Sep 222014
 
 22 septiembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.

 

Los preparativos de la boda ya estaban muy avanzados. Ramos de flores en la avenida principal por donde iba a llegar la comitiva nupcial, sillas, muchas sillas, de un blanco impoluto, adornadas con un elaborado lazo que había mantenido ocupados a gran parte de los voluntarios que se habían prestado a ello. Y luego estaba esa alfombra de un rojo sangre, intenso, que casi dolía al pisarla. En realidad habían sido solo dos metros y medio de alfombra, pero que alfombra. El alcalde había invertido todo el presupuesto de sanidad y educación en conseguir esa maravillosa alfombra. La boda se estaba convirtiendo en uno de los eventos más esperados del año. La gente volvía a recuperar la ilusión después de los accidentes de Sot de Chera y seguro que muchos medios de comunicación acudirían al lugar. No le iban a pillar desprevenido. Su futura carrera como ministro de algún departamento acababa de empezar.
Survival Zombie - Boda Zombie
Quizá fuera por todos los preparativos, o por la cantidad de personal que había trabajando los últimos detalles, o por el discreto color verde militar del camión con las iniciales WRG en la parte posterior. Sea como fuere nadie presto demasiada atención a nuestra llegada a Chera. La gente iba y venía de la carpa con canapés recién hechos y todo tipo de aperitivos, era un hervidero de actividad. El escenario para los músicos y la barra libre no se quedaba atrás y las furgonetas con material iban y venían sin descanso.

Pese a que el evento se había anunciando con casi un año de antelación eran inevitables las prisas de última hora. Y ellos lo sabían.

Nadie iba a hacerles preguntas. Nadie repararía en su presencia. Cada vez se estaban volviendo más osados, más descuidados, como el depredador que sabe que su presa no puede escapar. Este parecía el escenario perfecto para otra masacre de La Corporación. No hacía ni un mes desde sus últimos experimentos en Collado Villalba y ya volvía a estar en marcha. Demasiado rápido esta vez. Demasiado pronto.

El camión frenó en seco cerca de las afueras.

Cornelius llevaba horas encerrado en esa maldita caja de madera y el camión apestaba a carne podrida como si alguien se hubiera dejado abandonado un bocadillo de chope en el asiento trasero. El único problema es que no había asiento trasero.

Eso y los gruñidos, casi inaudibles pero constantes, que salían de algunas de las cajas cercanas pusieron a Cornelius en alerta. ¿Por qué se iba a molestar La Corporación en trasladar zombies en cajas, protegidos como si fueran un jarrón chino o una tele de plasma de 123 pulgadas?

Los zombies no se rompen, y aunque se rompan, eso les da su característico y asqueroso aspecto. ¿Alguien se imagina un zombie con traje y corbata? ¿Sujetando con la mano derecha un maletín René-Cartier? Malo para el negocio señores, un zombie tiene que provocar pánico nada más verlo. Hubiera sido mucho más sensato, aunque menos discreto, llevarlos atados con unas cuerdas del parachoques posterior. Eso les hubiera dado un aspecto impresionante a su llegada y muy probablemente tampoco nadie se hubiera dado cuenta.

Entonces ¿porque estos zombies viajaban en primera clase? ¿Una nueva sorpresa de WRG?

Los pasos de dos militares acercándose sacaron a Cornelius de sus estúpidos pensamientos. Nunca había sido demasiado bueno sacando conclusiones. Si lo hubiera sido tal vez ahora no se encontraría dentro de una caja que solo podían abrir los militares. Unos militares que casualmente le buscaban para poder experimentar todo tipo de torturas e inyectarle todo tipo de virus en su cuerpo.

Definitivamente esta no había sido su mejor idea.

-Soldado Fernández, esas cajas las necesitamos para hoy. Y usted soldado Fernández espabile. No hemos venido hasta aquí para hablar del tiempo. Y desde luego no tengo intención de quedarme cerca de esas cosas ni un minuto más de lo necesario. Montamos el campamento, dejamos las provisiones, las municiones y a los sujetos dentro del congelador y nos piramos cagando leches. Luego ya se encargarán los mercenarios y el equipo Alfa-Omega.

-Vamos Fernández ayúdame con esta caja de municiones.
-Joder como pesa…espera,espera…joder que se resbala.
-Ahh, maldito inútil…pero..ehh, que es eso, un infectado corre…
-Un infectado en la caja de municiones, joder esto es…
-No te quedes ahí parado estúpido coge el lazo. Si ven que hemos puesto una de esas cosas con las municiones se nos va a caer el pelo. Y si sale de aquí antes de la hora prevista puede ser mucho peor. Rápido hay que meterlo en el congelador con los otros.


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Sep 152014
 
 15 septiembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Había llegado el momento de abandonar Collado Villalba. La información que los mercenarios de Pablo habían conseguido de la lista de científicos de WRG era falsa. Estaba claro que desde el principio La Corporación había ido un paso por delante pero había llegado el momento de cambiar la situación y Cornelius tenía muy claro cuál sería su siguiente movimiento. Esta vez las cosas iban a ser muy diferentes.

Estaba a punto de amanecer y el caos se había apoderado por completo de Villalba. Hordas de zombies seguía recorriendo los callejones sin salida. Los Z’s seguían corriendo por un trozo de carne fresca. En cada rincón, en cada agujero, se podía ver el cuerpo de algún superviviente destrozado a dentelladas, agonizando, en el mejor de los casos muerto. A punto para levantarse de nuevo y seguir con este círculo sin fin. Todo parecía igual.
Survival Zombie - Camión
Los pocos supervivientes que se mantenían con vida intentaban llegar al punto de extracción del ejército antes de que una detonación de 3 megatones borrara todas las huellas de lo ocurrido durante horas. Era su forma habitual de proceder. Infectar una ciudad, ver la reacción de las nuevas modificaciones genéticas en el virus y observar la manera de actuar de los supervivientes. Un cazador perfecto y meticuloso, paciente, esperando su momento para liberar su verdadera furia. Esto no eran más que pruebas de laboratorio en un laboratorio muy grande y con demasiadas personas. Demasiadas preguntas, demasiados curiosos. Un bombazo a tiempo siempre evitaba todas esas preguntas molestas.

Y los pocos supervivientes que lograban ser evacuados en helicóptero no corrían mejor suerte. De saberlo se habrían pegado un tiro antes de largarse de la ciudad. Ellos eran los nuevos conejillos de indias para los experimentos avanzados. Habían demostrado sus habilidades sobreviviendo a los ejemplares que La Corporación había preparado durante meses y eso merecía un premio especial.

A mi derecha los gritos de un superviviente que había dejado de serlo. Los gruñidos de ese Z disfrutando de carne fresca, mordiendo, arrancando, escupiendo y mordiendo de nuevo no dejaban lugar a dudas. Sin embargo ya no quedaba nadie para contemplar tal horror.

Como en cada nuevo brote de infección los militares estaba recogiendo su material y preparándose para abandonar la zona de combate. Ya nadie prestaba atención a sus actividades. Podían actuar con total impunidad, ningún vecino seguía en las calles a esas horas y los pocos que pudieran ver lo que ocurría desde las ventanas de sus apartamentos pronto estarían bajo toneladas de escombros que algún infeliz limpiaría a la mañana siguiente.

Estar infectado con el virus no era ninguna protección contra otros zombies. Cornelius lo había comprobado cuando ese Z con alpargatas y pijama a rayas intentó morderle el cuello. La ventaja es que aún podía actuar como las personas y con un piano de cola a mano Cornelius era imparable. Ese zombie no lo vio ni venir. A escasos metros antes de llegar a su presa 220 kilos de madera de pino gallego al tinte nº4 con sus correspondientes patas de caoba importada y todas las demás piezas del piano de cola lo aplastaron con fuerza contra el asfalto. Ningún zombie podía sobrevivir al ataque de un piano de cola, ni siquiera un Z.

Estaba cerca de su objetivo. El camión ya estaba casi cargado con todo el material de las pruebas. Listo para llevarlo a su próximo destino. Tenía que entrar allí.

La zona estaba demasiado despejada así que la mejor opción para llamar la atención de los guardias era montar una fiesta en el otro lado de la calle. Con tanta horda suelta no sería un trabajo difícil. Un par de golpes en el parabrisas de ese Aston Martín aparcado en la acera de enfrente y la alarma haría el resto.

A los pocos minutos cientos de zombies empezaban a llegar. Los militares desbordados intentaban controlar el perímetro pero con tan pocos efectivos tarde o temprano iban a probar su propia medicina. Como era de esperar los guardias del camión abandonaron su puesto y corrieron hacía el perímetro para detener a las hordas de zombies. El primero en caer fue Fernández. Unos brazos que se extendían desde el suelo le agarraron el pie derecho. Casi medio segundo después Fernández estaba en el suelo intentando zafarse de esas garras que luchaban por un trozo de carne fresca. Todo ocurrió demasiado rápido y un simple mordisco bastó para que la infección se propagara por el interior del recinto. Gritos, disparos…siempre acababa igual.

Era el momento. Había que subirse a ese camión antes de que el conductor decidiera que había llegado el momento de largarse. Y por su cara parecía que ese momento no tardaría en llegar.

Había varias cajas con material, armas…si tenía que escoger al menos que fuera un viaje cómodo. Suministros médicos y ropa. Allí podría echarse una buena siesta. En la caja solo ponía Chera.


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Sep 122014
 
 12 septiembre, 2014  Publicado por a las 11:11 3 comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Los gritos empezaron hacia las 23:13 del sábado por la noche. Normalmente a esa hora siempre había jaleo en la calle. Borrachos que habían empezado con el botellón demasiado temprano y se les había ido de las manos; parejas discutiendo en el piso de abajo, o en el piso de arriba o en ambos pisos; accidentes de tráfico… pero esa vez era diferente. Parecía como si los gritos no fueran de rabia u odio sino de terror, de pánico. Me asomé a la ventana para ver que es lo que estaba pasando. Todo parecía normal un sábado por la noche cerca del parque. Gente sentada en los bancos, niños corriendo de un lado a otro y esa abuelita empeñada en darle de comer a las malditas palomas que luego le devolvían el favor cagándose en la ropa tendida en el patio de luces.

Sería el cansancio, llevaba varios días durmiendo menos de lo necesario pero había que acabar el proyecto antes del lunes y ahora por fin tenía unas horas de descanso.

De repente otro gritó que me heló la sangre, un grito desgarrador, frío como el acero, que traspasó la ventana y casi consigue derribarme sobre el sofá. Luego otro ruido y gente corriendo. Con las zapatillas y el pijama aún puestos bajé a la calle a ver que era lo que estaba ocurriendo en Villaba. Demasiados gritos, demasiada gente. Desde lo del Ébola la gente estaba más paranoica de lo normal.

El ascensor había dejado de funcionar, otra vez. Maldito edificio de los años 30, cuando no fallaba el ascensor era la calefacción y sino la puerta de entrada.

Al llegar a la calle lo vi, estaba escupiendo sangre encima de la viejecita de las palomas. Tenía la cara magullada y estaba intentando morderla en el cuello. La viejecita se defendía con su bolso, que a juzgar por las apariencias debía contener algo muy pesado como un plancha o una caja de metal. En uno de sus intentos golpeó al enfermo en la cabeza que se abrió como un melón maduro. Sus sesos salpicaron a las palomas y a las pocas personas que aún no habían huido corriendo del lugar.
Survival Zombie - Hordas de Zombies
A lo lejos más gritos y gente corriendo hacia nosotros que intentaba esquivar los obstáculos del parque. Parecía que huían de otro tipo como el que la viejecita acababa de dejar fuera de combate. No, no era solo uno, había varios, muchos. Poco a poco iban apareciendo del callejón lateral, tal vez cientos de ellos. El frutero de la esquina no tuvo tanta suerte como la viejecita de las palomas. En su intento de escapar campo a través tropezó con una bici abandonada en mitad del parque y sus gritos de agonía duraron solo unos segundos. Varios de esos infectados se abalanzaron sobre él y empezaron a morder todo lo que tenían a su alcance, manos, orejas… sus mandíbulas desgarraban la carne con una rabia incontrolada como si una necesidad de saciar su hambre les empujara a ello.

Entonces cundió el pánico. Todos empezamos a correr hacia nuestras casas, en busca de un refugio seguro.

Joder, yo estaba en pijama y zapatillas y las llaves en el bolsillo de la chaqueta. Alguien abriría. Empecé a llamar por el interfono a los vecinos. Nadie contestaba, muchos de ellos observaban lo que ocurría en el parque desde sus ventanas. Estaba claro que no iban a dejar entrar a nadie en el edificio. Mi única posibilidad era correr hasta la comisaria de policía más cercana, o hasta el ayuntamiento, ellos sabrían que hacer ante un brote de Ébola descontrolado. Estaba claro que algo con ese maldito virus se les había ido de las manos.

Dos calles más arriba una pequeña barricada, parecía que el brote se había extendido con rapidez por toda la ciudad. Ellos sabrían algo.

Dos tipos con pinta de mercenarios. Siempre hay gente rara en las ciudades y aprovechan cualquier estupidez para salir a la calle, aunque ahora mismo parecían mi mejor opción.

Uno de esos infectados se había fijado en mi y estaba siguiéndome. No corría demasiado pero no lograba quitármelo de encima. No tenía otra opción.

No me lo podía creer. Estaban intentando cobrarme por sus servicios, por la información por… estaban regateando conmigo en medio del caos en que se había convertido la ciudad y a juzgar por el fajo de billetes que tenían no les estaba funcionando nada mal el negocio.

-Estoy en pijama joder, como os voy a pagar con algo que no tengo.

Parecía no importarles demasiado. Se limitaron a señalarme al tipo que venía detrás de mi escupiendo sangre y babeando. Estaba claro que sin dinero no harían nada por mi vida.

El ayuntamiento no estaba lejos, era mi mejor opción.

Todo estaba oscuro, en silencio. Parecía que no quedaba nadie en el edificio. ¿Habrían huido todos los encargados de solucionar esta emergencia?

Subí corriendo al primer piso y entré sin llamar en la sala de reuniones. Ese fue el primer error.

No llevar un traje de los antidisturbios en lugar del pijama y las zapatillas el segundo.

El edificio era una trampa mortal. Cientos, miles de ellos estaban allí dentro esperando carne fresca. Cayeron sobre mí como moscas. El primer mordisco fue el más doloroso. Uno de ellos me mordió el brazo y arrancó un trozo de carne. El resto se abalanzaron sobre mí mordiendo y desgarrando. Varios de ellos empezaron a morderme en la cabeza, luego piernas, estómago, cada mordisco arrancaba un grito de dolor cada vez más débil. Y uno tras otro intentaban conseguir su bocado, empujando al resto, aplastando a su paso miembros podridos, infectados, escupiendo babas y sangre.

No habría tenido mejor suerte en cualquier otro edificio oficial. Fueron los primeros en caer, parecía algo planeado con mucha precisión. Demasiados infectados en tan poco tiempo. Lugares estratégicos convertidos en trampas mortales, y luego estaban esos…esos mercenarios que lo único que buscaban era el dinero.


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Sep 012014
 
 1 septiembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Siempre ocurría lo mismo cuando llegaba a una ciudad nueva. La gente me miraba como si fuera un extraño. Los perros olisqueaban el aire y cambiaban de acera, y los gatos, los gatos me clavaban su mirar penetrante como si pudieran leer en mi interior antes de escapar corriendo.

Afortunadamente los sentidos de los humanos no están tan desarrollados. Seremos más inteligentes pero hemos perdido nuestro instinto animal. Bueno, al menos la mayoría. Existen muchos casos documentados en que parece ser que lo único humano de los sujetos analizados era su aspecto, el resto era una combinación fatal de instinto animal y falta de cerebro.

Viendo el éxito en la calle mi mejor opción para pasar desapercibido y conseguir algo de información sobre el doctor Pérez eran los bares. Si, una mezcla de negocio ilegal, oficina de información y lugar de descanso que muy pocas culturas han sabido reproducir a lo largo de la historia.

Cualquiera valdría. En realidad lo único importante era que no fuera un bar de carretera desierto y que los camareros no tuvieran intención de sacar un bate de debajo de la barra. Eso era un detalle importante.

Cruce de Caminos. Recuerdo que ese nombre llamó mi atención. Eso y un tipo con una extraña bata blanca que entró en el local minutos antes que yo. ¿Un científico en un bar de blues? Eso resultaba demasiado sospechoso como para dejar pasar la oportunidad de averiguar más.

El tipo estaba sentado en una de las mesas menos iluminadas del local. Al fondo a la derecha. Parecía que estaba esperando a alguien pero no tenía claro quién era ese alguien. Después de un par de cervezas parecía claro que, o su contacto no iba a venir, o no tenía ni la más remota idea del aspecto de ese tipo.

Había que intentar una maniobra 232. Yo sería su contacto, al fin y al cabo estaba buscando a un científico y por su aspecto ese parecía uno de los buenos.

-Buenas tardes doctor.
-¿Eh? ¿Y tu quién eres?
-Soy la persona a la que estabas esperando. La Corporación me ha enviado a recoger el paquete.– Había que arriesgarlo todo, a fin de cuentas demasiadas cosas podían salir mal. Podía llegar el contacto, podía reconocerme del laboratorio #5…no tenía nada que perder.
-Has tardado demasiado. Hace una hora que deberías haber llegado. El compuesto es muy inestable aún, las pruebas serán este fin de semana y tiene que haber suficientes sujetos infectados.
-Ya sabes como está el tráfico con la vuelta de las vacaciones, nada que deba preocuparte.
-Perfecto, entonces no tendrás problemas en enseñarme tu mitad del billete.
-¿Mi mitad?
-Si, aquí está la mía.
Survival Zombie - Billetes WRG
Podían haber fallado muchas cosas. Debería haber llevado un vestido negro con una rosa amarilla en la solapa. Tendría que haber hablado del tiempo en Estocolmo cuando las primaveras son frías o incluso enfrentarme a un escáner de retina. Pero parecía que habían recurrido a uno de los antiguos métodos del KGB, un trozo de billete. Lo más preocupante sin embargo era ese trozo de billete que el científico sostenía entre sus manos. Se podían leer claramente las iniciales RG… estaba claro que no eran rublos, ni euros, ni ningún billete de curso legal.

Podría haber sido cualquier trozo de papel impreso pero la calidad de la impresión, los detalles y los elementos de seguridad que llevaban hacían pensar en una moneda de curso legal. A eso había que añadir el desgaste del billete, parecía que alguien llevaba tiempo utilizándolos.

La maniobra 232 había fallado. Las posibilidades de llevarla a cabo con éxito eran realmente escasas pero ni siquiera había conseguido mantener una conversación con ese tipo.

La puerta del bar se abrió de nuevo. Dos tipos con gafas de sol y un maletín empezaron a rastrear el local en busca de alguien. Los contactos del científico habían llegado. Era el momento de salir de allí por patas antes de que la cosa se pusiera más fea.

-Perdón, lo habré confundido con un doctor amigo mío, ya pago yo la cuenta.- Y con un rápido movimiento le robé el trozo de billete y empecé a correr hacia la ventana opuesta a la puerta de entrada. Si conseguía llegar a ella antes que los dos tipos de la entrada tendría una oportunidad.


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Ago 252014
 
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Hubo un tiempo en que los pequeños pueblos esparcidos por toda la geografía española vivían en paz. Pequeños remansos de tranquilidad donde escapar de la vorágine de las grandes ciudades. La gente, durante sus vacaciones, regresaba a los pueblos para disfrutar de unos días de reposo, pasear tranquilamente por el campo o perderse entre los bosques y montañas de los alrededores. Hubo un tiempo en que la gente vivía feliz. Todos pagaban sus hipotecas puntualmente, acudían a sus puestos de trabajo y luego al finalizar la jornada se iban de cañas con los compañeros. Incluso en los lugares más alejados e incomunicados cualquiera podía encontrar un bar abierto esperando a sus parroquianos con cerveza fría. Pero eso fue antes. Mucho antes de que La Corporación se hiciera con el poder.

Primero mandaron a los zombies, miles de hordas invadieron las grandes ciudades y empezaron a extenderse. Aparecieron de repente, sin previo aviso y el caos se apoderó de la población. A las dos semanas el gobierno nacional había caído. El ejército, en parte controlado por WRG tomó el control pero de poco sirvió. La infección se extendió tan rápido como las malas noticias. Los militares caían como moscas, al menos los militares que no seguían las estrictas órdenes de La Corporación.

La población aterrorizada huía extendiendo más el virus, traspasando fronteras. Al norte de los Pirineos los franceses se esforzaban por contener el avance de la epidemia. La frontera estaba completamente cerrada y nadie podía entrar o salir del país.

Menos suerte tuvieron en Portugal. Sin una frontera física que pudiera limitar el éxodo de refugiados pronto la infección acabó también con dos terceras partes de la población civil. El gobierno, incapaz de hacer nada, recurrió a la única opción disponible WRG. En menos de dos semanas La Corporación controlaba militarmente toda la península Ibérica. Todos los miembros de la resistencia fueron perseguidos y eliminados uno a uno. Sin un objetivo claro ni un mando unificado lograron resistir durante meses pero su futuro estaba escrito. La misma suerte corrieron los hombres de Pablo. Mercenarios con años de experiencia que fueron acorralados y aniquilados por hordas de zombies y militares sin honor.

Survival Zombie - Mercenarios

– ¿Es ese el futuro que queréis? -gritó Pablo a todos sus hombres que esperaban sentados en las afueras de Collado Villalba- ¿Es lo que queréis para vuestras familias y seres queridos? Queréis pasar el resto de vuestras cortas vidas huyendo como perros asustados y mirando atrás. ¿Es eso? Yo creo que no. Todos vosotros conocéis el dolor, mejor que nadie. Sabéis lo que significa perder a un ser querido, a un compañero en el campo de batalla. Conocéis el sufrimiento mejor que cualquiera de los hombres que nos están esperando en la ciudad.

Los zombies no sienten dolor, no tienen sentimientos. Eso los hace fuertes, pensaréis, pero estáis equivocados. Lo que os hace fuertes es el miedo, el dolor, el amor. Sin esos sentimientos no seríais más que un trozo de carne corriendo para alimentarse, y en eso no hay honor, no hay valor. Y vosotros sois hombres de honor, lucháis y morís por algo en lo que realmente creéis. Por algo que os importa y eso nunca lo tendrán ni los zombies ni La Corporación que pretende controlarlos. Solo les mueve el ansia de poder, el dinero, la destrucción y ese será su final.

No estamos aquí por un puñado de dinero sucio, estamos aquí para defender aquello en lo que creemos. Sabemos que esto es una trampa, otra de las muchas a las que nos tendremos que enfrentar si queremos evitar un futuro sin esperanza, sin vida. No hay opciones. La resistencia necesita tiempo para organizarse y poder plantar cara a WRG. Y nosotros vamos a darles ese tiempo que necesitan.

-Pero señor, no tenemos ninguna posiblidad. En Olías muy pocos consiguieron escapar con vida y ni siquiera nos esperaban.

-Muchos vamos a morir hoy soldado. Tal vez tu seas uno de ellos y tu muerte sea totalmente inútil. La tuya, la mía… que puede cambiar una muerte más o menos. La Corporación tiene instalaciones en cada rincón del país y controla gran parte del ejército y de los mercenarios que actúan con total impunidad. Tal vez tu muerte no signifique nada para ti pero tus compañeros te recordarán luchando con valor, te recordarán luchando como aquel soldado que con todo en contra salió al campo de batalla a defender aquello en lo que creía, a luchar por un mundo mejor libre de la amenza de La Corporación. No se trata de acabar con los zombies o con los Z’s, ellos no son el problema, solo son un obstáculo más hacia la verdadera fuente del problema. Tal vez hoy mueras pero la esperanza no morirá contigo, la lucha seguirá…


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