Habían pasado más de 763 años desde la gran depresión que asoló las tierras de Nergandia, poco a poco todo volvía a la normalidad. Amanecía cuando era menester y por el mismo motivo anochecía cuando era hora de irse a dormir. En Nergandia las cosas ocurrían porque debían ocurrir y no al contrario. Al menos así había sido hasta donde los más ancianos del lugar recordaban. Y aquí es donde aparece nuestro héroe, un tipo rubio, fuerte, alto (de ojos azules dirían algunos) y ducho en la batalla, decidido a ir en busca del dragón trotando a lomos de su blanco corcel hacia la guarida de uno de los dragones más temidos en todo el valle. Aunque tan merecido título tal vez se debiese a que nadie fuera del valle conocía de su existencia. Ese día pasaría a la historia de Nergandia como el día en que… bueno, dejemos que los acontecimientos hablen por si solos.
-Despierta dragón -grito el apuesto caballero- He venido a matarte.
-ZzZzZzzZZ
Algo confuso por su escueta respuesta volvió a gritar de nuevo -Despierta maldito dragón, he venido a poner fin a tu miserable vida.
-¿A qué se debe tanto ruido? -contestó el dragón despertando lentamente de un sueño casi milenario.- ¿Es que un viejo dragón como yo no puede descansar ni siquiera unos minutos?
-He dicho que vengo a matarte dragón, no tendrás que preocuparte por si alguien más interrumpe tu descanso, a partir de hoy será eterno.
-Bueno, bueno, bueno, otro héroe rubio, fuerte y alto (de ojos azules dirían algunos) buscando fama, honor y riquezas. Permíteme que me presente, soy Kandor.
-Eso es irrelevante, prepárate a catar el acero de mi espada.- Y el valeroso caballero, haciendo honor a su reputación, desenvainó su reluciente espada de acero, forjada más allá de las montañas oscuras por maestros herreros cuyo… bueno, desenvainó su espada y atacó con toda su fuerza al adormilado dragón.
-Espera -gritó Kandor- esto no se hace así.
-¿Perdona? -contestó algo confuso nuestro caballero- ¿Existe alguna manera mejor de hacerlo?
-Claro, vosotros los humanos tenéis una vida corta y no es de extrañar que la mayoría no conozca cual es la manera adecuada de enfrentarse a un dragón.
-Eso carecerá de importancia cuando te haya atravesado con mi acero dragón.
-Kandor -añadió el dragón- me llamo Kandor.
-¿Y eso debería impresionarme?
-No, pero para el bardo encargado de narrar tus hazañas es un detalle de vital importancia. Porque supongo que habrás venido a matarme para conseguir honor, fama y riqueza. ¿No es así?
Nuestro caballero, cada vez más perplejo ante las respuesta del dragón tuvo que admitir que en algún punto tenía razón.
-Si, después de atravesarte con mi acero, forjado más allá de las montañas oscuras por…bueno, después de atravesarte con mi espada todo el mundo conocerá mi gloriosa hazaña y, por supuesto, voy a llevarme tu tesoro y tu cabeza para entregársela al rey y casarme con la princesa, alta, rubia, delicada como los pétalos de las rosas en otoño y según dicen algunos de ojos azules.
-Está claro que nunca antes te habías enfrentado a un dragón, joven caballero. ¿Qué te parece si empezamos de nuevo?
-¿¿¿???
-Si, vuelve a empezar, como si acabaras de llegar a la cueva.
-Si así lo quieres….¡¡¡DRAGÓN!!! He venido a matarte.
-Nooooo, otra vez mal. Necesitas un plan. No puedes presentarte en la cueva de un dragón así sin más y encima no anunciarte como es debido. ¿Quieres que la gente te recuerde como el caballero sin nombre? ¿O como el caballero embobado? La gente necesita un nombre para recordar, así que empieza por decirme tu nombre.
-Están bien dragón, soy Lord Argo de Felvan.
-Como nombre no está mal, aunque seguro que puedes encontrar algo mejor, algo con más gancho, que le guste a la gente. Nadie quiere oír hablar de Lord Argo de Felvan.
-¿Qué nadie quiere oír hablar de Lord Argo del Felvan? Y tu que eres tan listo ¿qué me sugieres?
-Pues había pensado algo como sir Cobalion puño de acero, siempre me habría gustado enfrentarme a alguien con ese nombre. Ese si es un nombre para un verdadero héroe al que la gente de todos los rincones aclamará, y lo de puño de acero siempre gusta a la gente, le da un toque recio, duro. Por otro lado si no lo haces tu lo hará el bardo encargado de contar la historia, ya sabes esos tipos nunca dejan que la verdad estropee una buena historia y ese nombre tan ridículo que usas lo más seguro es que atajen y se inventen algo mejor que ofrecer a su público.
-¿Podemos empezar ya?
-A que vienen tantas prisas, llevo durmiendo más de un milenio y no tengo intención de ir a ninguna parte y hacer las cosas bien requiere tomarse su tiempo mi joven caballero. ¿O debería llamarte sir Cobalion, puño de acero, terror de los dragones? Uno no puede ir a enfrentarse a un dragón así sin más, con un nombre no basta. ¿Que van a contar de ti los bardos? ¿Que un buen día por la mañana te levantaste y decidiste ir a cazar a un pobre dragón en su cueva? ¿Y donde está lo heroico en ello? No hay doncellas en peligro, no hay pueblos arrasados, no hay destrucción… Así que lo pertinente sería que volvieras con alguna doncella en peligro o después de quemar algunas aldeas, para matizar un poco la historia.
-¿Que yo debería quemar algunas aldeas o raptar a una princesa?
-Si quieres conseguir fama, honor y gloria me temo que si, no veo otro camino. Aunque valdría con alguna doncella del pueblo que está aquí cerca, no es como rescatar a una princesa pero tiene algo heroico que en las manos adecuadas puede dar mucho juego para tu historia. Yo me daría prisa, los dragones tenemos todo el tiempo del mundo pero para los humanos como tu es un bien escaso y preciado.
-Está bien dragón lo haremos a tu manera, espero que cuando vuelva con la doncella sigas aquí sino no habrá lugar en este mundo ni en el otro donde puedas esconderte y descansar.
…
Algunas horas más tarde
…
-¡¡¡DRAGÓN!!! He venido a matarte.
-Por lo que veo no te has dado mucha prisa en volver sir Cobalion puño de acero, terror de los dragones y salvador de doncellas. Llevo dos días esperándote.
-Prepárate a morir
-Un momento mi joven caballero
-¿Un momento? Ya tengo nombre, te he traído a una doncella en apuros que no para de gritar en el fondo de la cueva…¿qué más hace falta para que pueda atravesarte con mi acero?
-Con eso solo vas a conseguir fama, gloria y honor pero…¿qué hay del dinero? ¿Has pensado en el dinero? La fama esta bien pero no te dará de comer cuando seas un pensionista y no puedas empuñar una espada sir Cobalion puño de acero, terror de los dragones, salvador de doncellas y custodio del gran tesoro. Necesitas conseguir oro, monedas, rubíes…riqueza. Además ¿con qué vas a pagar al bardo? Piensa que sin su merecida recompensa tu historia puede acabar siendo una pesadilla de la que no podrás huir jamás.
-Pero se supone que todos los dragones custodian un gran tesoro en sus cuevas.
-Y se supone que saquean aldeas, pueblos, raptan princesas y fíjate has tenido que ir tu a por una. Bueno no es exactamente una princesa pero supongo que valdrá, siempre que no le menciones ese pequeño detalle al bardo. Y piensa un nombre para ella, algo como lady Dialga de las cumbres borrascosas, eso suena a princesa. Sir Cobalion y lady Dialga, por fin esta historia empieza a parecer épica, ya veo a las masas aclamándote como su verdadero salvador y héroe. Estás a solo un paso de que tu recuerdo perdure más allá de las inclemencias del tiempo, que la gente con solo oír el nombre de sir Cobalion recuerde sus grandes hazañas, de como venció a Kandor el gran dragón, salvó a la princesa y recuperó el oro robado. Pero para eso hace falta oro, cuanto más mejor y rápido no puedo esperar a que me mates toda la eternidad tengo otras cosas que hacer.
A regañadientes nuestro héroe tuvo que aceptar la realidad de los argumentos y se dirigió veloz sobre su blanca montura hasta el palacio más próximo en busca de algunos cofres de oro y anticipándose a lo que el dragón pudiera decirle contrató a uno de los más famosos bardos de la zona para que relatara la inminente gesta.
-¡¡¡DRAGÓN!!! He venido a matarte y traigo conmigo el oro y el bardo…umhahahahha tengo nombre, tengo a la pobre doncella, tengo el oro y tengo al bardo, solo me falta tu cabeza.
-Kandor, me llamo Kandor. No me parece un nombre tan difícil de recordar.
-Que más dará como te llames dragón si dentro de unos minutos estarás muerto.
-Hombre es un detalle importante ya que has tenido la amabilidad de traer contigo a tan renombrado bardo. A los bardos les interesan los detalles y yo tengo algunos que contarle sobre esta historia.
-Basta de chachara- gritó completamente fuera de si nuestro héroe.- Muereeeeeeeeeeeeeeeeeee.
-Un momento- añadió el bardo- el dragón tiene razón, los detalles son importantes.
-Maldita sea….¿es que nunca voy a poder atravesarte con mi espada dragón?
-Podrías, ciertamente, atravesarme con tu espada salvo por unos pequeños, aunque importantes, detalles.
En primer lugar, no eres sir Cobalion puño de acero, terror de los dragones, salvador de doncellas y custodio del gran tesoro. Tu nombre verdadero es Lord Argo de Felvan, un nombre ridículo para un aspirante a héroe.
En segundo lugar, la princesa ha resultado no ser tal princesa sino una joven de un pueblo cercano y que evidentemente no se llama lady Dialga sino Isaura y es la hija del molinero. Tampoco estaba en ningún apuro hasta que la raptaste, quemaste su molino y la trajiste hasta esta cueva.
En tercer lugar, como puede ver el bardo, aquí el único tesoro que hay es el que tu has robado del castillo, luego lo de custodio del gran tesoro es otra de tus mezquinas mentiras para engañar al pobre señor bardo, que supongo que tendrá un nombre.
-Podéis llamarme Renaldo, maestro de la pluma y el plumín. – añadió el bardo en el instante preciso.
-Y por último-concluyó el dragón- ese pincho al que insistes en llamar espada no podría atravesar mis escamas ni aunque lo empuñara un héroe de verdad. Así que tal vez a partir de ahora se te conozca como Lord Argo Felvan, maltratador de doncellas, saqueador de aldeas, ladrón de botines y rata mentirosa (el de ojos azules dirían algunos).
Aunque pensándolo mejor no podemos dejar al señor maestro de la pluma y el plumín sin su historia, no sería correcto y lo único que nos falta es un digno final donde el malvado ladrón, caballero sin honor y maltratador de doncellas es devorado por el gran Kandor, puño de acero, salvador del reino y de la joven doncella en apuros…
Tal como os contaba al principio en Nergandia las cosas ocurrían porque debían ocurrir y no al contrario y tal y como lo había expuesto el dragón ese era el momento en que el malvado villano debía recibir su merecido castigo y Kandor todo el honor, la fama y la gloria que merecía. Así que como si todo fuera parte de un guión escrito muchos años atrás, el dragón se abalanzó sobre nuestro héroe y antes de que el bardo pudiera siquiera componer el primer soneto de la historia había desaparecido entre las fauces humeantes en busca de su merecido castigo. Ocurrió, sin más.
Son… argumentos contundentes.
Puedes encontrarme en Tierra Quebrada
¿Quieres más relatos de fantasía? Descubre a otros autores de fantasía en el Proyecto Golem
- Booktrailers de la trilogía Mar Quebrado de Joe Abercombrie - 3 julio, 2017
- Entrevista a Eba Martín Muñoz - 10 abril, 2017
- Sagas de Fantasía: La Torre Oscura de Stephen King - 27 marzo, 2017
- Entrevista a Laura López Alfranca - 2 diciembre, 2015
- Booktrailers de la saga Viaje a Nadsgar - 30 noviembre, 2015
Ja, ja ,ja ,ja. Yo que te conozco reconozco que has reflejado a la perfección tu humor. Absurdo. Me ha faltado el …ni muy alto, ni muy bajo, ni muy gordo, ni muy flaco, ni muy verde, ni muy azul….
¡Felicidades! pero la próxima vez que tenga que decirte que «qué y dónde llevan acento en las frases interrogativas», te enviaré la horda de dragones más feroz que hayas comandado en tu vida y esta vez irán a por ti!!
Magnífico. Redondo. De principio a fin coherente. El tono perfectamente caracterizado en la voz informal del narrador (por cierto, a mí me recuerda a «La princesa prometida»). Y para mí, lo mejor de todo, el acierto en reutilizar las frases entre narrador y personajes: «de ojos azules dirían algunos», o «acero, forjada más allá de las montañas oscuras por… bueno». En general creo que el humor es lo más difícil de tratar en literatura, y aquí, claramente, lo has clavado.
Muy divertido, Aven. Creo que has hecho un buen uso de los diálogos, son rápidos y fluyen a la perfección. La historia es distinta (totalmente), y ese toque de humor absurdo (no sé si intencionado o fortuito) que le has dado me encanta. La introducción al relato también me ha parecido muy interesante, y si se me permite la comparación (aunque todos sabemos que son odiosas) veo algo de influencia del señor Prattchet en tus lineas… ¿pudiera ser?
En cualquier caso, ¡enhorabuena!
Gracias Néstor por tu comentario 🙂
Pratchett es mi asignatura pendiente 🙁 leí algunos de sus libros demasiado joven e inexperto y pese a las buenas críticas y fama que tiene no está entre mis preferidos. Aunque reconozco que bien merece una segunda oportunidad, la experiencia nos hace valorar y comprender algunas obras de manera radicalmente diferente.
Lo del humor absurdo si que pretendía ser intencionado y me alegra ver que en parte lo he conseguido. Mis fuentes de inspiración, en este apartado, se alejan bastante de la literatura y se acercan más al mundo del cine sobretodo de las parodias. Siempre ha sido mi debilidad jugar con las ironias, lo absurdo y lo incomprensible para conseguir en el lector esa expresión de ¿!WTF¡? que no sé muy bien como traducir al español, aunque debo reconocer que aún me queda mucho, muchísimo camino por recorrer y solo en contadas ocasiones consigo el efecto deseado.
A ver, ¿cómo se muestran palmas y vítores en un comentario como éste? Porque frente al ordenador estoy apludiendo repetidas veces mientras grito el nombre de Aven para que se entere hasta el vecino de la lejana quinta planta. Grande la historia y enorme el modo de contarla, que en mi cabeza, mientras leía, veía al dragón con todo lujo de detalles mientras hablaba con una labia insuperable y voz de político cincuentón al que tan bien se le dan los debates pre-electorales. En serio, muy interesante hasta el final, amena y de rápida lectura, que iba llegando a su conclusión sin que en ningún momento deseara que se terminara. Mi enhorabuena.
Me has dejado de piedra Jorge, en el buen sentido. Gracias por una crítica tan buena del relato, al final voy a tener que plantearme dedicar más tiempo a crear una novela, algo que por otro lado llevo bastante tiempo posponiendo. Supongo que le pasará a muchos escritores, pero enfrentarse a toda una novela es un trabajo que requiere esfuerzo, constancia y mucho tiempo y es un trabajo que merece ser reconocido más allá de la propia calidad de la obra final, que también, pero son dos cosas independientes aunque necesarias.
Lo dicho, con comentarios como este tendré que plantearme vencer ese miedo a los relatos de más de 1000 palabras y empezar a forjar mi propio destino 🙂
xDDDDDDD No es necesario que tengan 1000 páginas. En mi propia maquetación, mis tres libros juntos (aunque el segundo y tercero están sufiendo alguna modificación) superan por poco esa cantidad de páginas y en los trabajos que os están haciendo llegar para su reseña veréis que no se superará normalmente las 350-400 páginas, ¿no es así?
Enfrentarse a un trabajo largo como es una novela tampoco es un imposible. Ahora, recibir ese reconocimiento del que hablas es donde se encuentra lo difícil. Plantea el hilo general de tu historia, piensa en tus personajes y dales una personalidad atrayente a cada uno, apunta en distintos folios diferentes pasajes que se te ocurra y que querrías incluir en la novela… Luego juntas las piezas y las ordenas como mejor quede, eliminas partes que no sean sino paja, potencia aquellas que se quedan cojas y repasa varias veces el total para optimizar tanto gramática como ortografía. Te quedará mejor o peor, pero nadie podrá quitarte entonces el mérito de haber escrito, al fin, el libro que deseabas crear. Aún más, cuando obtengas el primero, el segundo llega sólo y casi sin esfuerzo. Yo voy a por el quinto y hace cuatro años por estas mismas fechas, si alguien sólo me hubiese dicho que tendría uno, no le hubiese creído… 😉