir ostias a tutiplen. Le daba lo mismo a mano abierta, con un bate de béisbol o con ese SSK 950 que podía ver apoyado en la pared. Solo había un problema, estaba congelado, completamente congelado y dentro de una cámara frigorífica esperando su turno en la mesa de operaciones.
Fue entonces cuando lo vio por primera vez. A decir verdad todos ellos se parecían demasiado, pantalones de militar, camisa de militar, botas de militar, incluso llevaban un corte de pelo estilo militar. Además el hecho constatado que todos se llamaran Fernández tampoco ayudaba mucho a diferenciar unos de otros. Pero ese le llamó especialmente la atención.
No había nadie en la habitación de operaciones, los dos científicos, con cara de no haber dormido durante las últimas siete semanas, habían salido a fumarse un poco de lo que les mantenía despiertos durante tantas horas en ese cuartucho pequeño. Fuera lo que fuera tendría que pedirles un poco cuando saliera del congelador. Entonces entró Fernández, sin abrir la luz, sin hacer ruido. Se acercó a la puerta y la abrió. Se acercó hasta el ordenador que había encima de la mesa y empezó a teclear. Luego colocó un pequeño recipiente con algo que parecía ácido de bateria mezclado con tinte del nº 5 encima de la torre. Fuera lo que fuera en pocos minutos habría perforado todo el vaso y todo el disco duro del pc. Lo anoté en mi lista de productos de la compra para cuando dejara mi estado actual de hivernación, que a juzgar por el aumento repentino de la temperatura iba a ser más pronto de lo esperado.
Entonces aparecieron de nuevo las preguntas y con ellas la necesidad de escapar, de volver a huir de nuevo. ¿Quién era ese tipo? ¿por qué parecía conocerme? ¿y por qué tenía que avisar a la resistencia?
Debajo de ese mensaje que aún se podía leer en la pantalla del pc solo dos nombres, Aviá y Poblete.
Ya no estaba allí. Tal y como había entrado había salido de la habitación, sin ruido, sin dejar rastro. La única persona que podía contestar a mis preguntas había desaparecido.
Cinco minutos más tarde ya podía mover los dos pies y las manos, pero todavía estaba demasiado congelado para poder salir por mi propio pie de la sala y mucho menos para poder llegar hasta la SSK 950 que me esperaba pacientemente muy cerca de la puerta.
No iba a funcionar, después de 7 minutos el proceso de congelación aún no se había revertido y los científicos estaban al caer. Por muy buena que fuera la hierba que se fumaban ningún científico permanecía fuera de su puesto de trabajo más de diez minutos al día. Llevaban demasiado retraso con los zombies. Y los resultados de las anteriores pruebas dejaban mucho que desear. El señor de la pasta no estaba contento y no hay que cabrear al señor de la pasta, si no las cosas pueden ponerse muy feas.
El ácido había hecho su trabajo, demasiado bien. Empezaban a saltar chispas del pc. Demasiadas chispas, demasiados papeles esparcidos en la típica mesa de un científico loco. El resultado no se hizo esperar. Dos minutos más tarde, lo que antes eran pequeñas chispas se habían convertido en fuego. Eso aceleró el proceso de descongelación. Los dos zombies que tenía delante empezaron a gruñir como solo un zombie sabe hacer, tenían hambre y salían a buscar comida. Yo solo tenía sed, sed de venganza. Cuando el primer zombie llegaba a la puerta saltaron todas las alarmas. Demasiado tarde para el científico que la abrió. El primer mordisco en el cuello ahogó sus gritos en su propia sangre. Un segundo mordisco le desgarró su oreja izquierda aunque, a juzgar por la reacción del zombie, no se iba a contentar con tan poco desayuno. Luego llegó el segundo y empezaron a destripar ese pequeño cuerpo ahora completamente rojo de la sangre que brotaba de su cuello. Fue una muerte rápida pero dolorosa. Su compañero fue quién activó todas las alarmas y yo aún estaba lejos del SSK 950, ansiaba tenerlo entre mis manos para poder ajustar algunas cuentas.
Mientras tanto esas palabras seguían resonando en mi cabeza…Avisa a la resistencia. Aviá. Poblete. Ese tipo era un auténtico Fernández, en lugar de mandarme un correo electrónico con todos los detalles me dejaba escrito un mensaje estúpido y sin sentido.
08:00 Septiembre, tiempo de zombies, bodas, bautizos y comuniones.
15:07
Gran parte del equipo 1500 y otros muchos invitados a la tan esperada boda nos reunimos en la plaza del ayuntamiento, todos con la ilusión de que el tiempo nos acompañe sin tan siquiera sospechar que ese va a ser el menor de nuestros problemas. Las bodas nunca salen tal y como se planean y esta no iba a ser una excepción.
16:23
Llegamos a Chera, donde nos reunimos con el resto del equipo. El novio aun desconoce donde se ha metido. Todos los preparativos y las maniobras de distracción de La Corporación han funcionado a la perfección. Parece que va a haber sorpresa…y por partida doble.
17:15
No muy lejos de la iglesia un grupo de voluntarios comprueban que todos los que se presenten a la boda hayan sido invitados. Les facilitan algunas instrucciones, un papel con el menú escogido para el evento y una mascarilla junto con un fajo de diegodolares para poder gastar a lo largo de la fiesta que se prevee que dure hasta bien entrada la madrugada.
¿Qué generosos se atreverán a pensar algunos? Nos dan incluso dinero para gastar en su fiesta. Aunque si alguien se detiene a hacer las cuentas comprobará cuantos billetes es capaz de gastar un cadáver en una hora. Esa es la verdadera generosidad de La Corporación.
18:27
Las maniobras de reconocimiento del pueblo siguen su marcha sin incidentes. Conseguimos localizar un par de zonas seguras no muy lejos del centro donde amablemente nos ofrecen algo de beber. Es el momento perfecto para sacar los mapas y empezar a planear nuestros siguientes pasos. El novio sigue sin saber que es lo que va a ocurrir en breves momentos.
Al poco rato llegan los hombres de Urban Warrior System, aparecen en el lugar indicado, en el momento preciso. Parece que su sexto sentido está bien engrasado. Minutos después el novio está forcejeando como solo él sabe hacer para librarse de un par de tipos que intentan reducirle. Hacen falta muchos más para reducir a un 1500.
La seguridad privada se encarga de que nadie pueda acercarse a él para ayudarlo y en un abrir y cerrar de ojos, después del intenso forcejeo, consiguen llevárselo encapuchado hasta una furgoneta mientras cientos de curiosos se arremolinan alrededor sin hacer nada. ¿Qué haríais vosotros si se tratara de un ser querido? Me repugna tanta pasividad, tanto miedo, tanta hipocresía… pero cada uno cobrará de su misma moneda y mucho antes de lo que cree.
Ha llegado el momento de correr hacia el punto de entrega. Un lugar tranquilo y preparado para la ocasión detrás de la iglesia. Allí la radiante novia, el 1500 y todos los demás invitados lo van a recibir con los brazos abiertos. Ahí se desvelará el secreto tan cuidadosamente guardado durante los últimos meses. Ahí es cuando muchos de nosotros vamos a llorar, vamos a emocionarnos y alegrarnos por ellos a partes iguales. Porque lo merecen. Porque merecen todo esto y mucho más.
El evento, oficiado por el coronel Faramond en persona, transcurre sin más incidentes. Algunos curiosos que se han añadido a la fiesta y algunos zombies se acercan en busca de comida por los alrededores. Acaban todos encadenados a la carroza que llevará a los novios hasta su próxima parada no muy lejos de aquí.
Con los gritos de viva los novios, torreznos y arroz volando por los aires, la comitiva avanza con paso firme hasta su siguiente parada donde recuperar fuerzas con un gran banquete digno de la ocasión.
23:11 A estas horas, y viendo lo ocurrido, se hacia difícil imaginar otra boda, y en Chera, pero en toda boda siempre hay algo que se esfuerza por salirse del guión. Los dos afortunados habían preparado una recepción con música en vivo y varios camareros repartiendo cava para todos los asistentes que a juzgar por su trabajo parecían especialmente interesados en que todos, absolutamente todos, tuvieran su copa llena en todo momento, aunque no fuera un cava gran reserva. Cualquiera que lo haya probado sabrá a lo que me refiero, un regusto amargo, indescriptible, pero sin lugar a dudas no se trataba de cava ni de nada que se le pareciera lo más mínimo.
La explicación no se hace esperar. En lo alto de las escaleras aparecen el novio y la novia acompañados de sus seres más queridos…pero que bonito, todo como en un cuento de hadas, con la música, los invitados, todos o casi todos vestidos de rigurosa etiqueta, un entorno idílico a los pies de una iglesia que acaba convirtiéndose en una terrible pesadilla en el momento en que el novio decide no casarse con la paleta del pueblo. Prefiere a sus bichos, a esos con los que lleva tiempo experimentando y ahora ha decidido jugar con todos nosotros. Vamos a convertirnos en una de esas cosas a las que tanto odiamos y solo tenemos hasta las 6:00 para encontrar el antídoto.
23:30 Al contrario que en anteriores ediciones de la Survival ya estamos muertos. Siempre habíamos tenido la esperanza de ver un nuevo amanecer, de encontrar el punto de extracción y salir con vida de esta pesadilla pero ahora nos lo han arrebatado. Estamos infectados y vamos a morir. Siempre podemos encontrar el antídoto a tiempo pero no creo que los militares nos vayan a dejar salir caminando por la puerta principal. Nuestro destino está sellado.
Empieza a cundir el pánico, la gente corre como pollo sin cabeza y abandonan la plaza en todas direcciones sin saber que, en cada esquina, en cada calle les aguarda una muerte lenta y dolorosa. Los supervivientes con más experiencia empiezan a organizarse en grupos y se separan para poder encontrar el antídoto y una salida del pueblo antes de que sea demasiado tarde.
La sección charly del 1500 se dirige a toda prisa hacia el cementerio, un lugar oscuro y alejado donde seguramente podremos resistir y planear nuestro siguiente movimiento. Al llegar al lugar unos Z’s nos salen al paso, demasiado tarde otra vez.
Volvemos a intentarlo abandonando el camino, por la zona más montañosa, cuando oímos aproximarse un vehículo. Corremos a escondernos entre los matorrales mientras vemos como descargan algo, tal vez podamos conseguir información pero los Z’s siguen ahí.
En la distancian podemos ver el pueblo, una imagen aterradora, apocalíptica, solo los que hayan estado allí saben de lo que hablo. Hasta nuestros oídos llegan los gritos de terror de los primeros en caer. El grito de los Z’s hiela la sangre, los perros aúllan y la muerte camina a sus anchas por todos los rincones de Chera.
Seguimos escondidos, pero uno de los Z’s parece que nos ha olido. Cada vez está más cerca, podemos oír su respiración, forzada, cansada…hasta que alguien ya no puede más y empieza a correr hacia donde nos encontramos. El Z lo sigue con una velocidad casi inhumana. Nos levantamos y empezamos a correr montaña arriba mientras la muerte nos persigue.
Cuerpo a tierra. Durante diez minutos la tensión no para de crecer. Estoy tumbado en el suelo, rezándole a los dioses antiguos y a los nuevos para que el Z haya tomado otro camino sino estoy perdido, no hay más escapatoria.
Después de un rato prudencial parece que el peligro ha pasado y puedo acercarme al cementerio donde me encuentro con el enterrador. Está empeñado en darle sepultura a uno de los zombies. Quémalo, descuartízalo, si lo pones bajo tierra se levantará y volverá a por ti.
Después de charlar un rato con él me manda a la casa del Conde, dice que allí encontraré más información. Pero ahora estoy completamente solo. No sé que ha sido del resto del equipo. Estoy incomunicado y pasear por el pueblo a estas horas no parece la mejor idea. Pero no hay otra salida si quiero conseguir el antídoto a tiempo.
23:59
Los rumores empiezan a circular más rápido que la pólvora. Hay que conseguir 5 ingredientes para el antídoto y uno de ellos está en la piscina. El novio sigue jugando con nosotros. ¿Quién sabe qué más nos tiene reservado? Tal vez este maldito antídoto ni siquiera exista y sea todo una broma de mal gusto. Pero algo dentro de mi me impide rendirme a la evidencia. Voy a seguir luchando hasta que no pueda dar un paso más.
Encuentro a algunos miembros del Komando Peta Z’s que me acogen como a uno más de su equipo. Compartimos información y conseguimos llegar hasta el lavadero donde Los Hijos de la Luz luchan contra el mal que azota al mundo y de paso sacan unos beneficios más que interesantes para su causa. Nos bendicen por un módico precio más impuestos, y por unos billetes adicionales, nos dan un par de pastillas que se supone que forman parte del antídoto. Ya nos falta menos pero cada hora que pasa más y más zombies inundan las calles de Chera, hordas que con su paso cansino te acorralan en callejones sin salida para darse un festín arrancándote mordisco a mordisco hasta la última gota de vida.
En momentos como este uno se plantea si seguir luchando o emplear la droga que nos han vendido los tipos de la furgoneta para un último viaje al infinito.
Y decidimos seguir. Esto nos lleva hasta los lugares más remotos del pueblo donde nos topamos con la terrorífica visión de la novia. Una novia solitaria, con la mirada perdida, manchada de sangre y arrastrando un hacha por las desiertas calles de Chera. El grito de un Z asusta pero la visión de la novia cadáver más.
Sin embargo había algo en su voz que nos tranquilizó. Los zombies no hablan y menos en ese tono. Solo era una novia triste, furiosa y abandonada en el altar que hacia lo que haría cualquier otra en su situación, buscar venganza con un hacha y hasta el momento no le iba nada mal. Ella nos habló de otro de los ingredientes, el Becuronio. Eran las 3:12, y ya teníamos 3 de los 5 ingredientes, Evastine en la piscina, Olanzapina en el local y Becuronio cortesía de la novia despechada. Íbamos a conseguirlo.
05:14
Los rumores siguen inundando las calles, ingredientes falsos, lugares de muerte, científicos locos y gente que lo único que quería era el sombrero de un Z. El fin del mundo afecta a las personas de muy distinta manera y este no iba a ser un caso diferente.
Después de reencontrarme con parte del equipo y conseguir más información seguimos rastreando las calles y campos del pueblo. Parece que en lugar de 5 ingredientes son 6 y hay que visitar a un boticario para que nos confirme que todo es correcto.
Cualquiera en su sano juicio pensaría que andar paseando por Chera una noche de boda como esta es cosa de locos. Cualquiera que estuviera infectado no.
06:00
La muerte nos aguarda en el polideportivo. Cuando llegamos la novia ya se ha encargado de darle lo suyo al novio. Un par de hachazos hacen entrar en razón hasta al más terco. Lástima que antes no le preguntara donde estaba el antídoto. Ahora ya es demasiado tarde. Nosotros lo sabemos, los militares lo saben. Los únicos que parecen no haberse enterado de lo que está ocurriendo son las hordas de zombies que empiezan a llegar y siguen buscando comida como si fuera lo único importante. Ni siquiera los primeros impactos y los explosivos les hacen cambiar de idea.
Ya no queda nadie con vida.
08:00 Reflexiones de un cadáver
Si tuviera que destacar algo de esta nueva edición de la Survival Zombie sería la puesta en escena. Verlo todo desde el cementerio hace que el evento tome una dimensión que en otras ciudades más grandes es difícil percibir. Solo y en la oscuridad te das cuenta de que te enfrentas a algo demasiado grande, a un verdadero apocalipsis y en este aspecto esta vez se han superado. Los gritos de los Z’s nada más empezar, los perros aullando, los supervivientes corriendo y muriendo, las calles estrechas y esa luz tenue han dado el efecto esperado.
Otro de los puntos buenos de esta Survival ha sido el argumento. Un argumento más cercano, más claro que en otras ocasiones. Esto tiene dos efectos, por un lado desde el primer momento sabes a lo que tienes que enfrentarte, o encuentras el antídoto o mueres. Por otro lado se pierde ese factor de desinformación, de andar perdido de un lado a otro hasta que consigues hacerte una idea de la trama que tanto me habían gustado en anteriores ediciones. Sin embargo esto también me ha gustado. Se trataba de una Survival, si, pero de una Survival diferente a las anteriores, diferente en la esencia, en su planteamiento y les ha salido muy bien.
La organización ha conseguido un gran trabajo con las colas y aglomeraciones de gente en las diferentes localizaciones. Logramos casi todos los ingredientes y visitamos la mayoría de localizaciones y el único lugar en el que tuvimos que esperar fue en la casa del boticario a última hora de la noche, algo casi inevitable.
Respecto a los actores, Z’s y zombies también hay que agradecer el gran trabajo que están llevando a cabo. En otras ediciones había más descontrol en este aspecto, pero en esta edición solo puedo calificarlo como un trabajo realmente bueno. El único incidente que tuvimos en toda la noche fue cuando un reducido grupo de zombies con pañuelos rojos decidió abandonar la horda y a su líder para salir de caza en el lavadero. Pero aún así los actores que estaban allí pusieron rápidamente las cosas en su sitio y les invitaron amablemente a marcharse o a abandonar el juego. Muy bien por ellos y por conseguir con actos como este que todos los participantes podamos disfrutar más y mejor de un evento de esta envergadura donde controlar a otros participantes puede resultar una tarea más que complicada.
Seguramente me he dejado algo en el tintero, ha sido una noche muy larga, llena de emociones, sorpresas y adrenalina. Con esto me siento más que satisfecho, se han cumplido todas mis expectativas y más. Y si aún no lo has experimentado por tí mismo no sé que haces sentado leyendo esto en el sofá. Una Survival te espera a la vuelta de la esquina.
Solo me queda agradecer a todas aquellas personas con las que me he cruzado, su ayuda, sus palabras, su espíritu de supervivencia y de cooperación lejos de la competición.
En especial al Equipo 1500 de Supervivencia Zombie, que siempre me ha acogido como a uno más de su familia, no os podéis hacer una idea de lo en deuda que estoy con vosotros. Siempre lo estaré.
Al Komando Peta Z’s, otro de los grandes que no puede faltar en ninguna Survival, además en esta ocasión tuve la oportunidad de luchar junto a ellos durante gran parte de la noche y es una experiencia que no olvidaré. Gracias chic@s.
A los Sick Monkeys, porque siempre están ahí para ayudar. Grandes personas en el juego y fuera de él. Sabéis que os la tengo jurada desde Olías del Rey pero eso no cambia mi amistad para con vosotros. Nos veremos pronto 😉
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