Dic 032014
 
 3 diciembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.

Era una noche fría y oscura. Demasiado pronto para que diera comienzo la fiesta y demasiado tarde para que los que no hubieran abandonado el pueblo pudieran hacerlo ya. Cornelius paseaba tranquilo por el parque. Estaba seguro que los mercenarios y militares de La Corporación ya habrían llegado y estarían soltando Z’s en las calles principales.

Demasiado previsibles.

Los hombres de Pablo también estaban allí, esperando su momento. Sabían que si jugaban bien sus cartas hoy sería una noche decisiva para ellos. Conseguir el virus, golpear a La Corporación y recuperar a Cornelius en una misma noche. La navidad había llegado antes de lo esperado. Sin embargo había demasiada gente. Quijorna no es como Madrid, ni siquiera como la Puerta del Sol en hora punta. Era tarde, lloviznaba y hacía un frío de cojones y a pesar de todo eso las calles estaban llenas de gente, de curiosos que parecían que estaban esperando algo que muy pronto iba a ocurrir.

Había llegado la hora.

Cornelius empezó a caminar sin prisa hacia ese pequeño bar de la esquina donde tenía que encontrarse con Pablo. A los pocos segundos se escuchó el primer grito que rompió el tenso silencio de la noche. Un grito desgarrador, la fiesta había empezado antes de lo previsto y esa mujer había sido la primera invitada al banquete. Ahora las cosas empezarían a ponerse feas de verdad y Pablo no lo tendría nada fácil para salir con vida del pueblo. Como siempre WRG había mandado a sus mejores hombres para zanjar el tema de una vez por todas.

Casi tan rápido como los primeros infectados, aparecieron unos locos que pretendían tener la cura para el virus, una especie de secta que ofrecía protección y cobijo a los desvalidos. Aunque la única protección efectiva en estos casos es tener muy a mano una Ak-47 y salir pegando tiros del pueblo. Aceptando que esos tipos no se hubieran fumado nada raro y pudieran realmente controlar el brote en menos de una hora La Corporación, después de haberse divertido un rato y volver a comprobar que no podía controlar una infección ni en un pueblo de reducidas dimensiones, haría estallar la bomba.

No habían aprendido nada de todas las pruebas anteriores. Siempre en un brote zombie hay algo que se descontrola, algún zombie que decide abandonar la fiesta y salir a pasear a su aire, gente que no está donde debería estar, militares que al ver a su primer zombie en lugar de disparar empiezan a correr…demasiadas cosas pueden salir mal como para que se puedan controlar y restablecer el orden una vez soltadas las hordas asesinas. Demasiadas.

Ya casi había llegado. Otra de las innumerables ventajas de estar infectado, uno puede pasearse entre las hordas como si estuviera de fiesta un sábado por la noche y no hace falta ni ponerse a gruñir, ellos hacen todo el trabajo sucio. Por el camino habían caído otros cuatro civiles. La abuelita del quinto, incapaz de correr y demasiado curiosa como para acercarse a ver sin las gafas de lejos; no había mucha carne pero la horda estaba hambrienta. El repartidor de pizzas, nadie le había avisado que repartir pizzas en medio de un apocalipsis zombie se considera un trabajo de alto riesgo, debería haber pedido un aumento de sueldo y una moto algo más rápida. Y luego estaban esos dos tipos raros, vestidos con sus capas blancas e invocando a Los Hijos de la Luz. Fue incluso divertido ver como intentaban parar a cientos de zombies hambrientos haciendo figuritas con las manos en el aire. Os lo advertí, mejor usad un subfusil de asalto. Solo tenéis que apuntar bien a la cabeza.

Allí estaba, esperando, sentado en una de las esquinas del bar como si nada de lo que ocurría fuera de esas cuatro paredes le importara lo más mínimo. Sus hombres luchaban y morían, los mercenarios de La Corporación también. La resistencia y esos locos de la luz hacían lo propio. Los zombies indiferentes a la lucha que se estaba librando seguían su camino en busca de más comida. El aperitivo de abuelita no había estado mal pero tocaban a poco por cabeza. Algunos ciudadanos se creían a salvo tras las resistentes puertas de sus casas. Aguantarían más que los que se aventuraban por las calles de Quijorna pero era solo cuestión de tiempo, algo que cada vez escaseaba más y más.

El plan de Cornelius estaba funcionando a la perfección. Los hombres de Pablo y los militares y mercenarios de La Corporación estaban acabando unos con otros, la resistencia aportaba su granito de arena a la lucha y luego estaban esos… bueno, esos locos de la luz intentando quitarles la comida a los hambrientos zombies. Que desconsiderados, tal vez tendría que hacerles una visita y que comprobaran en sus carnes cuán efectivos eran sus métodos contra el virus Z. Lo que tenía totalmente desconcertado a Cornelius era la tranquilidad de Pablo. Esa mirada serena como si todo estuviera ocurriendo según lo planeado no le gustaba lo más mínimo. De pronto, aparecieron varios mercenarios por la puerta trasera.

Survival Zombie - Militares minando el perímetro
-Señor está todo a punto. Todo el perímetro está minado y los explosivos colocados en intervalos de 2 metros. Nadie va a salir con vida de este pueblo, ni militares, ni nadie de la resistencia, ni ninguno de esos tipos con capas blancas.

-Perfecto, ha llegado el momento de largarse y empezar nuestra propia guerra. Ordenad que todos los hombres que sigan con vida se replieguen y se dirijan al punto de extracción Z-21

-¿Punto de extracción?- soltó Cornelius demasiado sorprendido para poder mantener la boca cerrada.

-Si apreciado Cornelius, este túnel nos sacará del pueblo a todos sin tener que andar jugueteando con esos apestosos ni con los zombies. Tal y como habías dicho ¿Qué podría pasar en un pueblo tan pequeño? Entrar, coger el virus y salir. Sencillo, sin fisuras y como siempre un paso por delante de ti. La inteligencia nunca fue tu mejor habilidad y ahora….- Zas, un directo a la mandíbula lo dejó inconsciente. Segundos más tarde volvía a estar atado y dentro de un saco camino de algún lugar bajo las calles de Quijorna.

En pocas horas todo el mundo estaría muerto y los amigos de La Corporación se llevarían una buena sorpresa, su bomba no era la única esa noche.


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Nov 242014
 
 24 noviembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
Si quieres participar te recomiendo que consultes la página oficial. www.survivalzombie.es dónde encontrarás, todas las fechas y lugares de las siguientes infecciones.

 

Cornelius era su mejor carta.

Si quería destruir a La Corporación y hacerse con una parte del pastel tenía que conseguir ese virus. Luego ya decidirían si se dedicaban a buscar una cura para desmantelar todas las operaciones de WRG de un solo tiro o si producían ellos mismo sus propios Z’s. Y a decir verdad a Pablo le gusta más la segunda opción.

Nunca había sido un militar de carrera, lo único que le importaba era el dinero y el oficio de mercenario se le daba bastante bien pese a sus sesenta y pico años. Sabía que no sería así siempre y esta era su oportunidad de jubilarse con dinero suficiente para comprarse un pedacito de isla en algún lugar remoto. Solo tenía que ir a Quijorna, coger el virus y empezar a ganar pasta.

Era un plan simple, sin fisuras.

¿Qué podría pasar en un pueblo tan pequeño? Con 100 hombres le bastaría para controlar todo el perímetro y una vez dentro Cornelius ya no tendría escapatoria. Esta vez no habría engaños, no habría sorpresas.

-Vamos chicos hay que trasladar todo el equipo antes de que amanezca.

Survival Zombie - Bar Carretera

Había llegado el momento de equilibrar un poco la balanza. Cornelius tenía claro que los esfuerzos de la resistencia de momento eran insuficientes para plantar cara a La Corporación. Era cierto que muchas de sus acciones habían conseguido retrasar perte de los proyectos de WRG. Les habían costado mucho dinero y mucho tiempo pero su avance seguía imparable. Con la llegada de los hombres de Pablo la partida se ponía interesante. Si todo salía como tenía planeado después de Quijorna Pablo y sus hombres iban a luchar contra La Corporación y la resistencia solo tendría que esperar un poco más hasta ver cual de los dos conseguía el control absoluto y luego atacar con todas sus fuerzas. Eso les daría el tiempo suficiente para organizarse, conseguir armamento y empezar a trabajar en una cura para el virus. Al final esa era la única solución para acabar de raíz con el problema.

Era el momento de hacer la llamada. Todos tenían que estar allí ese fin de semana. Todos tenían que conseguir el virus.

Contactar con la resistencia no sería un problema, tenían una página en facebook. Quijorna, 29 de noviembre. Buscad una cura para el virus. Habrá sopa caliente, militares y zombies para todos.

Pablo estaba de camino, al fin y al cabo era un profesional y no iba a dejar nada al azar. Seguro que la mitad de sus hombres ya estaban trasladando material al pueblo y escogiendo las mejores posiciones para evitar que nadie entrara o saliera sin ser visto. Sin embargo cuando empezara la fiesta no iba a resultar demasiado complicado entra y salir entre hordas de zombies. Otra ventaja más de estar infectado y a punto de morir.

Contactar con la organización iba a ser el paso más delicado. A estas alturas del proyecto solo deseaban verlo muerto. Ya no necesitaban el virus de su cuerpo para nada, el negocio funcionaba a la perfección. Es cierto que al final habían abandonado la opción de controlar a los Z’s. Estaban muy cerca cuando ocurrió el accidente del laboratorio 5 y Cornelius escapó con la única muestra que quedaba de esa cepa. Seguramente lo habrían conseguido, y aún podrían conseguirlo si lograran capturarlo con vida, pero todo eso ya daba igual. Querían su cabeza y no importaba lo más mínimo si la acompañaba el resto del cuerpo o no.

Y Cornelius apreciaba que su cabeza siguiera encima del resto de su cuerpo, al menos el poco tiempo de vida que le quedaba. Le apetecía ver un amanecer más.

Si solo hubiera podido mandarles un mail como a los demás todo habría sido más fácil pero tal y como estaba la situación con la resistencia no se iban a tragar que el propio Cornelius les invitara a su fiesta. Eso sin mencionar que trasladar a todo un equipo operativo por un simple mail que podía ser una trampa de la resistencia no era la mejor de las ideas. No, el mensaje tenía que ser más contundente. Tenía que esperar a los hombres de negro.

Aparcó su recién adquirido seat familiar negro en el aparcamiento de ese mugroso bar de carretera. No tenía claro si allí tendrían el congelador lleno de sujetos para el laboratorio pero iba a averiguarlo muy pronto.

Apestaba como los demás. Una fina capa de suciedad cubría toda la barra y las pocas mesas que aún se mantenían en pie.

-Parece que ha habido pelea jefe- gritó Cornelius al dueño del bar.
-Nada por lo que preocuparse, un par de borrachos que no se tenían en pie.
¿Qué le pongo?
-Un pacharán con doble de hielo y doble de pacharán.
-¿Mala noche?
-Todas son malas para mí.

Cornelius se dirigió sin prisa al baño. Tal y como pensaba antes de que cerrara la puerta el camarero ya estaba llamando. Demasiado previsibles, tendrían que invertir algo más en recursos humanos, ya era la segunda o la tercera vez que les ocurría lo mismo en un bar de carretera y aún no habían aprendido nada. Esta vez tampoco lo harían.

Cornelius salió por la ventana y se dirigió a la puerta de entrada. Allí estaba, escondido detrás de la esquina con el bate de béisbol en la mano, esperando a su desprevenida presa, pero esta vez la presa se había convertido en cazador.

Subió al coche.

La cara del camarero al ver como un seat familiar negro irrumpía en su local y lo aplastaba contra la pared no dejaba lugar a dudas. Era real y le estaba pasando a él. Daba igual, ahora estaba con las dos piernas destrozadas y gritando como un cerdo.

-Veo que se te ha acabado el pacharán.
-Ahhh, VETE AL INFIERNO, estás loco y pagarás por esto.
-Al menos en algo tienens razón, estoy loco, en cuanto a lo de pagar…hace tiempo que lo hice. Tranquilo tú también te llevarás tu propina, pero antes deja que use tu teléfono un momento.- Cornelius se dirigió al teléfono, marcó rellamada y sin esperar a que el tipo del otro lado hablara le gritó QUIJORNA!!! y colgó.

Por si quedaba alguna duda seguro que el camarero se ofrecía voluntario para comunicarles su mensaje.

-Me permites.- ZAS, de un bocado le arrancó media mano. Seguía gritando como un cerdo.-
No malgastes energía, tú sufrimiento no ha hecho más que empezar. Ahora vas a visitar las instalaciones de La Corporación, no creo que desechen un ejemplar como tu.
Si te acuerdas cuando lleguen solo diles QUIJORNA, de todas formas te lo dejo escrito en la pared por si se te olvida.


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Nov 172014
 
 17 noviembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
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Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Cornelius seguía luchando contra el virus. Sabía que era una batalla perdida de antemano pero su parte humana no se resignaba a desaparecer y convertirse en un montón de carne podrida que avanzaba sin rumbo fijo.

Las primeras noches de invierno estaban al caer y el viento helado le golpeaba la cara con la fuerza de un martillo neumático. En esos momentos era cuando su parte zombie luchaba por salir a la superficie. Muchas veces había estado a punto de abandonarlo todo y dejar que el destino jugara su papel. Y entonces, cuando todo parecía perdido, aparecía una viejecita, un niño o incluso un perro vagabundo y sin hogar que se cruzaba en su camino y le recordaban su parte humana. Maldita sea una y otra vez las viejecitas, los niños y los perros abandonados…todo sería mucho más fácil siendo un zombie. Sin dolor, sin tener que pensar, simplemente dejando transcurrir las horas y los días hasta que alguien o algo decidiera poner fin a esa miserable existencia. Pero ahí estaba otra vez, un gatito abandonado que no dejaba de temblar se le acercó maullando segundos antes de que fuera atropellado por un seat familiar de color negro.

Sin parar el motor uno de los dos ocupantes abrió la puerta y bajó. Estaba claro quienes eran, pero no le habían visto. El tipo se dirigió hacia la puerta del bar de carretera frente al que habían atropellado al pobre gatito. Cornelius no podía quitarse esa imagen de la cabeza, ese pobre gatito que por unos instantes le había devuelto parte de su humanidad. Y esos cabrones se lo habían cargado sin ningún motivo. No, no había motivos para lo que habían hecho pero pronto, muy pronto iban a pagar por ello.

Survival Zombie - Coche muerto
Salió del callejón arrastrando su pierna izquierda. Cada vez le dolía más pero la rabia ardía en su interior. El otro tipo aún no había salido del bar y el que se había quedado en el coche seguía hablando por el móvil.

A Cornelius no le resultó especialmente difícil sorprenderlo. Se había arrastrado hasta la puerta del conductor y entonces se limitó a golpear la puerta desde el suelo. Eso debió sorprender al sujeto A que instintivamente abrió la puerta y puso un pie en el suelo dispuesto a dispararle a lo que fuera necesario.

Demasiado tarde.

El primer mordisco en el tobillo le arrancó un grito desgarrador. No lo esperaba. Cayó y se golpeó la cabeza contra el asfalto, pero era un tipo duro. Esquivó el siguiente mordisco dirigido a su nariz por unos pocos centímetros, pataleaba intentando zafarse de su agresor, pero el factor sorpresa y el mordisco en el tobillo jugaban en su contra. Un segundo mordisco en el brazo le arrancó un trozo de carne del tamaño de una hamburguesa, luego un tercero y un cuarto… El sujeto A seguía luchando por su vida pero ya todo era inútil. En el mejor de los casos acabaría siendo uno de ellos, pero en los ojos de Cornelius la llama de la ira seguía ardiendo con fuerza. Quería más, estaba hambriento y cabreado. A cada mordisco le seguía un nuevo grito cada vez más leve, sin fuerzas, toda lucha era imposible. Los repetidos mordisco y el virus actuaban rápido. El pobre infeliz no había tenido ninguna oportunidad. Desde el principio estaba condenado y no había podido ni siquiera desenfundar la Glock que llevaba bajo ese traje casi cubierto por completo con su propia sangre.

Ahora solo tenía que sentarse a esperar.

Dos minutos más tarde la puerta del bar se abrió de nuevo, el sujeto B estaba de regreso. Ironías de la vida habían parado a buscar la cena sin saber que ellos serían el primer plato.

No había ningún motivo para pensar que el mismo truco no funcionaría una vez más. Cornelius esperó su oportunidad en silencio debajo del coche. Los pasos del sujeto B cada vez estaban más cerca, el eco de las pisadas rompía el extraño silencio de ese párquing de carretera. La única farola que iluminaba la zona necesitaba un mantenimiento urgente y el neón del bar que se encendía y apagaba rítmicamente proyectaba unas sombras de extrañas formas sobre el coche.

La puerta se abrió y se cerró con un golpe sordo.

-Vamos Fernández, nos esperan en el laboratorio nº 5, parece que han tenido…¿Fernández?

Esta vez no hizo falta llamar a la puerta. El mismo grito de terror y sorpresa, el mismo tobillo y la lucha siguiente rompieron de nuevo el silencio por unos instantes. Este ni siquiera había luchado por su vida.

Ya no tendría que preocuparse por el transporte hasta Quijorna, iba a llegar mucho antes de lo esperado pero todo eso podía esperar. Ahora la cena estaba servida.


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Nov 102014
 
 10 noviembre, 2014  Publicado por a las 11:11 Sin comentarios »
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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Moverse por las calles de cualquier ciudad se había convertido en algo peligroso. Nadie sabía donde iba a estallar el siguiente brote. La paranoia empezaba a extenderse entre la población más rápido que las noticias sobre casos de corrupción que asolaban el país. Ya nadie salía de sus casas por las noches. Ya nadie iba al parque a pasear con los recién nacidos o a disfrutar del otoño.

Desde el último brote que dejó cientos de muertos e infectados en La Aljorra las calles estaban desiertas. Todos querían conseguir una de las plazas en los complejos seguros de WRG. La gente se sentía amenazada y recurrían a la opción más fácil, a la opción más segura. Un complejo libre de zombies por un módico precio, y a estas alturas lo que menos les preocupaba era el precio que tendrían que pagar por ello.

El trabajo de La Corporación estaba dando resultados, ni siquiera necesitaban hordas de zombies para aterrorizar a la gente. Se limitaban a soltar algunos Z’s en cada población y sentarse a esperar. Si tenían suerte la infección se propagaba a unos cientos de habitantes de la zona y luego aparecían ellos para poner a salvo a todo el que pudiera pagar sus servicios. El resto simplemente pasaban a engrosar el número de sujetos de laboratorio para seguir perfeccionado el virus.

Survival Zombie - Complejos Seguros

Complejos seguros de WRG

Si no había suerte los Z’s acababan en alguna perrera municipal o abatidos a tiros por algún policía nacional retirado. Una noticia en un periódico local sin importancia. Ninguno de estos casos llegaban a los grandes medios de comunicación y los que lo hacían eran convenientemente rectificados por un módico precio. El poder de La Corporación aumentaba día a día y todos los intentos de La Resistencia para impedirlo lo único que hacían era alargar la agonía, retrasar lo inevitable. Sin cura no habría esperanza. Tarde o temprano habría demasiados zombies

Tenía que acudir a Pablo, él había trabajado para La Corporación y conocía sus movimientos, tenía hombres armados y entrenados y estaban dispuestos a luchar. El único problema es que ellos también querían el virus y no precisamente para buscar un antídoto.

¿Qué habría ocurrido meses atrás si Cornelius no hubiera escapado de esa habitación donde le mantenían encerrado los hombres de Pablo? Ahora empezaba a ver que nada de lo ocurrido había sido una casualidad. Consiguió la información justo en el momento en que iban a probar esa nueva cepa del virus. Acabó en el laboratorio nº 5 en el momento preciso y luego consiguió escapar con el virus en su sangre y con la ayuda de ese tal Gorka al que no había vuelto a ver desde el accidente en Cabanillas. Solo para acabar de nuevo en las manos de Pablo.

Estaba claro que conocía lo que La Corporación estaba tramando y él quería su parte del pastel.

Durante estos últimos meses Pablo y sus hombres habían conseguido hacerse con el control de varios laboratorios clandestinos y con parte del equipo científico de La Corporación. Eso había retrasado las actividades de su competidor y había aumentado su capacidad operativa de manera significativa, pero no había conseguido ninguna cepa funcional del virus. Podría parecer sencillo, se captura un zombie, se le extrae sangre y a trabajar pero por alguna extraña razón eso no era así. En el momento en que un humano se convertía en zombie el propio virus sufría una mutación que lo hacía inservible en el laboratorio. Por eso había que trabajar con la fórmula inicial. Por eso resultaba tan difícil encontrar ese antídoto o cualquier cosa que pudiera pararlo.

Y al parecer aquí es donde entraba en juego Cornelius. El único portador del virus que no se había transformado aún.

Pablo mataría por conseguir una muestra de su sangre y nada le aseguraba que no lo hubiera hecho ya. Su facilidad para disparar primero y preguntar después hacía difíciles los interrogatorios. Los muertos no hablan demasiado y los zombies tampoco.

El plan de Cornelius era simple, empezar una guerra de poder. Y para eso lo único que tenía que hacer era entregarle la muestra a Pablo.

Quijorna, ese parecía un lugar apropiado para hacer la entrega, con poco más de 3000 habitantes y cerca de una gran ciudad. Nadie iba a sospechar nada. Ahora solo tenía que hacer llegar el mensaje a su destinatario, todo estaba a punto. Solo tenían que acordar fecha y hora.


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Nov 032014
 
Survival Zombie: Lost Archives son una serie de posts ficticios basados en los Real Games de WRG y las Survivals Zombies organizadas por todo el territorio español.
Cornelius Tamphels, es el encargado de investigar cada nuevo brote y su misión es descubrir porque, cuando y dónde tendrá lugar el siguiente.
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No lo podía controlar. Cada día que pasaba era más y más consciente que el virus le estaba afectando de manera irreversible. Toda su vida luchando por encontrar a los responsables de los brotes y cuando por fin estaba tan cerca de La Corporación Cornelius no tenía claro que pudiera acabar el trabajo.

Los avances de la resistencia tampoco eran mucho mejores. Tras varios brotes y muchas muertes innecesarias ahora se estaban organizando de verdad, pero seguían apareciendo grupos que lo único que buscaban era su minuto de gloria y que con sus acciones ponían en peligro meses de duro trabajo, de investigaciones en las instalaciones secretas de La Corporación y con ello a todos los que habían conseguido infiltrarse.

El enemigo empezaba a mostrar sus verdaderas intenciones. Más allá de cualquier especulación de vender el virus como arma a países extranjeros, de querer controlar el gobierno o de instaurar una nueva dictadura lo que perseguían era lo mismo de siempre, dinero. El sucio y asqueroso dinero. Al final la naturaleza humana es mucho más simple de lo que parece y todo se reduce al sexo y al dinero y si hay que escoger entre ambos la mayoría se queda con el dinero.

La estrategia era estúpidamente simple, ¿cómo no habíamos podido darnos cuenta hasta ahora?

No se trataba de un simple robo. De aparcar un descapotable negro en la puerta de un banco, entrar con las recortadas y salir con las bolsas llenas de dinero. No, esto era algo mucho más ambicioso, se trataba de tener la máquina que imprimía los billetes. Eso no solo los convertiría en La Corporación más poderosa del mundo, eso los convertiría en la única corporación del mundo. De la noche a la mañana todas las grandes fortunas, todo el dinero acumulado en cajas, bancos, en colchones y calcetines pasaría a ser poco menos que papel mojado que no serviría ni para encender un buen fuego.
Survival Zombie - Proyecto Zombie
Los últimos acontecimientos no dejaban lugar a dudas. Todas las acciones de WRG estaban encaminadas hacia un único propósito, destruir el sistema monetario mundial y aprovecharse de ello imprimiendo su propia moneda.

Fase 1: Sembrar el terror y el pánico en las calles de las principales ciudades de todo el país.

Ya nadie dudaba del éxito de esta fase. Aún con el virus en desarrollo cada nuevo brote tenía mayor repercusión que el anterior. Los zombies cada vez eran más agresivos, más resistentes y más rápidos. Un ejército que no se cuestionaba ninguna orden y que realizaba su trabajo sin descanso, persiguiendo a cualquier ser vivo que se cruzara en su camino.

Fase 2: Controlar la amenaza y ofrecer seguridad a los ciudadanos

El gobierno totalmente desbordado por los cada vez más frecuentes brotes zombies y por las promesas de riqueza de La Corporación se declara incapaz de controlar la situación en el país.
Aparecen los complejos seguros de WRG. La solución a todos los problemas de la población. Nunca había sido tan fácil manejar a las masas, primero se crea la amenaza y luego se les vende la solución por un módico precio.

Fase 3: Controlar la economía del país

La parte clave de todo el proyecto. La gente puede enfrentarse y morir en un país devastado por hordas de zombies y mercenarios. Puede recuperarse y puede incluso comprar su libertad y su seguridad pero si la economía se viene abajo, si la gente no puede llevarse un cacho de pan a la boca ni alimentar a sus hijos entonces todo deja de tener sentido.

En ese momento el que tiene la máquina de los billetes tiene todo el poder.

Fase 4: Repetir el proceso en el siguiente país

Dicen que los planes sencillos son los que mejor funcionan, pero también dicen que nada es más fuerte que el amor, nada salvo un helicóptero apache, tiene misiles y metralletas. y los miebros de la resistencia no tenían un apache pero tenían amor, mucho amor y estaba dispuestos a dar sus vidas para ofrecer un futuro diferente al resto de la humanidad.

La Corporación se había encargado de marcarles el camino a seguir y lo único que necesitaban era un poco más de tiempo.

Fase 1: Encontrar y destruir el origen del virus

A decir verdad hasta la fecha todos los intentos en esa dirección no habían sido demasiado buenos. WRG tenía laboratorios secretos por todo el país y el hecho de que la mayoría de ellos fueran el laboratorio nº 5 no ayudaba.

Tampoco habían tenido demasiada suerte en la búsqueda del antídoto. Cornelius era un caso especial, un buen punto de partida pero nadie sabía donde estaba en estos momentos y sin ningún científico que pudiera realizar las pruebas de laboratorio correspondientes tampoco iba a ser de mucha ayuda.

Fase 2: Revelar la verdad oculta tras los complejos seguros de WRG

Muchos miembros habían muerto en esta fase, pero los resultados obtenidos confirmaban sin ninguna duda que los complejos seguros de WRG era cualquier cosa menos seguros. Centros de experimentación, de entrenamiento…la verdad es que ningún superviviente había regresado con vida de estos complejos.

Fase 3: Recuperar el control económico del país

No tenían acceso a la impresora de billetes, pero no les hacía falta. Si todo el mundo podía salir de su casa con un fajo de billetes no tendrían que preocuparse por conseguir una barra de pan entre tanto ladrón. Varios miembros de la resistencia ya estaban trabajando en ello. Los resultados aún estaban lejos de conseguir su objetivo pero era un primer paso y no tardarían en repartir billetes en cada esquina, en cada casa, en cada albergue…eso devolvería su libertad a todos los supervivientes.

Solo necesitaban un poco más de tiempo y Cornelius iba a conseguírselo y sabía muy bien como. Había llegado el momento de volver a encontrarse con los hombres de Pablo.


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