Buenos días aprendices y rastreadores de Tierra Quebrada hoy vamos a conocer un poco más a Jorge Garrido, autor de Cautivo de las Tinieblas.
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¿Por qué nombre te conocen los humanos?
Hay quien me llama Jorge, otros Garrido, Alejandro, Quillo… Pero los más cercanos lo hacen por el primero, así que podéis llamarme Jorge.
¿Qué opinas del género de fantasía en nuestro país?
Considero que es un género del que nos han estado privando las editoriales durante muchos años, las cuales «pensaban» que no había tanto mercado para el mismo. Sin embargo, ahora que hay tanto nuevo escritor gracias a las facilidades que nos brinda la era de internet, comprobamos que la situación era muy distinta, pues ese ingente número de autores de fantasía disfrutan con esta. ¿Puede gustarle de repente a alguien un género «tan complejo» y ser capaz de escribir sobre él sin haberlo hecho crecer en su interior durante años? A través de nuestras obras vamos reivindicando el lugar que le corresponde a la fantasía, aún infravalorada por una mayoría de lectores y editoriales. Espero que dentro de no mucho tiempo veamos estas geniales obras, y no unas pocas contadas con los dedos de una mano, pugnando por entrar en la lista de «los más vendidos» de nuestro país.
¿Cuáles son tus obras literarias de referencia en el mundo de la fantasía?
Sólo mencionaré una saga, aunque posee tal número de tomos, pertenecientes a la trama principal o a otras secundarias e incluso independientes, que difícilmente encontraremos a alguien que los haya leído todos: Dragonlance. Puede que muchos me rebatan que la calidad literaria de la misma pueda distar y quedar por debajo de otras reconocidas obras, pero semejante mundo, tan extenso y con tantos detalles como el nuestro real, y tal cantidad de personajes, variados y muy complejos, hacen que la Dragonlance, para mí, sea el mayor referente de la fantasía.
¿Cuál fue el primer libro de fantasía que leíste?
Los ojos del dragón, de Stephen King. Muchos se sorprenderán, pues no imaginan al maestro del terror escribiendo una obra de fantasía, pero estoy seguro de que no se arrepentirían de darle una oportunidad.
¿Cuál es tu personaje de fantasía preferido? ¿Por qué?
El hechicero «Raistlin Majere», de la ya mencionada Dragonlance. Quien la haya leído sabrá por qué es mi favorito: una persona que lucha durante toda su vida por conseguir lo que siempre anheló, que no se rindió en ningún momento, capaz de sacrificar cualquier cosa por alcanzar el éxito enfrentándose incluso a los dioses en la que era una imposible empresa. Por supuesto, para ello también ha de mostrar su lado oscuro, ese que en realidad tenemos todos, convirtiéndose en un personaje muy complejo y completo. Además, vive una vida apasionante, de principio a fin. Un momento, ¿he dicho fin? ¿Cuál de ellos? Hay que leer esta saga y los libros dedicados a Raistlin, imperdonable no hacerlo.
¿Qué es lo que más detestas al leer un libro de fantasía?
Que no sea creíble, aunque esta frase parezca contradecir los principios básicos del género. Digamos que «no todo vale en fantasía». ¿Magos que realizan hechizos a voluntad? ¿Criaturas imposibles para nuestro mundo? ¡Claro! Hablamos de fantasía, pero dentro de la misma hay que regirse por ciertas normas verosímiles. Como ejemplo, pongamos un mundo acechado por la oscuridad, en el cual un inmenso y poderoso ejército se ve incapaz de derrotar al enemigo. Por contra, aparece un chiquillo o chiquilla de alrededor de quince años que va a salvarlos a todos, y ni siquiera tiene relación alguna con artes de combate o la magia; suele ser el más desgraciadito y pardillo de su universo. Esto «NO es creíble».
¿Desde cuando escribes fantasía?
En realidad, ya en el colegio escribía fantasía, pues aprovechaba algunas redacciones para dejar volar mi imaginación, incluso cuando el profesor de turno esperaba un simple relato en el que describiéramos alguna situación cotidiana. La fantasía siempre ha estado muy presente en mi vida. Ahora, lo que se dice escribir «en serio», tan sólo hemos de remontarnos unos pocos años, en concreto a la segunda mitad del año 2010, «aprovechando» una temporada en la que me encontraba desempleado. Ahí nació mi blog, De la pluma a la web, en el que tendrían cabida relatos de distinto género y hasta un serial de fantasía que terminó por decidirme a embarcarme en trabajos mucho más elaborados.
¿Cómo describirías tu estilo de escritura?
Directo. Me aburren todos esos autores que describen cada mínimo detalle, que tardan varias páginas en hacer andar a sus personajes apenas un par de pasos. Me gusta que me cuenten cosas, hechos importantes, y creo que ese gusto por no quedar enredado en infinitos párrafos donde poco de lo que se cuenta en ellos va a ser recordado tres hojas más adelante lo he reflejado en mis propios escritos. Mis descripciones no son extensas y cuento lo que creo que es importante. De ahí que «directo» puede ser la palabra que mejor defina mi estilo.
¿Cómo trabajas la creación de un mundo de fantasía?
Salvo en mi primer libro, Cautivo de las tinieblas, en el cual iba creando cada nuevo capítulo sin tener ni idea de qué sucedería en el siguiente, suelo concebir una idea general de la historia; su principio, final y ciertos sucesos del desarrollo. A continuación, siempre con música épica de fondo, voy dando forma tanto a personajes como al mundo, apuntando aparte algún posible evento al cual dirigirles cuando este surge de pronto en mi cabeza. De esta manera, juntando poco a poco las piezas de este puzle mientras la música logra hacer volar mis dedos sobre el teclado, voy creando el nuevo universo y sus habitantes.
¿Qué consideras más importante en la escritura de un libro (argumento, personajes, mundo…)?
Creo que es necesario sorprenderse uno mismo. Es decir, la trama debe ser interesante y no sufrir demasiados altibajos; los personajes hay que diferenciarlos entre sí y hacerlos creíbles; el mundo ha de resultar atractivo para la historia que se cuenta en él… Todos estos elementos forman parte de un todo en el que han de aportar su granito de arena para que parezca robusto, compacto, que la obra no haga aguas por ningún lado. Puedes tener grandes personajes con un fabuloso potencial que quedarán en nada dentro de un argumento insípido, lento y sin expectativas de mejora. Incluso el mundo que pisan tiene su importancia, y no digo que este deba desbordar imaginación en la creación de exuberante e increíbles fauna y flora, sino que ha de ser «correcto» para lo que queremos representar. Así las cosas, debemos buscar ese equilibrio, pero si queremos atrapar a los lectores, «antes» el autor ha de sorprenderse con sus propios personajes y las acciones que llevan a cabo, así como de los golpes que les da el destino y los lugares que tendrán de visitar. De ahí que piense férreamente que el escritor de fantasía ha de ser apasionado y «vivir» dentro de sí mismo la aventura que refleja en su obra para el resto de los mortales. Ha de sorprenderse con ella.
¿Le has cogido especial cariño a alguno de tus personajes? ¿Por qué?
Meto la mano en el fuego, y sé que no me quemaré, al afirmar que «todos» los autores llevan en el corazón a alguno de sus personajes. Tened en cuenta que pasamos muchas horas con ellos, les hacemos sufrir, les llenamos de gozo otras veces… En definitiva, acaban formando parte de ti. A modo personal, tengo varios personajes que no creo que pueda olvidar jamás. Algunos ya los conocéis, como Drana, Frel o Cóler, pero hay uno llamado Darsén que se está ganando dicho puesto a grandes zancadas.
¿Cuál es la mayor estupidez que ha hecho alguno de tus personajes?
¡Uf! La mayor fue la de un chico humano al enfadar a un demonio dando a entender que no veía diferencia alguna entre sus varones y hembras, afirmando, además, que él mismo abandonaría cualquier práctica sexual si fuera un demonio al pensar que en cualquier momento podría entrarle la duda de si estaba con una mujer o un hombre. La cosa es que ese chico ya conocía a la compañera de este demonio, y la había tomado por varón. Hasta ahí puedo contar…
¿Qué sientes al escribir la última palabra de una historia?
Quizá resulte extraño leer esto, pero nunca la última palabra es «la última». No recuerdo haber sentido una gran sensación de plenitud, descanso o sosiego. El trabajo del escritor no termina con el desarrollo de una historia, pues ha de comenzar una muy dura tarea: la corrección, a lo largo de varias lecturas, de la obra al completo. En serio, no he disfrutado al finalizar la historia «esa primera vez», aunque sí la que consideré la última pasada de corrección. Y esa sensación fue la de quitarse un gran peso de encima. Es duro, aunque al terminarla crece un nuevo impulso por comenzar el siguiente libro, ya apiñadas las correspondientes ideas en mi cabeza.
¿Cuál es la principal dificultad a la que te has enfrentado como escritor?
Posiblemente, buscar el equilibrio perfecto a lo largo de la obra para mantener el interés del lector y no aburrirlo, aunque a veces sea imposible no bajar el ritmo a causa de las propias necesidades argumentales.
¿Algún consejo para los nuevos escritores que quieren iniciarse en este mundo?
Que sean ambiciosos y perfeccionistas, que no se conformen con lo primero que les salga. Deben revisar su obra varias veces, aceptar que hay partes no interesantes (lo denominado «paja») que deben eliminar y hacer aún más emocionantes y épicos los tramos intensos de su novela. No ha de gustar, ha de encantar, lograr que la trama, mundo y personajes queden grabados a fuego en la mente de sus lectores. ¿Difícil? Desde luego, pero hay que llegar donde otros autores no lo harán.
¿Autoedición o editorial?
Lo cierto es que incluiría la palabra «coedición» en la pregunta para poder dar una respuesta más completa y, por supuesto, abogo por renunciar siempre a la coedición. Si vas a escribir un libro, le dedicarás una burrada de horas y trabajarás hasta la extenuación en su promoción, al menos que los beneficios de todo ese trabajo, que será «el mismo» en la autoedición que en la coedición, recaiga por entero en tu bolsillo, no una importante parte en la de otros que sin esfuerzo alguno ganan dinero a costa del propio autor.
Distinto viene a ser el caso de las editoriales «convencionales», aquellas que tienen los contactos «reales» para promocionarte, concertarte entrevistas, tienen buenas ofertas con imprentas, sus distribuidoras contratadas, un puesto para ti en cada feria del libro… En resumen, que son las que de verdad trabajan por que se vendan cuantos más ejemplares de tu obra sea posible. Es lo más difícil hoy día, pues pocos se arriesgan con escritores que aún tienen que hacerse un nombre en este oficio, pero se trata, sin duda, de la mejor opción para llegar lejos. Eso sí, intentarán hacerse con los mayores derechos posibles sobre la misma e incluso te alentarán a realizar cambios en tu manuscrito que pueden no gustarte, cosa que nunca, jamás, sucederá en la autoedición.
¿Cuáles son los mayores obstáculos que hay que superar antes de poder publicar un libro?
No sé los demás, pero en mi caso lo más difícil es determinar cuándo una obra está preparada para dar el salto al mercado. La historia y sus personajes; posibles lagunas a solventar; decidir qué se elimina y qué hay que extender; la maquetación; corrección de errores gramaticales y ortográficos; frases complicadas de leer; conceptos que no se entienden tal y como los concebí en mi cabeza; una portada acorde con la obra; cada detalle de la misma… Son tantas, tantas cosas a revisar, que ese periodo de tiempo desde que «terminaste de escribir la historia» hasta que la vendes llega a hacerse muy duro. Eso sí, al conseguir alcanzar esa meta, optimizar la obra hasta sentirte del todo satisfecho con ella, es algo increíble y es el momento en el que te das cuenta, de verdad, de que somos capaces de todo lo que nos propongamos.
¿Cómo definirías a tu público?
Diría que son todos aquellos que crecieron con la fantasía como base de sus sueños y juegos, recelosos, hoy como adultos, a abandonarla. Sin embargo, igual que cambiaron sus metas e ideas sobre el mundo en el que vivimos, necesitan historias con un punto de vista diferente al que se les ofrecía entonces. De fantasía, por supuesto, pero con tramas más elaboradas, capaces de hacerles volar como antaño aunque sorprendiéndoles a pesar de esa pérdida de la inocencia que teníamos de niños. Ese es mi público, aquel que como yo sigue suspirando por mundos mágicos, aunque mucho más maduros, conceptos en absoluto opuestos.
¿Sufres más leyendo o escribiendo?
Escribiendo. Cuando leo me dejo guiar por personajes y narrador, atento a cada nuevo suceso (inesperado o no), pero al escribir siento que lo que le haga a mis personajes me lo hago a mí mismo. Me ha pasado varias veces; sentir lástima por lo que va a ocurrirle a alguno de ellos y, aunque sé que no hay más remedio, que es la trama la que me lo pide, sufro por estos.
¿Recuerdas alguna anécdota divertida, interesante… de tu carrera como escritor?
Quizá… Hubo un compañero de trabajo que quiso apoyarme al enterarse de que escribía y vendía el libro. Era fantasía, algo que no le iba, pero me lo compró. Un día, sin libro que llevarse al trabajo, de los que sí le gustaban, decidió empezar el mío. No es que dispusiéramos de mucho tiempo para leer durante la jornada, así que lo hizo poco a poco, y a medida que avanzaba fue emocionándose con la historia, al punto de que cada vez que se cruzaba conmigo me contaba, muy animado, por qué capítulo iba, con una sonrisa de oreja a oreja mientras me confesaba cuánto había disfrutado del mismo una vez finalizado. Vamos, que no era que no le gustase la fantasía, sino que no la había probado, rechazándola anteriormente sólo por el prejuicio que muchas personas tienen sobre nuestro género favorito. A ver si muchas más se animan; no saben lo que se están perdiendo.
¿Cuál es tu mejor defecto?
Que nunca estoy del todo contento con mi trabajo. ¿Y eso puede ser un defecto? Bueno, siempre que reviso algo encuentro qué cambiar, aunque creo que para mejor. No suelo conformarme con lo primero que obtengo y le doy muchas, muchas vueltas, hasta que finalmente lo dejo reposar tranquilo.
¿Qué te preguntarías a ti mismo? ¿Y cuál sería tu respuesta?
Hmmm… ¿Crees que llegará el día en el que de esa cabeza no surja una nueva historia?
Respuesta: No, en absoluto. A las ya decenas de ideas que tengo apuntadas sobre nuevas tramas y universos (en distintos géneros, no sólo fantasía), sé que añadiré otras muchas más, pues mi cabeza no deja de trabajar en ellas. Debo reconocer que pocas cosas en mi vida las he mantenido en el tiempo, aunque estoy seguro de que escribir es algo que haré por siempre, en mayor o menor medida, pero será algo de lo que nadie logrará que me desprenda.
¿Alguna frase épica que quieras compartir con nosotros?
¿Hay algo más épico que la vida misma? Vívela de manera intensa, lucha con arrojo por cada uno de tus ideales y jamás renuncies a tus sueños.
Tu turno, tienes 1 minuto para convencernos de que leamos tus libros y no los de otro autor…
Alejado de todo aquello «comercial» que nos venden las editoriales, creo que la fantasía puede ser sumamente atractiva para todo tipo de público. En realidad, tan sólo hay que saber diferenciar la tradicional fantasía juvenil de aquella que resulta mucho más madura, complicada y creíble. Lo dice alguien que ya ha superado la barrera de los treinta y sigue disfrutando con fieros dragones, poderosos hechiceros y valientes guerreros. Si eso es lo que buscáis, eso encontraréis en mis libros.
Ahora es tu momento apreciado lector. Hazle tu pregunta a Jorge, seguro que estará encantado de responderla 🙂
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Me encanta la facilidad que tienes al expresarte y lo completo que queda siempre. Escribes muy, muy bien. ^^
Por otra parte, tengo todos los libros de la Dragonlance, pues también me marcó en mi infancia y hay una pequeña historia tras ello 😀
Uno de mis perros es pastor alemán y se llama Raistlin.
Un año en Halloween me vestí de él, con toda la piel dorada ^^ ¡Jajajjaja!
¡Un saludo Jorge! 😀
¿También con lentillas en forma de reloj de arena? :p
Conste que yo no tengo todos los libros de la saga, sólo los de la trama principal y unos cuantos secundarios e independientes (aunque todos suman casi treinta xD ).
Lo que más me gusta de esta entrevista es el final. Hazle una pregunta a Sonia y estará encantada de responderla jaja.
En serio, Jorge, estoy convencida de que tienes alma de sabio.Da gusto leerte.
Pues no te creas, no sería mala idea del todo que otros autores contestaran xDD
Bonitas palabras las tuyas, Sonia. Muchas gracias 🙂